La Paz, 28 de julio de 2024 (ANF).- Después de la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024, la Conferencia Episcopal Francesa (CEF) mediante un comunicado expresó su preocupación por ciertas escenas de este espectáculo que, según los obispos, resultaron en "indignación y provocación" para los cristianos de todo el mundo.
La ceremonia de apertura incluyó una representación del cuadro de Leonardo da Vinci "La Última Cena" interpretada por un grupo de hombres vestidos de mujer. Esta escena generó una ola de críticas en redes sociales, y muchos líderes de otras religiones expresaron su solidaridad con la Iglesia católica francesa.
"Pensamos en los cristianos de todos los continentes que se han sentido ofendidos por el ultraje y la provocación de ciertas representaciones", afirmaron los obispos en su declaración.
"Esperamos que se comprenda que la celebración olímpica debería trascender los prejuicios ideológicos de algunos artistas", añadieron.
El secretario General de la CEF, el padre Hugues de Woillemont, resaltó en la red social X la contradicción entre la "inclusividad proclamada" y la "exclusión efectiva" de ciertos creyentes. "No es necesario herir sensibilidades para promover la fraternidad y la sororidad", comentó.
Monseñor François Touvet, Presidente del Consejo de Comunicación de la CEF y obispo coadjutor de la diócesis de Fréjus-Toulon, también se sumó a las críticas. En una publicación en redes sociales, expresó su rechazo al "escandaloso e impactante insulto a los cristianos en todo el mundo" y a otros aspectos cuestionables del espectáculo.
A pesar de las controversias, la CEF elogió los "maravillosos momentos de belleza y alegría" que ofreció el evento, también destacó que el deporte es una "actividad maravillosa que toca profundamente los corazones de atletas y espectadores" y que el olimpismo debería ser un "movimiento al servicio de la unidad y la fraternidad humana".
Comunicado de la Conferencia Episcopal Francesa (traducción del francés)
Tras la perspectiva de los juegos de París, el proyecto Holy Games moviliza desde hace casi tres años a numerosos católicos que se reunieron para compartir el fervor deportivo y popular en torno a los Juegos de París, este magnífico evento organizado por nuestro país.
La semana pasada tuvimos la alegría de organizar la Misa de apertura en presencia de numerosas personalidades religiosas, políticas y deportivas.
Creemos que los valores y principios expresados y difundidos por el deporte y el olimpismo contribuyen a esta necesidad de unidad y hermandad que tanto necesita nuestro mundo, en el respeto de sus convicciones, en torno al deporte que nos une y para promover la paz de naciones y de corazones.
La ceremonia de apertura propuesta anoche por el COJOP ofreció al mundo entero maravillosos momentos de belleza, alegría, ricos de emociones y universalmente saludados.
Lamentablemente, esta ceremonia incluyó escenas de escarnio y burla del cristianismo, que deploramos profundamente.
Agradecemos a los miembros de otras religiones que nos han expresado su solidaridad. Esta mañana pensamos en todos los cristianos de todos los continentes que se han visto heridos por el exceso y la provocación de determinadas escenas. Queremos que comprendan que el festival olímpico va mucho más allá de los prejuicios ideológicos de unos pocos artistas.
El deporte es una actividad humana maravillosa que alegra profundamente los corazones de deportistas y espectadores. El olimpismo es un movimiento al servicio de esta realidad de unidad y fraternidad humana.
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