Hablar de Bolivia, con una taza de café

Exautoridades afirman que Bolivia necesita un proyecto educativo transgeneracional

20 NOV
Tertulia entre Jiovanny Samanamud (izq.) y Amalia Anaya (der.). Foto: Claudia Morales/ANF
20 de Noviembre, 2020

Amalia Anaya y Jiovanny Samanamud reconocen que los frecuentes cambios en los procesos pedagógicos no permiten ver resultados del encuentro entre las culturas del país.


La Paz, 20 de noviembre (ANF). - En Bolivia, las reformas para cambiar la educación deben planearse para el largo plazo y aplicarse de forma transgeneracional para ver resultados, algo que en el país no ocurre porque cada autoridad se plantea comenzar de cero o no completa los procesos, según las exautoridades del sector Amalia Anaya y Jiovanny Samanamud.

Anaya, exministra de Educación (2001-2002) y Samanamud, exviceministro de Educación Superior (2015), debatieron al respecto en el programa “Hablar de Bolivia con una taza de café”, de la Agencia de Noticias Fides (ANF).

Ambos coincidieron en que, salvo la reforma educativa de 1955, en Bolivia las políticas educativas tienen muchas variaciones porque no solo los gobiernos, sino las autoridades de cada ministerio cambian lineamientos, personal, bajo una visión de corto plazo, según apuntó Anaya, pese a que los cambios deben ser pensados para el largo plazo y de forma transgeneracional.

“Cada vez estamos empezando de cero”, lamentó Anaya, tras afirmar que la Ley 1565 de Reforma Educativa (1994) se frustró porque la liquidaron antes de que cumpliera su programa estimado para 20 años.

 “A los ocho años prácticamente fue paralizada, y no fue porque entró el gobierno del MAS (Movimiento al Socialismo). Esto pasó mucho antes, pues en el segundo periodo de gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada ya fueron mutilando una serie de actividades del programa y para 2006 no quedaba casi nada. En 2004, Carlos Mesa cerró el SIMECAL (Sistema de Medición de la Calidad Educativa), que nos había costado tanto esfuerzo financiero y técnico”.

Agregó que también se anularon a los asesores pedagógicos, que capacitaban a los maestros.

Anaya, que en 1994 dirigía al equipo técnico de la Reforma Educativa, dijo que se dio comienzo a la interculturalidad, entendida como “un proceso de desarrollar la capacidad de convivir, respetando las diferencias, pero también valorándolas”.

A modo de anécdota, recordó que desde su nacimiento la norma afrontó problemas al punto de que, según afirmó, el entonces presidente de la Cámara de Diputados, Guillermo Bedregal, le señaló con el índice y le dijo: ‘Usted está queriendo con la educación bilingüe resucitar lenguas muertas de pueblos derrotados’.

“Así fue la pelea por sacar adelante esta reivindicación de los pueblos indígenas”, rememoró.

Por su parte, Samanamud, afirmó que en el ámbito de la interculturalidad el país avanzó mucho con la ley 070 de 2010 — que promueve el Modelo Educativo Sociocomunitario Productivo— porque se crearon 32 institutos de lengua y cultura, tomando en cuenta que el país reconoce 36 lenguas oficiales, incluida el castellano.

“Cada nación y lengua oficial en Bolivia tiene la posibilidad de reconstruir su idioma, su visión, su perspectiva, y esa es la base para desarrollar una educación a la que se ha llamado plurilingüe", puntualizó.

El exviceministro añadió que ahora “es difícil entender cualquier política de identidad, de cultura o de nación sin el paraguas del Estado Plurinacional”, y es a partir de la educación plurilingüe que cada cultura podrá comprenderse y será posible establecer un encuentro más fructífero con las otras culturas.

Sostuvo que la Ley 070 — denominada Avelino Siñani-Elizardo Pérez—es un proyecto más amplio, propio y político, a diferencia de la 1565, de Reforma Educativa.

“Hay que entender que la educación también tiene elementos políticos, porque son los seres humanos los que deciden cómo y en qué sentido se van a educar”, sustentó.

Ante una crítica de Samanamud en sentido de que la Reforma Educativa del 94 terminó aplicando la educación intercultural solo en el área rural y no en la ciudad, lo que a su juicio introdujo un supuesto sesgo de racismo, Anaya respondió que tomó esa decisión por un principio de discriminación positiva, pero que luego faltó tiempo para continuar con el plan de transformación de la educación.

Samanamud también subrayó que la aplicación de la norma educativa del 2010 tiene avances en el proyecto, la visión y el mayor protagonismo de los pueblos indígenas, pero reconoció que la parte pedagógica, educativa, técnica todavía es un tema pendiente actual que hay que desarrollar y trabajar.

En este contexto, coincidieron en que el país necesita una política de educación estable, como la que existe en Finlandia y Singapur, donde los procesos de transformación educativa llevan 60 años en su aplicación y, a pesar de cambios en sus gobiernos, cuentan con equipos técnicos consolidados.

MV/JA///ANF


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