
La Paz, 11 Feb. (ANF) – La tradición de la ch’alla en martes de carnaval ha ido en aumento no sólo en la parte occidental de país, sino también en el oriente boliviano, donde la mayoría de la población ahora realiza esta práctica andina para agradecer y pedir abundancia a la Pachamama (Madre Tierra), como casas, vehículos, negocios, trabajo y salud.
Desde las primeras horas del día, las personas festejan esta fecha con el adornado de sus viviendas con globos, banderines, serpentinas, además de poner en cada esquina de los inmuebles pétalos de flores, con nueces pintadas de color dorado y plateado, frutas picadas y confites, acompañados del tradicional alcohol, vino y cerveza. Por último hacen reventar los cohetillos, que según las costumbres, sirven para ahuyentar a los malos espíritus.
De acuerdo con las tradiciones, el alcohol se utiliza para dar de beber a la Pachamama y para que reciba las ofrendas. Las nueces doradas representan el oro que está en sus entrañas. El brillo de las lentejuelas representa el dinero con el que queremos que nos bendiga. El oro falso –azúcar teñida de dorado– es el brillo de la tierra, los confites y las frutas que le damos representarían su dulzura.
Casas, vehículos y otros bienes también son adornados con coloridas serpentinas, globos y banderines. Los confites, también de colores, son mezclados con flores y frutas picadas para hacer la ofrenda a la Madre Tierra.
También se acostumbra a ofrendar ‘mesas’ de ritual andino (sahumerio) con diversos elementos y simbología, pero sobre todo con mucha fe para la Pachamama, consistente en adornar con dulces, incienso, lanas, hojas de coca, plantas disecadas y objetos que representan a la salud, dinero, trabajo y bienestar. Estas ‘mesas’, una vez preparadas, se las incinera como alimento para que la Madre Tierra traiga bendiciones y prosperidad a las familias.
Hay variadas creencias sobre la representación de la ch'alla que dependen de la tradición y el legado familiar. Hay quienes cuentan que hasta antes de las 12.00 horas del martes los achachilas (espíritus ancestrales) están con la boca abierta esperando que los alimentemos, y según cómo se les dé, recibiremos lo ofrendado.
La mayoría de los bolivianos comparten alegres tonadas musicales, baile y bebidas alcohólicas por los bienes materiales que poseen, con lo que despiden los festejos de Carnaval y se entra al miércoles de Cuaresma o de Ceniza.
Los mercados y las avenidas comerciales, principalmente en la ciudad de La Paz, se convierten en espacios de festejo con la música de orquestas o de amplificaciones, también la música folklórica es el condimento ideal para la alegría y el baile. La cerveza es la bebida por excelencia que acompaña el festejo de Carnaval.
Desde que Evo Morales asumió la presidencia de Bolivia, en 2005, las autoridades de Gobierno realizan la ch’alla de las infraestructuras y pertenencias del Estado como el Palacio de Gobierno, los ministerios, instancias gubernamentales, así como también de las propiedades adquiridas durante el nuevo Gobierno.
El año 2012, Morales y Álvaro García iniciaron el festejo de las fiestas de carnaval con una Q’oa, ceremonia para la Pachamama, en Palacio de Gobierno, y bailes tradicionales en las calles cercanas, acompañados de ministros de Estado, alto Mando Militar y Policial, además de los viceministros de los distintos despachos gubernamentales, funcionarios y equipo de seguridad de Palacio de Gobierno.
La Policía Nacional realiza una serie de controles más rigurosos con el fin de evitar el exceso de consumo de bebidas alcohólicas, que derivan en distintos hechos de violencia y accidentes de tránsito en las vías.
Efectivos del Organismo Operativo de Tránsito intensifican los controles en las carreteras, principalmente hacia el departamento de Oruro, escenario del carnaval folklórico más famoso de Bolivia, así como también en las diferentes trancas a diferentes rutas del país.
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