
El Grupo de Trabajo de la ONU sobre la detención del gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, luego de analizar el expediente del caso llegó a la conclusión de que su detención “es arbitraria puesto que se violó el principio de igualdad de los seres humanos, al haber estado motivada por su opinión política de dirigente”. Observó también que el alejamiento de su cargo como gobernador, impulsado por asambleístas del MAS, pese a que se encontraba detenido, haya sido admitido por el Tribunal Constitucional Plurinacional.
Realizó varias observaciones en base a la información presentada por la defensa de Camacho y el gobierno. Cuestionó que Camacho no haya sido notificado ni informado sobre el proceso en el momento en que fue aprehendido, además de que le orden de captura haya sido emitida después, aunque con fecha retroactiva del 31 de octubre de 2022.
Observó con preocupación que el Ejecutivo haya justificado el operativo policial que se armó para su aprehensión bajo el argumento de que el gobernador Camacho estaba resguardado por al menos 40 personas fuertemente armadas, movilizadas en seis vehículos, cuando los videos mostraron que el vehículo en que se encontraba Camacho, estaba acompañado por uno solo en el que se encontraba su personal de seguridad que fue encañonado y gasificado por policías vestidos de civil y encapuchados.
Por último, observó que el presidente del Estado se haya pronunciado sobre el proceso judicial seguido en contra de Camacho, porque afecta la presunción de inocencia. En una entrevista a un diario brasileño, Arce Catacora señaló que Camacho se negó a asistir a cuatro citaciones, añadiendo que hay videos en los que confiesa haber participado en el plan para poner a Jeanine Añez en el cargo, para rematar diciendo que todos lo vieron en los balcones de Palacio Quemado, con la Biblia en la mano, de modo que, para Arce, “la evidencia de su participación es evidente”. (No olvidar que el presidente Arce no es sabelotodo, por eso sus afirmaciones contienen un grave error gramatical).
A muchos kilómetros de distancia, otros presidentes hacen también de las suyas con centenares de personas, a título de combatir el terrorismo y “Hacer grande a América nuevamente” (MAGA).
Hace unas semanas, centenares de venezolanos indocumentados fueron deportados de Estados Unidos ¡a El Salvador!, país en el cual el impresentable Bukele, lamentablemente admirado por muchos, hizo construir una cárcel de máxima seguridad denominada “Centro de Confinamiento del Terrorismo” (CECOTE), en el cual fueron recluidos sin haber sido procesados penalmente en ningún lugar, violándose su presunción de inocencia, el debido proceso y su derecho a la defensa, además de ser sometidos a tratos crueles e inhumanos. Ya son varios los familiares de jóvenes venezolanos que alzaron su voz de protesta por el abuso sin nombre que se ha cometido en su contra con esa manera de actuar.
Lo último que ha sucedido respecto a esto fue la deportación de 17 venezolanos acusados de pertenecer al tristemente célebre “Tren de Aragua” que, según Bukele, son “asesinos confirmados y autores de delitos graves, incluidos seis violadores de niños”. No hubo proceso alguno que demuestre esas aseveraciones. Por su parte, el iracundo Trump dijo al respecto: “Gracias presidente Bukele de El Salvador por hacerse cargo de los criminales que permitió entrar en nuestro País tan estúpidamente la administración del corrupto Joe Biden ¡y por darles un lugar tan maravilloso para vivir!”
Entretanto, el sudafricano canadiense Elon Musk, que también está haciendo de las suyas en EE.UU., entregó cheques de un millón de dólares a personas que habían firmado una petición contra los "jueces activistas" que bloquearon las órdenes ejecutivas de Trump, pese a que el fiscal general de Wisconsin, el demócrata Josh Kaul, había intentado impedir los pagos de Musk a último momento, argumentando que las leyes estatales lo prohíben. El todopoderoso Musk, a través de sus abogados, dijo que las dádivas no eran ilegales.
Por lo demás, ya comienza a hablarse en “el país del norte” que, para las elecciones de 2028 se presentaría el binomio Vance-Trump y que, luego de ganar la elección, renunciaría el primero de ellos, permitiendo un tercer mandato del segundo. ¿Así se atreven a hablar de la perpetuación en el poder de Ortega y Maduro?
Así andan la justicia y la política en Bolivia y en Estados Unidos. Parecidas barbaridades, aquí y allá.
El autor es abogado