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Opinión

¿Son rentables los contratos del litio?

7 de Febrero, 2025
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La rentabilidad de los contratos que Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) pretende firmar con la empresa rusa Uranium y el consorcio chino CBC es el verdadero talón de Aquiles de los mismos.

Los egresos del proyecto están determinados por las inversiones de cada empresa y los costos de operación, de modo que, para justificar la rentabilidad de esos contratos, a las autoridades del sector no les ha quedado más que sobredimensionar los ingresos que reportaría la venta del Carbonato de Litio (Li2CO3) producido en las plantas.

En efecto, el precio internacional del Li2CO3, con cuya venta se sostendrá el proyecto, ha sido estimado por YLB en torno a 30.000 dólares la tonelada ($/t), cuando el precio actual en el Mercado de Metales de Shanghái (SMM), que es el acordado para liquidar las ventas, no llega a 10.000 $/t. Consecuentemente, las plantas resultan antieconómicas e insostenibles. YLB contra argumenta que las proyecciones del precio del Li2CO3 a futuro son alentadoras y que los supuestos del Anexo Financiero de los contratos son correctos.

Cómo nadie tiene la bola de cristal para adivinar la evolución de ese precio de aquí a seis o más años (cuando las plantas en su primera fase con suerte empezarán a producir), podemos intentar analizar los factores que inciden en la fijación de ese precio.

Para empezar, examinemos la demanda y la oferta. 

Las baterías de los vehículos eléctricos son las principales usuarias del Li2CO3: no hay duda de que esa demanda seguirá creciendo, pero más lentamente de lo deseado. En paralelo, la oferta también crecerá, pero más rápidamente, de modo que una eventual subida de precios será frenada por una mayor producción, especialmente de yacimientos de roca cuya extracción resulta hoy más cara. En suma, si el precio sube, aumenta la oferta y el precio vuelve a bajar. 

En cuanto a la oferta, no hay margen para subidas espectaculares del precio del Li2CO3 porque en el planeta hay más litio de lo que se pensaba, aunque sigue concentrado en pocos países. De hecho, no pasa semana sin que se anuncie el descubrimiento de otro gran yacimiento (de roca), incluso en la China y en los EE.UU., los principales consumidores. Sin embargo, la viabilidad de esos proyectos depende de la relación “costo de producción/precio de venta”, la cual tiende a incrementarse. 

Además, los avances tecnológicos en los procesos de extracción podrían reducir los costos de producción, lo que no ayudaría en absoluto al incremento del precio del litio, porque incrementaría la oferta. En suma, con más litio extraído, difícilmente el precio subirá.

Adicionalmente, la investigación avanza y puede surgir a mediano plazo más de una alternativa a las baterías de litio, con destino principalmente a equipos estáticos, en los cuales la levedad de las baterías de litio deja de ser una ventaja.

Y, finalmente, los factores geopolíticos están destinados a jugar un rol mayor en el comercio internacional de ese recurso estratégico, especialmente teniendo a un personaje tan temerario en la Casa Blanca, que ya ha pisado el freno de la agenda mundial del Cambio Climático.

Por lo expuesto, nada permite vislumbrar hoy que el precio del Li2CO3 llegará en los próximos 10 años a valores superiores a los 20.000 $/t, con lo cual los supuestos financieros de los contratos del litio se reducen a buenas intenciones para justificar la entrada de Bolivia en forma tardía y apurada al negocio del litio.

En fin, el problema de la rentabilidad es de YLB: las empresas rusa y china se llevarán toda la producción y ganarán, sea cual fuere el precio del Li2CO3.

Por eso y por mucho más, la Asamblea Legislativa Plurinacional debe analizar en conciencia si es conveniente aprobar esos contratos.

El autor es físico y analista