Hablar de Bolivia, con una taza de café

Expertos señalan la falta de políticas de Estado como causa del retraso educativo

19 NOV
Jiovanny Samanamud y Amalia Anaya junto al periodista Juan Carlos Salazar en la tertulia de "Hablar de Bolivia con una taza de café". Foto: Claudia Morales/ANF
19 de Noviembre, 2020

“Con cada cambio de autoridad, ya no digo cada cambio de gobierno, se cambian las políticas, se cambia el personal, se cambia todo”, dijo Anaya, en tanto que Samanamud señaló que es necesario “crear un proyecto a largo plazo”, algo que “en Bolivia no hemos tenido”, para aplicar las políticas educativas.


Por Juan Carlos Salazar

La Paz, 19 de noviembre (ANF).- Amalia Anaya Jaldín y Jiovanny Samanamud Ávila, expertos en materia educativa, coincidieron en señalar que la falta de políticas de Estado es una de las causas del retraso de la educación en Bolivia.

“Con cada cambio de autoridad, ya no digo cada cambio de gobierno, se cambian las políticas, se cambia el personal, se cambia todo”, dijo Anaya, en tanto que Samanamud señaló que es necesario “crear un proyecto a largo plazo”, algo que “en Bolivia no hemos tenido”, para aplicar las políticas educativas.

Viceministra de Educación y ministra  del ramo durante el gobierno de Jorge Tuto Quiroga, Anaya fue una de las principales impulsoras de la Reforma Educativa de 1994. Samanamud, por su parte, ha sido viceministro de Educación y ha dirigido el Instituto de Investigaciones Pedagógicas Plurinacionales del ministerio de Educación del Estado Plurinacional.

“Desgraciadamente, lo que falla es la política grande, el quehacer político, el no darle a la educación la importancia de política de Estado; las autoridades quieren cosechar resultados y en educación no se cosechan resultados en tres o cuatro años, se cosechan resultados en una generación o más”, afirmó Anaya al intervenir en la tertulia “Hablando de Bolivia con una taza de café” que organiza la Agencia de Noticias Fides (ANF).

La exministra recordó que la educación requiere de una “inversión enorme” para formar personal que sea capaz de no solamente diseñar un currículum, sino también de preparar materiales didácticos, capacitar maestros, etc. “Si se los cambia cada dos por tres, estamos en nada, empezando otra vez de cero”, subrayó.

Samanamud declaró por su parte que las políticas educativas requieren de plazos largos para rendir frutos, como ocurre en otros países. “Nosotros no tenemos la suficiente paciencia para esperar que las instituciones educativas puedan cumplir (sus objetivos) en un corte más largo”, sostuvo, tras citar el caso de Finlandia, cuyo modelo educativo es señalado como ejemplo en todo el mundo.

Al referirse a la importancia de la educación en la formación de la identidad nacional, Amalia Anaya dijo que “construir unidad, construir interculturalidad, capacidad de convivir con tolerancia, con aceptación y con respeto a nuestra diversidad, es tarea de todos, es tarea de la sociedad entera, es tarea del Estado”, pero que la educación “es un vehículo en el que se puede desarrollar estas sensibilidades desde la infancia, desde la corta edad, en las nuevas generaciones”.

Recordó que por eso la reforma educativa de 1994 le dio tanta importancia a la interculturalidad, “entendida como un proceso de desarrollo de la capacidad de convivir respetando y valorando las diferencias”, en el marco de un modelo que respondiera a la heterogeneidad socio-cultural del país.

“Lo que se trató de hacer con la reforma educativa fue justamente respetar la diversidad cultural y lingüística con la introducción de la educación bilingüe; se esperaba además contribuir no sólo al mantenimiento de las lenguas, sino a su desarrollo porque las lenguas indígenas, a fuerza de limitarlas al uso doméstico, se fueron frustrando su desarrollo”, subrayó.

En relación a la contribución de las diversas políticas educativas a la formación de una identidad nacional aglutinadora y inclusiva, Samanamud recordó que el modelo del Estado-nación se construye sobre “la base de la homogeneidad del espíritu nacional”, pero que “un Estado plurinacional más bien recoge la crítica a esa homogeneización”, que, según dijo, no se ha dado sólo en Bolivia, sino en otras regiones del mundo.

“Nación es una palabra moderna. Obviamente los pueblos indígenas no están acostumbrados a esa perspectiva, pero en un tiempo actual es muy lógico suponer que ellos tengan que reconstruirse sobre esa base. El Estado Plurinacional lo que hace es garantizar eso y la educación lo que hace es apoyar ese proceso”, sostuvo.

“La pregunta es –agregó- sobre qué vamos a construir ese elemento de unidad; en mi opinión, a largo plazo, la lengua castellana va a seguir jugando el punto de unidad.  Aun cuando tengamos otros 35 idiomas, que sean parte del proceso educativo y construcción de identidad, igual va a tener que haber un punto convergente. Me parece que el peso histórico que ya tiene, se va a quedar como el elemento unificador; pero eso no quiere decir que las culturas que no son del castellano se vean inferiorizadas ante lo castellano”. 

“Lamentablemente, no podemos ni mirar el modelo del Estado-nación, que ya ha sido incluso cuestionado por los europeos, ni tampoco el modelo de un Estado multicultural, que es un Estado que respeta las diferencias, pero también las enmarca fuera de la unidad. Entonces,  creo que es otro modelo estatal el que hay que percibir para entender qué tipo de unidad se va a producir en el Estado plurinacional”, concluyó.

Amalia Anaya insistió en la necesidad de implementar políticas de largo plazo, que se vayan ajustando en función de las coyunturas cambiantes, pero que se mantengan dentro de una línea, un  modelo, porque “en la educación no se cosechan resultados en tres o cuatro años, se cosechan resultados en una generación o más”.

///ANF


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