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Justicia

La triste historia de un cajero del Banco Unión procesado por cumplir normas bancarias

El 4 de abril de 2019, recibió una llamada de la Subgerencia Regional de Operaciones La Paz del Banco Unión. Cristian rememoró que en esa oficina el subgerente Alejandro García le repitió que el Banco Unión no debe tener problemas con el
27 de julio, 2023 - 13:01
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Uno de los edificios de Banco Unión
Uno de los edificios de Banco Unión

La Paz, 27 de julio de 2023 (ANF).- El cajero de montos mayores Cristian Céspedes Balboa detectó que las firmas de 10 cheques de retiro de una institución estatal no coincidían con las de su base de datos. Avisó a la Tesorera del Banco Unión de la calle 21 de Calacoto, zona Sur, La Paz. Ella le dijo: rechace. Ese momento no imaginó lo que le iba suceder los siguientes cuatro años por cumplir las normas bancarias.

En diálogo con RimayPampa, Cristian recordó que el reloj marcaba las 16:37 del jueves 14 de marzo de 2019 cuando un funcionario de la Agencia Estatal de Vivienda llegó a su ventanilla y le entregó 7 u 8 cheques de depósito de Bs2.000 cada uno; y 10 de retiro de montos altos, cuyas cifras exactas no recuerda.

En apego a las normas bancarias, revisó en detalle datos y rúbricas de los cheques. En los de depósito todo estaba en orden. En los de retiro detectó el problema. Después de escuchar la respuesta de la Tesorera, volvió a su caja y comunicó al funcionario que su jefa le dijo que los cheques no pueden ser cobrados.

Le propuso recibir los de depósito porque las firmas coincidían, pero el funcionario se molestó, le pidió todos los cheques y se fue.

El 4 de abril de 2019, recibió una llamada de la Subgerencia Regional de Operaciones La Paz del Banco Unión. Cristian rememoró que en esa oficina el subgerente Alejandro García le repitió que el Banco Unión no debe tener problemas con el Estado y le instruyó redactar una carta de renuncia admitiendo que falsificó las firmas de los cheques porque se lleva mal con ese funcionario de la Agencia Estatal de Vivienda.

Cristian contó que sintió en ese momento un vértigo. Parte de su cuerpo se entumeció, perdió por unos segundos la conexión con su consciencia y en su mente se presentó repentinamente la imagen de su esposa embarazada de cinco meses. Unas gotas saladas tocaron la comisura de sus labios. Se los limpió con disimulo. Un abismal silencio lo dejó escuchar a su corazón como si quisiera saltar de su pecho.

No tenía ni idea de lo que estaba pasando porque él nunca había falsificado ninguna firma, menos un cheque.

¿Cómo podía haberlo hecho si nunca tuvo acceso a la chequera de la Agencia Estatal de Vivienda? Tendría que haber falsificado en la misma ventanilla del banco, pero ahí están las cámaras de video que registran todo.  Bastaba revisar esas imágenes para probar que el funcionario trajo los cheques firmados y se los entregó. Además, de qué le iba a servir falsificar los cheques y las firmas si el beneficiario no era él.

Cristian narra que volvió en sí cuando el subgerente le insistió en que debe firmar la carta de renuncia con el tenor señalado; caso contrario, el Banco Unión le seguiría un proceso penal. Le reiteró que, si firmaba, se iría a su casa tranquilo, desempleado, aunque admitiendo un delito que no cometió, pero tranquilo.

¿Qué hacer? La disyuntiva le puso delante de su mente dos futuros posibles. La primera: suscribir la carta mintiendo que falsificó las firmas de cheques a cambio de la paz de su familia. La segunda: negarse a firmar para sostener la verdad, pero enfrentar un largo proceso penal en la “justicia” más desprestigiada.

Cristian redactó la carta de renuncia, firmó y la entregó. El subgerente la rechazó porque en la misiva no estaba la mentira de la autoinculpación. Acorralado por el miedo a los tribunales, Cristian redactó otra misiva. Esta vez, escribió la falsedad y la entregó.

En mayo de 2019, en lugar de la tranquilidad prometida por el gerente le llegó una notificación de la Fiscalía informándole que había comenzado a ser investigado por falsedad material. Sin trabajo, con la esposa en estado de gestión, contrató un abogado y vendió su auto para pagar los gastos de la injusticia.

RimayPampa buscó este miércoles a Alejandro García en la agencia del Banco Unión de la calle 21 de Calacoto para conocer su versión. Una asistente suya dijo que estaba en reunión.

La Fiscalía rechazó 5 veces la denuncia del Banco Unión

El 10 de junio de 2019, llegó un poco de paz a la vida de Cristian Céspedes y a la de su familia. El Ministerio Público rechazó ese día la denuncia del Banco Unión porque la investigación no aportó elementos suficientes para fundar la acusación.

Entonces, Cristian pensó que la injusticia había terminado. Pues no. El representante legal del Banco Unión objetó la decisión. El 8 de octubre de 2020, el Ministerio Público rechazó por segunda vez porque no había elementos suficientes para acusar al excajero.

El Banco Unión objetó otra vez. El 9 de julio del 2021, la Fiscalía resolvió rechazar la denuncia por tercera vez. Señaló como causa el numeral 4 del artículo 304 del Código de Procedimiento Penal que establece: “El fiscal, mediante resolución fundamentada, podrá rechazar la denuncia, la querella o las actuaciones policiales, cuando: Exista algún obstáculo legal para el desarrollo del proceso”.

El Banco Unión objetó de nuevo. El 18 de febrero de 2022, el Ministerio Público rechazó por cuarta vez la denuncia por las mismas razones: no hay elementos suficientes para acusar a Cristian.

El Banco Unión objetó por cuarta vez. El 9 de noviembre de 2022, el Ministerio Público rechazó por quinta vez por las mismas razones.

Cristian creyó que iba a ser la última. Pues No. El Banco Unión objetó por quinta vez, informó el abogado del excajero.

Cristian Edgar Céspedes Balboa ya no sabe a dónde acudir para frenar la falsa acusación.

La última vez que vio el cuaderno de investigaciones en la denuncia del Banco Unión constató que sólo figuraban las copias de los cheques que tenían las firmas correctas y no las que habían sido observadas porque las rúbricas no coincidían.

Cristian es ingeniero comercial, quedó sin trabajo, sin ahorros y sin saber cómo parar la injusticia que abate a su familia desde el día que creyó al subgerente regional de operaciones del Banco Unión que le prometió tranquilidad a cambio de inculparse de un delito que nunca cometió.

/Nota extraída de RimayPampa/

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