La Paz, 16 de diciembre (ANF).- Rubén Darío Cuéllar, designado como nuevo embajador de Bolivia ante la Organización de Naciones Unidas (ONU), manifestó que su antecesor, Sacha LLorenti, contrató a su personal sin la carrera diplomática que amerita estas funciones, dada la importancia de la labor ante la OEA.
“La información que tenemos es que ninguno de sus funcionarios presentes en Nueva York eran funcionarios diplomáticos o de servicio exterior. Fueron contratados y propuestos directamente por él (Llorenti) sin la previa experiencia en Cancillería. Por lo que el Miinisterio ha cesado a algunos que se consideran no necesarios”, dijo Cuéllar en entrevista con ANF.
Fue el 24 de agosto de 2012, en sesión reservada, que el pleno de la Cámara de Senadores aprobó la designación del exministro de Gobierno, Llorenti, como nuevo embajador boliviano ante la ONU. La exautoridad fue cuestionada desde entonces por diferentes casos, entre ellos el de Caranavi y el de Chaparina.
Posteriormente se conocieron denuncias sobre nombramientos de personal para el exterior que no contaba con la debida experiencia diplomática o trayectoria en el servicio exterior. Cuéllar anticipó que su función principal será de generar un plan de reversión del “desprestigio” de Bolivia ante la comunidad internacional, propiciada, entre otros, por Llorenti, mientras tanto trabajará con el personal necesario.
Es así que, por ejemplo hasta junio de este año se conoció que de las 37 representaciones diplomáticas de Bolivia ante el mundo, solo uno de los embajadores contaba con una carrera especializada para asumir el alto cargo, el restante estaba conformado por exmagistrados, exministros, exdiputados, cantautores e incluso dirigentes de organizaciones sociales.
“La ONU en esta época está terminando el período de sesiones, no tiene alta demanda de trabajo, así que el Gobierno que asuma tras las elecciones deberá enviar el personal diplomático necesario y capacitado para cumplir los objetivos, mientras tanto trabajaremos con el persona l mínimo”, agregó.
De acuerdo con el artículo 91 del Reglamento General de la Cámara de Senadores, “la sesión reservada se instalará a solicitud de una senadora o senador o a solicitud del Órgano Ejecutivo cuando se traten asuntos de seguridad del Estado, denuncias contra senadoras y senadores, ratificación de ascensos, nombramiento de embajadores y de ministros plenipotenciarios”.
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