Siervas de María . Foto: Archivo Correo del Sur
La Paz, 6 de septiembre (ANF).- El sacerdote Jesuita Bernardo Gantier informó que, a través del aporte solidario de la población, se logró recaudar hasta el momento 178.980 bolivianos, lo que significa el 21% del total de la deuda que tienen las Siervas de María con la Aduana a raíz de la llegada de un contenedor de donación para el hospital Santa Bárbara de Sucre.
Sin embargo, poco después la política aduanera fue cambiada en el país y tras una presunta negligencia por parte de funcionarios de esa institución, la congregación tuvo que asumir la deuda que incluso ya le costó un inmueble.
“Continuamos en campaña, no se va a cerrar porque aún nos falta mucho para alcanzar la meta, estamos lejos de los 850 mil bolivianos, sin embargo estamos seguros de que lo vamos a lograr con la ayuda de la población que día a día sigue aportando en la cuenta que se ha habilitado”, señaló Gantier, según Correo del Sur.
El total de la deuda en la Aduana Nacional es de 850.340 bolivianos y fue adquirida luego de que las Siervas de María recibieran unos contenedores con donaciones de equipos médicos y otros insumos para el hospital Santa Bárbara, que son utilizados a la fecha.
Hace tres semanas se decidió abrir la cuenta 1-25456620 del Banco Unión, a fin de recaudar dinero para ayudar a las religiosas, que llevan más de un siglo sirviendo a la población más necesitada.
Asimismo se dio a conocer que el Concejo Municipal de Sucre estableció que las recaudaciones de la Entrada Folclórica de la Virgen de Guadalupe sean destinadas a pagar parte de la deuda, se estima que de dicha actividad se podría llegar a recaudar entre Bs 24.000 y Bs 30.000.
Los contenedores que observa la Aduana fueron importados hace 12 años y contenían equipamiento médico, insumos y otros materiales destinados a la atención de los pacientes con pocos recursos económicos del hospital Santa Bárbara, lugar donde durante muchos años apoyaron las religiosas.
En pasados días las Siervas de María informaron oficialmente su retiro del hospital Santa Bárbara, donde estuvieron más de 117 años. Atribuyeron la decisión a la “disminución de vocaciones religiosas” y a que les es imposible llevar a cabo su labor de cuidado de los enfermos.
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