La Paz, 11 de marzo de 2025 (ANF).- Bolivia registró transferencias netas negativas de deuda externa por un total de 1.218 millones de dólares entre 2023 y 2024, según informó el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro. La falta de desembolsos externos, atribuida a la falta de aprobación de créditos en la Asamblea Legislativa Plurinacional, ha generado un impacto en la disponibilidad de divisas en el país.
De acuerdo con Montenegro, en 2023 los desembolsos alcanzaron los 1.126 millones de dólares, mientras que el pago por servicio de deuda sumó 1.491 millones, lo que resultó en una transferencia neta negativa de 366 millones de dólares. La situación se agravó en 2024, cuando los desembolsos cayeron a 674 millones de dólares y las erogaciones por deuda externa ascendieron a 1.526 millones, acumulando una transferencia negativa de 852 millones de dólares.
El ministro explicó que, hasta antes de 2023, Bolivia mantenía un flujo neto positivo de divisas provenientes de la deuda externa, ya que los desembolsos eran mayores que los pagos por servicio de la deuda. Sin embargo, en los últimos dos años esta tendencia se ha revertido debido al estancamiento de 1.667 millones de dólares en créditos externos que no han sido aprobados en la Asamblea Legislativa.
Montenegro responsabilizó directamente a este bloqueo legislativo de la disminución de recursos provenientes del exterior, lo que obligó al país a afrontar pagos de deuda con sus propias reservas internacionales.
“Si se hubiera hecho el desembolso, se hubiera tenido la voluntad política correcta de que el país no sufra de esta carencia de divisas”, manifestó en la Rendición Pública de Cuentas Inicial 2025.
Además del factor legislativo, el ministro destacó que el incremento de las tasas de interés internacionales ha contribuido a encarecer el servicio de la deuda externa, que subió en 10 veces.
“El año 2021, estas tasas estaban cercanas al 0,5%, para llegar al año 2023 y principios de 2024 a estar cercanas al 5%”, explicó. Este aumento elevó significativamente los montos destinados al pago de intereses, afectando aún más las finanzas del país.
El impacto de esta situación se refleja en la menor disponibilidad de dólares en el sistema financiero, lo que puede generar presiones sobre el tipo de cambio y la liquidez en el mercado.
Si bien el Gobierno aseguró que se realizaron los pagos de deuda de manera oportuna para evitar un impacto negativo en la percepción de los mercados internacionales, la falta de nuevos desembolsos sigue siendo una preocupación para la estabilidad macroeconómica.
El Ministerio de Economía insistió en la necesidad de destrabar la aprobación de créditos internacionales para recuperar el flujo positivo de divisas.
Analistas económicos advirtieron que, de persistir la falta de financiamiento externo, Bolivia podría enfrentar mayores dificultades para cumplir con sus compromisos financieros y mantener la estabilidad de su moneda que ya se ha visto afectada por la devaluación con el surgimiento de un mercado paralelo de divisas.
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