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Nacional Seguridad

Torturas y ausencia de atención médica derivaron en el cuadro de embolia de César Apaza

“Él en un afán de protección corre hacia mí y es ahí donde yo pude ver que él presentaba contusiones en la cabeza, le pregunté qué le había pasado y me señaló que lo golpearon el día anterior”, dijo la abogada.
1 de Marzo, 2023
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Dirigente cocalero, César Apaza, en emergencias del Hospital de Clínicas. Foto: El Diario
Dirigente cocalero, César Apaza, en emergencias del Hospital de Clínicas. Foto: El Diario
La Paz, 1 de marzo de 2023 (ANF).- Desde que el presidente del Comité de Autodefensa de la Asociación Departamental de Productores de Coca (Adepcoca), César Apaza, fue aprehendido y encarcelado, su salud física y mental se desmoronó. Una aprehensión policial ilegal y con tortura causó los primeros estragos en su integridad, que luego se fue agravando por la negación de atención médica y por nuevas torturas físicas y psicológicas (palizas con golpes en la cabeza y amenazas de muerte a pedido) en el penal de Chonchocoro, una cárcel solo para sentenciados.

“Lo que él (César Apaza) me dijo es que cuando le propinaban los golpes (en Chonchocoro) le decían ‘antes eras habladorcito, pero ahora vas a aprender a callarte’, eso es lo que le decían cuando le pateaban solo de la cabeza, y yo pude ver los golpes, las contusiones”, dijo a ANF la abogada Evelyn Cossío.

El dirigente cocalero sufría una fuerte presión sicológica en Chonchocoro por las constantes amenazas de muerte que lo llevaron a pedir que la golpiza no sea denunciada. Pese a su silencio estaba convencido de que no saldría vivo del penal.

“Yo le dije que inmediatamente esto lo vamos a denunciar, pero él me pidió que no se denuncie, que recibió amenazas, y que si hablaba prácticamente no saldría con vida de ese lugar”, refirió la abogada.

Cossío pudo ver a Apaza al día siguiente de su llegada a Chonchocoro, el 7 de noviembre, luego de esperar más de tres horas. El dirigente se encontraba claramente afectado y con mucho temor.

“Él en un afán de protección corre hacia mí y es ahí donde yo pude ver que él presentaba contusiones en la cabeza, le pregunté qué le había pasado y me señaló que lo golpearon el día anterior”, dijo la abogada.

Un traslado armado 

El 7 de noviembre César Apaza fue trasladado del penal de San Pedro de La Paz al recinto de máxima seguridad de Chonchocoro en Viacha, por una resolución administrativa del director de Régimen Penitenciario Juan Carlos Limpias, debido a la supuesta tenencia de celulares y a un supuesto pedido de los propios internos de la sección Palmar de San Pedro.

La defensa de Apaza denunció que los celulares fueron sembrados para implicar al dirigente mientras que los internos de Palmar denunciaron que los delgados José Luis Condori, Ramiro Mamani Choque, Cristóbal Poma en coordinación con Bruno Macías Coyo y afines a Régimen Penitenciario hicieron firmar planillas a los reclusos de la sección diciendo que era para rechazar la entrega de pan pequeño.

“Han mentido diciendo que los panes han llegado muy pequeños y que tenemos que firmar para el pan, para que aumente el tamaño, pero no había sido para eso, había sido para el traslado de César Apaza, diciendo que era una persona indeseable, pero no era una persona indeseable, era una persona tranquila, no era agresivo, se llevaba bien con la gente”, señalaron tres internos del Palmar.


Sección Palmar de la cárcel de San Pedro. Foto: RRSS
Las torturas

Apaza llegó aproximadamente a las 18.30 al penal de Chonchocoro y es introducido directamente a una celda vacía por tres reclusos que tras cerrar la puerta le propinan una golpiza con patadas solo en la cabeza, exigiéndole que ya no sea hablador. Minutos después un policía irrumpe en la celda y reprende a los internos para supuestamente parar la golpiza, pero nunca reporta el hecho ni se ordena una revisión médica al dirigente.

“Teme por su vida, teme que nuevamente lo golpeen, solamente estoy aguardando a que él pueda hablar para que nos cuente, porque hasta el momento solo balbucea y casi no se le entiende lo que dice”, señaló la abogada.

De acuerdo a la información recogida de otros internos de Chonchocoro, esa no sería la única vez que Apaza fue torturado por otros reclusos y con consentimiento de los funcionarios de la cárcel. 

Régimen Penitenciario y la Policía debieron haber informado sobre las agresiones a César Apaza y actuar como autoridades que promueven el cuidado de la integridad física de los internos y el orden al interior de las cárceles, señaló Cossío, pero “sabemos de dónde vienen las órdenes, porque el mismo señor Apaza tenía miedo de que esto se denuncie”. 

En Chonchocoro las autoridades no tienen la capacidad de garantizar la vida de los internos y prefieren mirar para otro lado. Cinco días después del traslado de emergencia de Apaza al hospital de Clínicas, dos internos fueron encontrados muertos en el taller de hojalatería. Pese a las claras evidencias de un presunto doble asesinato, las autoridades se inclinaron por un doble suicidio.

