26 de abril, 2023 - 14:55
La Paz, 26 de abril de 2023 (ANF).- La corrupción y el sometimiento al poder político de la justicia, verificado por la crítica nacional y organismos internacionales, generan casos de abusos y errores judiciales que en lugar de reconocerlos y ser resueltos por las autoridades judiciales en favor de las víctimas, deciden mantenerlas presas y hasta ver su muerte.
“Vemos una justicia que para salvar su pellejo prefiere al hombre muerto que libre”, dijo Andrés Gautier, responsable del área socioterapéutica del Instituto de Terapia e Investigación sobre la Tortura (ITEI), entidad con más de 20 años de experiencia en el tema de justicia y abuso estatal.
Existen casos emblemáticos conocidos como el del apicultor Juan Bascopé Cari y el del fallecido en la cárcel José Antonio Aramayo con más de 200 procesos judiciales.
Bascopé fue torturado por cuatro días por policías y militares y acusado de la muerte de tres efectivos y un médico en octubre de 2013 luego de un operativo de erradicación de cultivos excedentarios de coca en la región de Apolo. Bascopé fue sentenciado a 30 años de cárcel sin pruebas científicas. La sentencia se basó en testimonios no comprobados ni verificados.
“Lo que se hizo (en este caso) es encontrar un chivo expiatorio para justificar este proceso penal, sacrificando a una persona”, dijo a ANF el abogado Eusebio Vera.
De acuerdo con las características de las investigaciones y los elementos de prueba que se han ofrecido, indicó Vera, no alcanza para sentenciar a Juan Bascopé, pero “
acá podría decirse que hubo una especie de ‘buscar un culpable’, y como fue el único que se sometió a la ley, a la investigación, al proceso, obviamente es el único que paga los platos rotos”.
Ocho años duró el caso Apolo hasta emitir un juicio en medio de actos irregulares y delitos como tortura, pérdida de expedientes, detenciones sin órdenes e interferencia política del Ministerio de Gobierno, y en un ambiente de opacidad en el que incluso las autoridades judiciales desconocen el tiempo de detención que lleva Juan Bascopé debido a que no hay un mandamiento de detención preventiva.
De acuerdo a un documento al que accedió ANF, no se conoce en el Tribunal de Sentencia Penal 1º, Juzgado de Partido del Trabajo y Seguridad Social y Sentencia Penal de Achacachi, Distrito Judicial de La Paz, el tiempo de detención de Juan Bascopé debido a que “no cursa el mandamiento de detención preventiva”.
“El interés de la justicia es que se calle a Juan Bascopé, que haya un silencio sobre su caso, que muera en silencio”, remarcó Gautier.
Para el especialista, en este caso la justicia está en el dilema de “muere el culpable o sobrevive la justicia”, porque, según dijo, los jueces no quieren que les ocurra lo que les pasó con el caso del médico Jhiery Fernández, cuando se supo la verdad por una grabación que llevó a la cárcel a la jueza Pacajes.
“Esa es la amenaza a los jueces que está también en el caso de Bascopé, que pierdan todo su valor y dignidad de jueces por su mal proceder en la investigación criminal, entonces para ellos es mejor que muera la víctima que el victimario”, enfatizó a ANF.
La Defensoría del Pueblo, en la gestión de Pedro Callisaya, se apersonó al penal de San Pedro de La Paz, a la celda de Juan Bascopé, para tomar conocimiento del caso e indagar sobre las irregularidades y abusos contra el sentenciado y buscar una salida a esta injusticia.
La Defensoría se reunirá con los abogados defensores de Bascopé, tanto en el caso Apolo como en el caso de tortura sufrida y en el que hasta la fecha no hay responsables sentenciados.
Para Gautier, cuanto más se hable del caso Bascopé y se impida el silencio, habrá esperanzas de que exista un cambio en el caso. Dijo que si bien existe una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el proceso es muy lento, y dada lo delicado de la salud anímica y física de Bascopé, “es urgente la denuncia que exija su liberación inmediata”.
“Su salud está mal desde hace años, sufre de presión alta, la medicación que recibe es insuficiente, tiene que comprar o buscar por sus medios la medicación necesaria; además que hay malnutrición en la cárcel, no hay condiciones para conservar la salud y ocurre un lento debilitamiento del ser humano”, apuntó.
El cuerpo de Bascopé no pudo recuperarse de los cuatro días de brutal tortura. No puede trabajar, levantar peso cada vez le es más difícil, tiene la presión alta, constantes dolores de hombro y cabeza. No tiene ninguna atención del gobierno, ninguna terapia ni tratamiento, todo corre por su cuenta y la ayuda de organizaciones solidarias.
“Desde aquella fecha no puedo sanar, no estoy tranquilo, no puedo dormir tranquilo”, dijo el apicultor a ANF.
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