Este 22 de enero, el Movimiento al Socialismo (MAS) completara 19 años en el ejercicio del poder, con un breve interregno, entre el 2019 y 2020, producto de la crisis que provoco la expulsión de Evo Morales del poder, quien gobernó los primeros 14 años.
A su vez, el Estado Plurinacional, propiciado por el MAS y Evo Morales, que tiene inicio el 22 de enero del 2010, en el primer mandato con la nueva Constitución, cumplirá 15 años. Ambos, el proceso de cambio y el Estado Plurinacional, tienen una relación umbilical.
A juzgar por los resultados, en ese horizonte de tiempo, con toda certeza, se puede afirmar que ha sido funesto. Quizá el peor, que conoce la historia republicana. Mientras que, el Estado Plurinacional no solo fue un teatro, sino una total falacia.
Con la retórica izquierdista y de cambio, no solo controlaron y dilapidaron el extraordinario e inédito excedente económico, sino también, robaron a su antojo en la burocracia estatal, en la inversión pública, en licitaciones de mega proyectos y miles de obras grandes y pequeñas. En los primeros 14 años, robaron en bonanza. En los últimos cinco, en crisis. Su vocación cleptocrática es superlativa. Roban hasta en la compra de barbijos.
Todos los postulados que exclamaron a los cuatro vientos, desde el socialismo hasta la protección de la madre tierra han sido puro teatro. Su doble moral es omnipresente. Mienten descaradamente. Morales, dicho sea de paso, es considerado uno de los más conspicuos mentirosos. Observen ustedes el nivel de mentiroso que es cuando arguye enfermedades, presentando certificados médicos falsos en el proceso que se le sigue por estupro y trata y tráfico. Como en la fábula del mentiroso, cuando realmente caiga enfermo, que es lo más probable por el karma, nadie le creerá.
Cuando suben el telón, evocan fervientemente al Estado Plurinacional. Cuando bajan las cortinas, discriminan e ignoran a las 35 naciones, reconocidas en la constitución, imponiendo radicalmente un Estado etnocentrista. Fueron y son, en grado sumo, segregadores con todas las otras naciones y sectores que no comulgan la catequesis masista. Vean ustedes las injusticias e iniquidades que hicieron con los “hermanos” indígenas de tierras bajas. Los “hermanos” interculturales los expulsaron de sus tierras de la manera más cruel y despiadada. Jamás se ha escuchado, con tanta hipocresía, la palabra hermano.
Esa fue la inclusión masista que con tanta parafernalia se recuerda en cada aniversario del Estado Plurinacional
Para completar este incomodo, pero imperativo balance, veamos lo que hicieron con la forma de hacer política, la economía, la justicia y la madre tierra.
En nivel extremo, peor que sus antecesores, los “demonios azules” envilecieron la política, afectando agudamente la calidad de la democracia y el Estado de derecho. No solo cooptaron al poder judicial, se apoderaron también del Órgano Electoral. Con sentencias a pedido, a través del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP), violaron impunemente la Constitución. Con el Órgano Electoral, organizaron el peor fraude de este ciclo democrático, el 2019. Por aquellas paradojas de la vida y la política, hoy Evo Morales, está probando de su propia medicina, víctima de estas dos instancias de poder. Sus reclamos y victimización son inaceptables. El hizo cosas más “repugnantes”.
Así mismo, prostituyeron a los movimientos sociales, las bases del régimen. Los desnaturalizaron al pactar con el poder, repartiendo espacios y cuotas en todos los órganos del Estado. Sus dirigentes, en la lógica prebendal-corporativa, experimentaran las adictivas mieles del poder. Con voraz apetito, se favorecen con los diezmos en licitaciones, contratos y todo tipo de compras, pervirtiéndose inexorablemente. Han instituido una podrida dictadura sindical.
En lo económico, luego, dilapidaron el mayor excedente económico tuvimos en toda nuestra historia. No tuvieron, la voluntad ni la capacidad, de reinvertir los excedentes en la ansiada diversificación de la matriz productiva, para no depender eternamente de los recursos naturales. El volumen del excedente, daba la enorme posibilidad para ese cambio histórico. Después, acabaron con el gas que se descubrió en el ciclo neoliberal. Los “Chuquiago boys”, se emborracharon tanto, que se olvidaron de la búsqueda y exploración de nuevos campos. No hubo reposición. El 2026, no solo importaremos gasolina y diésel, también compraremos gas.
En el último periodo, acabaron con las Reservas Internacionales Netas (RIN) hasta llegar a un punto delicado de iliquidez. No hay, en caja, los dólares suficientes que todos los días se requiere para comprar combustibles. Así mismo, ingresaron en un pernicioso proceso de endeudamiento interno y externo. Y, para seguir dilapidando, ahora, están imprimiendo billetes.
Después, las incontinencias de poder eterno, corroyeron la justicia. La implementación del voto directo para la elección de las máximas autoridades del poder judicial, fue un rotundo fracaso. Al final ellos decidan todo. Como Morales, elegio, a dedo, a algunos de los magistrados al TCP. Los procesos electorales solo fueron una pantomima y gasto de dinero. Ellos no requieren de jueces virtuosos y honestos. Los seleccionados deben seguir la línea disciplinadamente. La justicia y la defensa de los intereses de la sociedad, jamás estuvieron en su horizonte.
Finalmente, a la madre tierra, la hirieron de muerte. Nunca en la historia de Bolivia ha existido, un régimen, un gobierno y un partido, que, con tanta brutalidad haya tratado a la naturaleza. Han sido 19 años de barbarie con los bosques, los ríos y esa inmensa fauna, entre aves reptiles y mamíferos. Es poco, decirles “ecocidas”.
Se enriquecieron, envilecieron la política, se lo farrearon el excedente, corroyeron la justicia y destrozaron el medio ambiente. Eso hicieron en estos 19 años del “proceso de cambio” y 15 del Estado Plurinacional.
El autor es profesor de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Mayor de San Simón