La Paz, 29 de abril de 2023 (ANF).- Con machete en mano, Edwin Huanca, comunario de La Aguada, en el municipio de Guanay, en el norte de La Paz, está listo para cosechar el fruto del majo. Luego de ese trabajo, él se dirigirá a su casa, donde también funciona su restaurante para ofrecer leche de majo y tuyu tuyu, una bebida y un plato típico del lugar que le hace frente a la invasión de las cooperativas mineras que buscan oro.
La palmera del majo pertenece a la familia Oenocarpus distichicus, es muy exótica y crece a temperaturas calurosas –entre 25 a 30 grados centígrados-. Tienen cerca de 12 a 15 metros de alto y pueden producir hasta 70 veces o un poco más de años sus frutos, señaló Huanca, quien junto a su esposa e hijos se dedican a ofrecer esta leche natural.
Para la leche, los comunarios se trepan -a veces sosteniéndose en cuerdas- y retiran de la palmera los frutos ya maduros (oscuros). Para el plato, se abastecen de las larvas -de aproximadamente cuatro centímetros de largo- que salen de los troncos de la palmera, pero luego de cinco a seis meses y luego de ser caída. Los pájaros carpinteros que existen en el sector, también advierten a los comunarios que las larvas ya brotaron.
“Yo he crecido con este alimento, mis padres, mis abuelos ya lo comían y tomaban estos alimentos. También lo vendían en espacios cubiertos con las mismas hojas de la palmera. Ahora también les doy a mis hijas. Nosotros vivimos de este comercio. Toda esta población nos ayudamos con la naturaleza, acá no nos dedicamos a la minería”, dijo Huanca a este medio de comunicación, que visitó el lugar.
Son cerca de 10 familias que viven lado a lado en esta comunidad y se dedican a comercializarlos. Ellos están ubicados en medio del camino de tierra que conecta Guanay con Tipuani –cerca de 250 kilómetros de la sede de Gobierno- . El vaso de leche lo comercializan a Bs 10 y el plato con los tuyu tuyu tostados a Bs 50.
Todo este movimiento gastronómico se mueve alrededor de cientos de cooperativas que trabajan por el sector. ANF realizó un reportaje para dar a conocer la devastación que están realizando en Tipuani con su naturaleza, su río y sus comunidades.
“Las larvas, una vez retiradas de la palmera, son congeladas. Cada vez que un comensal nos pide un plato, los sacamos del congelador y los tostamos, no necesitan aceite, porque botan su propia grasa, y que es saludable. También vendemos su aceite en botellas pequeñas”, señaló Katty Céspedes, quien prepara los platos y los acompaña con yuca y arroz, no falta la llajwa (salsa picante boliviana).
Por otra parte, para preparar la leche, el fruto, ya maduro, es remojado en agua tibia, luego es machucado en un mortero. Este proceso hace que el líquido brote de la fruta, el mismo es colado y finalmente se le pone azúcar. Debido al calor en la zona, se lo acompañan con hielo.
“Lo único que pedimos a nuestras autoridades es que este camino pueda ser asfaltado, pues los vehículos que pasan levantan polvo y eso molesta a los visitantes”, sostiene Huanca.
¿Cómo es el sabor de ambos alimentos? Según un visitante que entrevistó este medio, la leche tiene un gusto a chocolate y el tuyu tuyu a maní.
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