Hablar de Bolivia, con una taza de café

Brockmann y Macusaya ven "instrumentalización política" del racismo con fines partidarios

8 OCT
Carlos Macusaya y Ericka Brockmann en la terutulia moderada por el periodista Juan Carlos Salazar. Foto: ANF
8 de Octubre, 2020

Según Brockmann, el racismo es “una profunda herida histórica” presente “desde el mismo encuentro o desencuentro de dos mundos”


La Paz, 8 de octubre (ANF).- La psicóloga y politóloga Erika Brockmann y el teórico indianista Carlos Macusaya coincidieron en afirmar que existe una “instrumentalización política” del racismo con fines partidarios, al abordar el tema durante la primera tertulia “Hablar de Bolivia con una taza de café”, organizada por la Agencia de Noticias Fides (ANF).

“Cuando apelamos al tema racismo, estamos apelando a un tema tabú, que todavía se lo habla de una manera disonante, en voz baja, pero se lo utiliza discursiva y políticamente, se lo instrumentaliza”, dijo Brockmann, en tanto que Macusaya criticó que se “folklorice” el tema y se muestre a los indígenas como la “cara simbólica” de un gobierno indígena, como ocurrió durante el régimen de Evo Morales, sin definir políticas para superar ese lastre.

Según Brockmann, el racismo es “una profunda herida histórica” presente “desde el mismo encuentro o desencuentro de dos mundos”,  que aflora cada vez que se debilita o hay algún quiebre de la institucionalidad”, con rupturas y pactos.


Macusaya, autor de varios libros y ensayos sobre el tema, como el reciente “Batallas por la identidad, indianismo, katarismo y descolonización en la Bolivia contemporánea”, sostiene que el racismo “es parte de un proceso histórico en el que se da una división del trabajo” y en el que se asocia el trabajo manual o el intelectual, por ejemplo, con una cierta pertenencia étnica.

“A la hora de los procesos de politización y confrontación, esas diferencias históricas salen como para demarcar enemigos, quienes son los buenos, quienes son los malos, desde donde tú te ubicas”, señaló.

Agregó que la propia construcción de la identidad nacional ha sembrado la creencia sobre la existencia de “razas puras y mezcladas”, como si existieran, y que tal idea opera en la realidad como un instrumento ideológico al dividir a las personas por el color de piel, su apellido, por el lugar donde residen o por los consumos que puedan hacer. “Pero no son razas propiamente, les atribuimos un valor de raza, racializamos las diferencias sociales”.


Al referirse a la instrumentalización del tema, pusieron como ejemplo las protestas por el fraude electoral  de octubre pasado.

Brockmann dijo que Evo Morales intentó usar una “representación social, un concepto identitario muy fuerte”, el del indígena agraviado, cuando dijo que se pretendía ignorar el voto del mundo rural, para “exacerbar el ánimo de un grupo respecto a otro”, mientras que Macusaya  señaló que el MAS ha tratado de” resaltar aspectos racistas de sus contrincantes, aunque  uno podría destacar aspectos racistas dentro del propio MAS “, y que “ha jugado a la víctima”, al omitir que muchos de los sectores movilizados en octubre y noviembre lo hicieron por su desencanto con el MAS.

Un primer paso para superar el problema, según Brockmann, es “reconocer su existencia”, que no estamos ante un hecho “normal”, sino que “tenemos un problema de convivencia con el otro”; en segundo lugar, la educación, siguiendo la política de Nelson Mandela, de “no combatir el racismo con mas racismo”. Para Mancusaya, los proyectos políticos deberían evitar el folklorismo cuando tratan el tema indígena, el racismo o la discriminación, y recoger la convivencia normal que se está dando en la sociedad, como ocurre en la universidad, que “piense en lo indígena no como algo contrapuesto sino como algo que se está articulando” de manera natural .

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