Miembros del pueblo T´simane. Foto. DW
La Paz, 23 de septiembre (ANF).- Pueblos indígenas en aislamiento voluntario en Bolivia sufren un proceso de etnocidio, como consecuencia de los procesos de colonización e invasión a sus territorios, que provocaron incluso epidemias que diezmaron a su población.
Este hecho se revela en el estudio de “Situación de los pueblos indígenas en aislamiento voluntario en Bolivia”, presentado por el Centro de Estudios Jurídicos e Investigación Social (CEJIS) y que muestra las amenazas y vulnerabilidades a las que están expuestos nueve de los 10 pueblos indígenas en aislamiento voluntario reconocidos en el país.
Estos pueblos indígenas en riesgo son Araona, Ayoreo, Chácobo, Ese Ejja, Mosetén, Pacahuara, T´simane, Toromana y Yuqui de quienes se tiene conocimiento de la existencia de segmentos en aislamiento voluntario en Bolivia.
“Estos pueblos han habitado sus territorios desde mucho antes de la invasión colonial y la conformación de los Estados republicanos. Sin embargo, en las últimas décadas, están siendo velozmente despojados de sus territorios ancestrales, por lo que se encuentran en una situación de grave riesgo de etnocidio”, detalla este estudio.
Los testimonios y datos de expertos apuntan que las principales presiones para estos pueblos “encuentran su origen en la presencia de actividades mineras, petroleras, madereras, barraqueras, ganaderas y cocaleras en las áreas más profundas de las tierras bajas de Bolivia”.
Todas estas amenazas que se ciernen sobre sus formas de vida tienen que ver con el modelo de desarrollo extractivista y la presión sobre los territorios indígenas, ricos en biodiversidad y recursos naturales.
“Por consiguiente, están expuestos al avasallamiento, al aprovechamiento ilegal de los recursos naturales del bosque, así como la extracción de los recursos no renovables codiciados por la minería, la explotación de hidrocarburos, el desmonte y chaqueo, que es consecuencia de la ampliación de la frontera agrícola y la construcción de represas y caminos”, establece el documento presentado por el CEJIS en la Feria Internacional del Libro.
Todas estas actividades que amenazan a estos territorios van de la mano con los incendios forestales, que en 2019 afectaron a más de 6.4 millones de hectáreas de los departamentos de Santa Cruz y Beni.
“Esto impactó principalmente a la región de la Chiquitanía (Santa Cruz), entre la Amazonía y el Chaco boliviano, dañando a más de 47 comunidades de los pueblos indígenas Chiquitano, Ayoreo y Guarayo, y en la Amazonía (Beni) a las comunidades Baures, Sironó y Araona, pero sobre todo afectaron el territorio del pueblo Ayoreo”, destaca este estudio.
Y un problema latente y preocupante para estos nueve pueblos indígenas en aislamiento es la minería, que se expande en la Amazonía boliviana.
La minería aluvial de oro afecta a los territorios y comunidades indígenas, incluyendo las áreas donde se desplazan los pueblos indígenas en aislamiento voluntario, principalmente los ubicados en las cuencas hidrográficas del río Madre de Dios, Beni y Maniqui, que corresponden a los territorios Pacahuara, Ese Ejja, Toromona, T’simane y Mosetén.
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