La Paz, 21 de mayo de 2024 (ANF). - La crisis del agua en Bolivia se adelantó tres décadas, aseguró Khaterine Fernández, coordinadora de Red Polinizar y experta en temas ambientales. La crisis climática es el principal factor que está acelerando la escasez de agua y los peligros vinculados a este recurso, debido al aumento de las temperaturas.
“(La crisis del agua) se ha adelantado como tres décadas, hay varios lugares en zonas de altura, que ya no tienen agua y deben hacer grandes inversiones para contar con agua. Se está encareciendo el costo del agua”, señaló a la ANF. Alerta que en zonas rurales o periféricas se ha detectado una mayor escasez del líquido, lo que está provocando pugna entre los pobladores.
Bolivia ha registrado en los últimos meses, incluso desde el año pasado, temperaturas extremas, muy elevadas en el oriente, como en Santa Cruz, así como extremas de mucho frío.
Datos de mayo de este año del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) de Bolivia dan cuenta de que la temperatura máxima que se registró fue en Santa Cruz, específicamente en Camiri con 40,1 grados, así como 38,1 en Puerto Suárez, el último que se reportó fue de 36,8.
Desde los años 80 hasta hoy, estas temperaturas máximas extremas también se han registraron tanto en las ciudades de Oruro, Tarija y Cochabamba, como en determinados municipios de Santa Cruz, La Paz y Potosí.
Fuente: Senamhi
Aunque el aumento de temperatura puede ser de medio o un grado en un periodo entre 10 o 20 años, en un contexto de crisis climática el panorama es “bastante complicado”.
“En temas de temperatura, según a las tendencias de cambio climático, tenemos una tendencia positiva; es decir, que se va a incrementar poco a poco, la tendencia es positiva. Estamos hablando de periodos de 10 a 20 años. El aumento de temperatura es de medio grado a un grado; sin embargo, estos factores son bastantes importantes, esto ya genera un panorama bastante complicado, la temperatura es sensible en el tema de las condiciones climáticas”, señaló a este medio digital Willy Rocha, jefe de la Unidad de Meteorología y Climatología de Senamhi.
Según Fernández, el cambio climático es sustituido por la crisis climática, pues refleja mejor la situación actual que se vive en al país. Esto significa la transformación del clima, con efectos como la sequía, inundaciones, derretimiento de los glaciares y temperaturas elevadas.
“Tenemos cuatro estaciones del año, pero tenemos conflictos, desastres naturales que ocasionan los desequilibrios ambientales”, prosiguió.
La Organización de las Naciones Unidas habla de “cambio climático” que afecta al agua presente en el planeta de formas complejas. “Desde patrones de precipitación impredecibles hasta la reducción de las capas de hielo, pasando por el aumento del nivel del mar, inundaciones y sequías: la mayor parte de los impactos del cambio climático se reducen al agua”, se lee en su portal.
Fernández explica que estas consecuencias son producto de la quema de los bosques cuyos principales actores son la actividad agroindustrial debido al chaqueo más intenso.
ANF publicó en abril un reportaje sobre la deforestación, que es indetenible y una amenaza para la biodiversidad. Los actores principales de la devastación de los bosques son principalmente las empresas agrícolas y ganaderas, las cooperativas mineras auríferas y el narcotráfico. El país ocupa el tercer lugar en el planeta con el mayor índice de pérdida de bosques primarios.
La quema de los bosques tiene consecuencias desastrosas, pues son los árboles los reguladores de los vientos, del agua, del oxígeno “no hay bosques que regule los vientos y también la inundación, el árbol es un gestor integral de lo que existe en la atmosfera, si no hay bosque suficiente se desregula todo”, explica Fernández.
Rocha explicó que, debido al aumento de la temperatura, una de las consecuencias es una mayor estimulación de la formación nubosa convertible y eso genera precipitaciones o lluvias con mayor intensidad.
Sobre el tema, del 1 al 19 de mayo de este año, se registraron más lluvias en la macrorregión Altiplano, en este caso en las ciudades de La Paz y El Alto, llegando a sobrepasar los límites registrados, así como en la ciudad de Oruro, ya que, de registrarse normalmente un comportamiento de las precipitaciones de 10, 4 mm (milímetros), llegó a los 36,2 mm en La Paz; y en Oruro de 4,6 a 12,6 mm.
Por el contrario, en la macrorregión Chiquitana, en ese mismo periodo, el Senamhi registró más lluvias en Viru Viru y El Trompillo, en Santa Cruz, y nula lluvia en San Javier, San Matías, Puerto Suarez y San José.
Cada incremento de las temperaturas se traduce en una rápida escalada de riesgos, como olas de calor más intensas, lluvias torrenciales y otros fenómenos meteorológicos extremos que exacerban los riesgos para la salud humana y los ecosistemas. Se prevé que la inseguridad alimentaria e hídrica asociadas al clima aumente con el creciente calentamiento. Cuando estos riesgos se combinan con otros fenómenos adversos, como pandemias o conflictos, resultan aún más difíciles controlarlos, dice la ONU.
“En temperaturas frías no hemos superado récords históricos, en lo que va del año no hemos sentido, más bien hemos tenido un comportamiento positivo con temperaturas más altas de lo normal”, señaló Rocha. Este año también se va a registrar el Fenómeno de La Niña, que ya está comenzando este trimestre.
¿Qué sucederá en los siguientes años?
En caso de darse mayor pérdida de los reguladores, como son los bosques, las temperaturas se incrementarán. Esta crisis climática ha sido identificada hace unos 50 años. Fernández dijo que ya en los años 80 empezó, pero no se han hecho caso de los pronósticos que ya se advertían, pues los expertos ya se referían a estos desastres climáticos, “no se ha tomado las previsiones respectivas para tomar medidas y estamos sufriendo las consecuencias”. Una de ellas es la falta de agua.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) una de las enfermedades que sufre el cuerpo humano por vivir en temperaturas extremas de calor es el estrés térmico; es decir, cuando el cuerpo no puede refrigerarse, y puede desencadenar en agotamiento o insolación y agravar afecciones como enfermedades cardiovasculares, respiratorias y renales, así como problemas de salud mental. “Las personas mayores, los lactantes, quienes trabajan al aire libre y los enfermos crónicos son especialmente vulnerables”, se lee en su portal web.
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