A ritmo de la banda Poopó, devotos festejan a las "ñatitas" en el cementerio de La Paz

La Paz, 8 de noviembre (ANF).- Un gran número de “ñatitas” (cráneos humanos) fueron agasajadas por su seguidores en el Cementerio General de La Paz con música de la banda Poopó, mariachis, huayños, coca, flores, masitas, y cigarrillos.  Pero a diferencia de otros años, este miércoles  la Iglesia del camposanto no celebró una misa para las calacas.

Desde muy temprano,  las “ñatitas” adornadas con sombreros, gorras, flores, gafas junto a sus creyentes llegaron hasta la capilla del camposanto para recibir la bendición, pero se sorprendieron al enterarse que este año la misa se suspendió y muchos que esperaban en el interior de la iglesia decidieron “bendecirse” con agua bendita que había en el lugar.

Luciana Mendoza, una mujer de 46 años, tiene dos “ñatitas” a las que llama Lorenzo y Laura, afirma que madrugó para agarrar un buen lugar en el cementerio y hacer rezar masitas para sus protegidos. Relata que hace más de 13 años que tiene a Lorenzo, el cráneo pertenece a su abuelo que murió asesinado en la zona Buenos Aires, mientras que Laura fue “adoptada”, tras ser desechada por su hermana que estudia Medicina en una universidad privada.

“No aceptan velas negras, todo es blanco”, dice la mujer que ofrece t’antawawas y frutas a otros devotos a cambio de algunas oraciones por sus calacas. Cuenta que su devoción a Lorenzo la ayudo a fortalecer su matrimonio que hace nueve años estaba a punto de desmoronarse, debido a que no podía quedar embarazada, tras cinco años de convivencia.

“Eres una mula, no sirves como mujer, así me decía mi esposo. Estaba cansado porque no teníamos hijos. Mis papás me dijeron háblale a tu abuelo, él te va ayudar y así le he pedido un angelito y en dos meses ya estaba esperando. Tuve gemelos, uno murió y el que vive tiene ocho años”, dice sonriente y asegura que antes de “encomendarse” a Lorenzo realizó diferentes tratamientos, pero no obtuvo el resultado que quería.

Además, afirma que para que se cumplan los favores todos los lunes se debe prender una vela, darle coca y ponerle flores para que la “ñatita” esté feliz.

“Los lunes siempre le rezo, él no acepta velas negras porque en vida era cristiano. Cuando va a pasar algo malo en mi familia, mi abuelo me hace sueño y me alerta para que me cuide. A veces le llevo a mi tienda (de barrio) y me hace ganar bien, en los peores días 400 bolivianos, y solo vendo dulces y refrescos”, asegura.

Así como Luciana, varias personas tienen sus propias historias de las “ñatitas” y cada 8 de noviembre se reúnen en el camposanto para festejar e incluso llegan desde el interior del país. Los más ostentosos celebran con prestes y morenadas que se bailan desde el Cementerio y terminan en diferentes salones de baile.

“Cinco años ya estoy bailando en la fraternidad 8 de noviembre. Este año estamos con la Poopó de Oruro y todo es por devoción a las “ñatitas” que interceden por nosotros en el más allá. A mí me han concedido un negocio próspero y por eso mi fe”, dice Amparo Callejas, que asegura que por año invierte alrededor de 1.000 bolivianos en su vestuario de cholita paceña.

Cirilo, Agapito y Robert, las “ñatitas” más buscadas

En la parte de atrás del cementerio paceño hay 30 “ñatitas”, pero las más buscadas son Cirilo, Robert y Agapito, de quienes se dice que son los más “milagrosos”.

“Dónde está el Cirilo, al Cirilo pónmelo cigarrito, al Robert pásamelo coquita, y el Agapito, no se olviden del Agapito se puede enojar, saben que es muy renegón”, esa frases se escuchaban entre la multitud que se turnaba para rezar, poner coronas de flores, cigarros, coca, dulces, sodas, masitas, vinos  y prender velas a las ñatitas que fueron desenterradas el martes en la tarde.

Según las creyentes consultadas por ANF, Robert es una calaca que escucha a las parejas que no pueden tener hijos, mientras que Cirilo y Agapito “alejan la envidia, los enemigos y el fracaso” y también ayudan a encontrar el amor.

“El Cirilo es bien milagrosito, me ha ayudado harto. Pero para que se cumpla hay que venir lunes, miércoles y viernes a rezarle, ponerle coca y contarle tus problemas y él se encarga de ayudarte", dice una mujer.

Algunos ofrecen a sus calacas para hacer “milagros”. Julio Sánchez, quien dice ser un amauta de la zona Faro Murillo en El Alto, afirma que la “ñatita” de nombre Rosendo es un “maestro” y “poderoso” que cumple todos los pedidos de sus seguidores.

“Hemos traído a nuestros maestros para hacerles rezar y festejarles porque nos ayudan a lograr nuestros propósitos”, indicó.

Varias personas coincidieron en que la fe a estos personajes van en aumento porque "cumplen con los pedidos". Consultados en cómo obtienen los cráneos, algunos admitieron que fueron heredados, otros dicen que son sus parientes que fueron exhumados, mientras que otros dicen que recogen las calacas de los cementerios para protegerlos y protegerse a sí mismos.

Para esta celebración, la comuna paceña desplegó alrededor de 250 funcionarios ediles que controlaron y evitaron que se consuma y se comercialice bebidas alcohólicas.

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