La Paz, 19 de agosto de 2024 (ANF).- El cultivo de la quinua en Bolivia, particularmente en el Altiplano Sur, se enfrenta a importantes desafíos y oportunidades que definirán su futuro en los mercados globales y locales. Un reciente informe del Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo (INESAD) detalla una serie de conclusiones y recomendaciones clave para asegurar la sostenibilidad y la competitividad de este sector estratégico.
Uno de los puntos más destacados del informe “Situación actual y perspectivas del sector quinuero en Bolivia” es la necesidad de avanzar en la diferenciación de la quinua real del Altiplano Sur. Este tipo de quinua, conocido por su sabor, tamaño y color únicos, señala, puede posicionarse de manera más efectiva en nichos de mercado que valoran la agricultura orgánica o regenerativa.
Este enfoque no solo permitiría captar consumidores conscientes a nivel mundial, sino que también abriría la puerta a la implementación de instrumentos como la denominación de origen y el indicador geográfico, que resalten la identidad y calidad del producto.
La transformación productiva es otro aspecto crítico para el desarrollo del sector quinuero. Mantener la calidad orgánica de la quinua mientras se mejora el acervo tecnológico es esencial para abrir nuevos mercados tanto externos como internos.
Esto requiere de una “investigación profunda sobre las preferencias del consumidor y la competencia”, así como del fortalecimiento de las habilidades técnicas y administrativas de los productores locales. El desarrollo de productos con valor agregado, como alimentos procesados o derivados de la quinua, se presenta como una “opción viable” para incrementar los ingresos de los productores.
La diversificación productiva también es clave, señala. La combinación de la quinua con otros productos andinos, como la cañahua, el amaranto, el cacao y la castaña, ofrece nuevas oportunidades de negocio. Además, la producción de leche vegetal a base de quinua y tarwi, o la elaboración de cerveza a partir de este grano, son ejemplos de cómo la innovación puede generar nuevos mercados y fortalecer la cadena de valor.
No obstante, indica, la sostenibilidad de la producción de quinua requiere un enfoque integral que incluya buenas prácticas agrícolas y un cuidado ambiental riguroso. La implementación de medidas de mitigación del cambio climático, el uso de sistemas de riego eficientes y la promoción de un consumo consciente son fundamentales para asegurar la viabilidad a largo plazo del cultivo.
Finalmente, a nivel de la industria, se recomienda la implementación de controles más estrictos en el campo para asegurar una provisión de materia prima libre de pesticidas y la planificación a largo plazo para mitigar los riesgos asociados a la escasez de divisas, lo que podría impactar negativamente las exportaciones.
En resumen, la quinua boliviana, con su rica historia y características únicas, tiene un futuro prometedor si se adoptan estrategias que promuevan su diferenciación, transformación y sostenibilidad. Estas acciones, señala el informe, no solo beneficiarían a los productores locales, sino que también fortalecerían la posición de Bolivia en el competitivo mercado global de alimentos.
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