En las últimas semanas en Chonchocoro, Apaza se encontraba muy deprimido, incluso le dijo a Cossío: “Doctora, dudo que salga con vida de aquí” y le pidió que hable con su esposa para decirle que ya no lo visite. “Era una persona que prácticamente había perdido el sentido de querer vivir, es así como yo lo vi cuando lo visité”, remarcó la abogada.

“Toda esta situación ha recaído en perjuicio de la salud de César Apaza”, enfatizó Cossío.

Cossío denunció que Régimen Penitenciario nunca se manifestó sobre alguna golpiza de Apaza en Chonchocoro como nunca lo hizo cuando el dirigente ingresó al penal de San Pedro con la mano derecha fracturada, siempre le negó una atención médica debida.



Falta de atención médica pese a síntomas de preembolia

Apaza “nunca fue atendido por lo menos en la posta de San Pedro, pese a que concurría a ese lugar el médico menospreciaba esa situación y César tuvo que ser tratado con ungüentos por un médico naturista que se encontraba privado de libertad”.

En Chonchocoro jamás recibió atención médica pese a que tres semanas antes de que sea trasladado al Hospital de Clínicas presentaba fuertes dolores de cabeza con adormecimiento en el cuello.

“Si supuestamente César Apaza recibió atención médica debería haber mínimamente un historial clínico sobre el seguimiento que se le ha dado a su salud, pero no, tuvo que estar extremadamente grave para que sea atendido”.

El dirigente tiene antecedentes de preembolia que sufrió hace algún tiempo del que tardó en recuperarse. La familia denunció que Régimen Penitenciario no valoró los informes médicos que presentó e igual lo trasladaron a Chonchocoro.

La alerta sobre el grave estado de salud de Apaza, para su traslado al Hospital de Clínicas, lo dio otro interno que se puso en contacto con la abogada, no Régimen Penitenciario. 

“Quien me comunica esta situación es otro interno, me informa que César Apaza está botado en el piso y muy mal, y en esas circunstancias empiezo a movilizarme y llamo a varias autoridades, ninguna me responde, hasta que doy con el número del delegado departamental de la Defensoría del Pueblo de La Paz y le digo lo que ocurre”, recuerda Cossío.

Policía se burla de la gravedad de Apaza 

Pese a tratarse de una emergencia médica Apaza llegó al Hospital de Clínicas después de más de tres horas. No fue atendido de forma inmediata por los médicos, ya no reaccionaba y lo mantenían en la ambulancia. Según la versión de Miriam, hermana de Apaza, los policías que lo trasladaron, decían: “pero acaso él está enfermo, no está enfermo, está bien, se está haciendo nomás”. Los policías también se resistieron a llevar al dirigente a otra clínica para una tomografía de emergencia.

Marina Vargas, Vicepresidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, señaló que las agresiones contra Apaza habrían sido permanentes, de forma física y psicológica y sin atención médica suficiente.

“El tema es que se ha ido acumulando y los golpes que ha recibido en la cabeza tanto en la Policía (cuando fue aprehendido), como en Chonchocoro, ha provocado esta parálisis y embolia en medio cuerpo”, dijo a ANF.

Refirió que todas esas acciones y la presión psicológica tan fuerte que ha sufrido ha tenido consecuencias y que en realidad “se trata de tortura física y psicológica que ha derivado sin duda en la embolia”.

Golpiza policial

Por la tortura policial ocurrida la madrugada del 22 de septiembre de 2022, Apaza quedó con la mano derecha fracturada, luego del pisotón sufrido en oficinas de la fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) de La Paz, también le patearon a la altura de cadera, donde mantiene un hematoma, en las costillas y en la cabeza hasta que quede imposibilitado de mantenerse en pie, todo bajo supervisión del entonces director de la Felcc, Rolando Rojas.

Producto de ello, dijo Cossío, él tenía fiebre y fuertes dolores de cabeza, hasta vómitos, y esta situación puso en conocimiento del responsable de posta de San Pedro, pero nunca le dio tratamiento ni ha querido dar la orden para que César Apaza pueda salir a ser tratado por un especialista.

“Ese ha sido el trato que ha sufrido el señor César Apaza durante todo este tiempo y todo esto ha ido generando decaimiento en su salud y actualmente continúa con esa contusión del lado derecho de la cadera y viene sintiendo dolores”.

Pese a su grave estado de salud, Régimen Penitenciario no informa hasta la fecha a los familiares cuál es la situación del dirigente cocalero y solo pretende llevarlo nuevamente a Chonchocoro, donde el Estado no tiene capacidad de garantizar la vida de ningún interno. 

Inacción de la Defensoría del Pueblo

Cossío también cuestiona a la Defensoría del Pueblo que pese a conocer las torturas sufridas por Apaza no hizo nada para que los policías torturadores sean procesados.

“La Defensoría del Pueblo miente cuando en sus informes señala que ha hecho seguimiento a este caso, falso, la Defensoría del Pueblo ha corroborado el estado de César Apaza cuando fue aprehendido, ha estado presente un médico de esta institución, han sacado incluso un pronunciamiento señalando de que sí habría sido víctima, pero jamás ha pedido que sean procesados los efectivos policiales que habrían golpeado y torturado a César Apaza”, apuntó.

/FC/

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    Tortura a César Apaza