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Nacional Seguridad

Trabajo extenuante y pocas horas para dormir, una forma de tortura en Cocina del penal de San Pedro

La psicóloga forense Verónica Alfaro refirió que existe abundante información sobre la forma de cómo afecta a las personas privarlas del sueño o no descansar lo suficiente. Dijo que esta situación altera la presión arterial y produce enfermedades cardíacas y hasta diabetes.
24 de octubre, 2022 - 22:59
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La Paz, 24 de octubre de 2022 (ANF).- El hacinamiento crítico, las largas horas de trabajo y el poco tiempo para dormir constituyen tortura, trato cruel, inhumano y degradante, señalaron una activista de derechos humanos y dos psicólogas.

Esta situación ocurre en el sector Cocina del penal de San Pedro de La Paz donde los internos, que se encuentran en calidad de castigados, deben afrontar además golpes y malos tratos de quienes están a cargo de la producción de la comida.

“Yo tengo la impresión de que más bien es una forma de tortura, porque son 40 personas en un lugar pequeño como Cocina, donde prácticamente no duermen porque desde las tres de la mañana hasta más o menos 11 de la noche, o hasta cuando quieren los jefes, están trabajando, entonces para mí eso es una forma de tortura”, dijo a ANF la Vicepresidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia, Marina Vargas.

Internos del penal de San Pedro confirmaron el trato que reciben quienes llegan a ese lugar, además de la explotación laboral a la que son sometidos. Nadie percibe ningún tipo de salario por el trabajo obligado que realizan: cocinar para casi 3.000 internos, que conforman la población carcelaria de San Pedro, todos los días.

A cocina llegan los que resultan castigados por consumir bebidas alcohólicas, por pelear, por consumo de drogas, deudas y los internos que no pudieron pagar el ingreso obligatorio al penal que cobran los delegados. Pero incluso llegan a cocina porque alguien pagó afuera y el Consejo de delegados cobra y hace cumplir ese pedido.

“Cada día tienes que levantarte muy temprano para cocinar para todos los internos, casi no se duerme, y durante el día hay que pelar papa por costales, zanahorias, picar cebollas, y si lo haces mal te golpean, ahí todo es delito, si se pierde algo, igual te golpean, y si quieres salir de ahí debes pagar al cabo policía 500 bolivianos”, dijo un interno a ANF.



La psicóloga Marynés Salazar enfatizó que las sanciones deben aplicarse en el marco de los derechos humanos y eso implica que una persona debe trabajar solo ocho horas y tener su tiempo de descanso. Remarcó que privar de las horas necesarias de sueño a una persona es una forma conocida de tortura.

“Las personas precisamos reponer nuestras energías para fortalecer el desarrollo neuronal a través del sueño, por eso es que se conoce históricamente que la privación del sueño ha sido una de las torturas empleadas permanentemente en tiempos de dictadura o en situaciones de guerra”, dijo a ANF.

Indicó que una persona que no tiene el tiempo necesario de sueño y de descanso, en primera instancia tiene dificultades de relacionamiento por sus dificultades cognitivas, es decir, “capacidad de interpretación de la realidad, pueden alterarse sus capacidades afectivas poniendo a la persona en situaciones de depresión o en situaciones de ansiedad y también se verán afectadas sus capacidades conductuales, es decir hacer las cosas lúcidamente”.

La psicóloga forense Verónica Alfaro refirió que existe abundante información sobre la forma de cómo afecta a las personas privarlas del sueño o no descansar lo suficiente. Dijo que esta situación altera la presión arterial y produce enfermedades cardíacas y hasta diabetes.

Destacó que dormir bien produce una regulación de la hormona del estrés que es el cortisol, “y cuando no dormimos o dormimos mal, la producción de este cortisol va estar en aumento, entonces la persona está irritable, la persona está totalmente desestabilizada y puede esto también generar otro tipo de alteraciones hormonales como contribuir a la presión alta e inclusive a producir una posible diabetes tipo 2”.

Agregó que estar privado del sueño constituye “una de las torturas más fuertes” que se puede observar, y si a esto se suma el hacinamiento crítico y la presión física con golpes, “estaríamos ya hablando de realmente torturas, de tratos crueles inhumanos y degradantes”.

/FC/

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