Políticos, artistas, médicos y policías visitaron el templo de las 67 ñatitas

La Paz, 7 de noviembre (ANF).- En una angosta calle de la zona Los Andes, en La Paz, una cortina blanca separa la acera de un pequeño ambiente de paredes naranjas. Los cuatro bancos de madera, pintados de azul, están ocupados por devotas que se acercan a las dos vitrinas en las que están ubicadas 67 “wawitas”, más conocidas como ñatitas, para dejarles ofrendas compuestas de flores, dulces y velas. “Que se reciba la oración”, dice una de las mujeres al alejarse del lugar para tomar asiento.

En una de las vitrinas hay 30 “ñatitas”, en cada fila hay  cinco y todas están acomodadas en almohadones blancos con volados que combinan con el color de las paredes. En la otra vitrina hay 32 cráneos ordenados. En la primera fila están los siete niños: Javier, Isacc, Rafael, Cielo, Soledad, Miguel y María. Encima de la vitrina están cinco ñatitas más, todas ellos con una gorra policial.

Todas las calaveras tienen una gorra de lana celeste en la que están bordados sus nombres.

“La gente aquí viene a pedir salud, negocio, que no les falte nada”, dijo a ANF la dueña de las 67 ñatitas, Elizabeth Portugal.

En La Paz se acostumbra celebrar, con actos religiosos y con fiestas a las ñatitas o calaveras humanas que las familias adoptan en su casa y a las que prodigan ofrendas y, a cambio, esperan protección y otro tipo de concesiones.

Portugal recibe a todos los devotos y devotas que llegan al lugar a rezarles a sus “wawitas”, como les llama ella, y cuando van con un problema específico les aconseja a cuál de todas rezarle. Es más, cuando el visitante quiere ella lee el cigarro para dar con alguna persona.

Políticos del oficialismo y la oposición, cantantes, artistas, policías, médicos, militares van a visitar esta especie de templo a pedirles a las ñatitas ayuda de todo tipo.

Ángel Aduviri, esposo de Elizabeth, contó que un diputado del MAS (se reserva el nombre), cuando postulaba a ese cargo fue a rezar a las ñatitas con mucha fe y logró estar como suplente, pero seguía yendo llevándole flores, velas, entre otras ofrendas y ahora que es diputado titular como él quería contrató un grupo musical de cumbia para la fiesta de las calaveras como una forma de agradecimiento por los logros.

También entró al templo el exalcalde de El Alto, José Luis Paredes, para visitar a las ñatitas y para hablar con Elizabeth, que es conocida por acertar en todas sus predicciones con la ayuda de sus ñatitas.

“Hasta el propio presidente Evo Morales me ha llamado para que vaya a leerle en cigarro con ayuda de mis wawitas”, dijo, aunque la cita al final no se habría concretado.

El Óscar

En 1999, Elizabeth tuvo su primer cráneo que le regalaron al que llamó “El Óscar”. “Él me ha comentado en un sueño que era policía y que ha muerto en un accidente”, dijo la mujer, por lo que vistió al cráneo con una gorra policial.

Es uno de los más queridos por Elizabeth por ser el primero, pero también uno de los más “milagrosos”.

Los policías cuando no pueden resolver un caso o no tienen indicios de los delincuentes van donde Óscar, le rezan, le llevan flores y con mucha fe le piden que les ayude a encontrarlos. Tienen la creencia que Óscar era un investigador policial y que por eso ayuda a encontrarlos o incluso hubo casos en los que los mismos ladrones se entregaron solos sin razón alguna.

Le gusta que vayan los policías con uniforme y algunos de ellos también le rinden honores cuando lo ven porque les ayuda. La famosa calavera cooperó resolviendo casos de robos de joyas perdidas, de autos, de motocicletas y hasta de personas.

La madre de la niña de dos años, Luz Belén, que estaba desaparecida desde julio, fue al lugar a pedirle a Óscar y las otras “wawitas” policías a que le ayuden a encontrar a su niña que se había perdido en el mercado Uruguay y aseguran que con su ayuda, a través de sueños, la misma madre logró encontrar a la niña en una provincia.

La fiesta

Cada fiesta hay dos personas encargadas de pasar el preste que se celebra cada 8 de noviembre (este martes) y ya hay pasantes comprometidos hasta 2023.

Victoria Ticona es el preste de este año junto a su hijo Ramiro Vargas. Decidieron pasar el preste en agradecimiento a toda la ayuda que recibieron de las ñatitas.

Ellos están encargados de hacerles los gorritos, el estandarte con el que van a la fiesta, hacerles escuchar una misa y la celebración.

El 8 de noviembre será la misa y luego en caravana, junto a todos los devotos y la banda, irán hasta el salón de fiestas que en está ocasión es en el Gigante Ananay, donde cuatro grupos musicales amenizarán la celebración.
 
La pasante del año pasado, Rosmery Aquino, contó que las ñatitas la protegen y que a través de sueños le alertan de cosas. “Siempre me hacen sueños el Óscar, la Sandrita, mis ahijaditos el Mario y el Santiaguito también me hacen sueños”, manifestó.

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