La Paz, 1 de febrero (ANF).- Ni la crisis política por la que atravesaba Bolivia a fines de 2019 e inicios de 2020 frenó las actividades del narcotráfico. Según el informe de la Administración de Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), el exjefe antidroga Maximiliano Dávila expresó que “todavía estaba preparado para asegurar un envió mayor de 1.500 kg. de droga.
El mes de octubre de 2019, entre las elecciones nacionales de ese año y los conflictos políticos que se extendieron, la planificación para enviar droga a Estados Unidos continuo entre Omar Rojas Echeverría, exmiembro de la policía boliviana dado de baja mucho antes; Jhon Cahuana Barrientos, Jheyson y Herland Montaño Fernández y Rómulo Ramírez Rodríguez proveedores de la cocaína, además del exdirector de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn) que comprometió proteger los envíos.
“Durante llamadas y reuniones registradas legalmente en diciembre de 2019 y febrero de 2020, CC-1 (Maximiliano Dávila) reconoció su conocimiento de la entrega exitosa de una muestra de kilogramos de cocaína en Lima, Perú y, a pesar de los disturbios en Bolivia durante este período, explicó que todavía estaba preparado para asegurar un envío mayor de 1.500 kilogramos cuando CS-1, CS-2 y CS-3 (agentes encubiertos) estuvieran listos”, dice el informe de la agencia estadounidense.
El 2019, Dávila dirigía las operaciones de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico, es la entidad que hace frente al ilícito del tráfico de drogas, maneja información privilegiada sobre las actividades ilícitas en el territorio nacional. En diciembre de 2019 fue relevado durante el gobierno de transición y el 2020 retorno como comandante departamental de la Policía en Cochabamba.
La investigación policial se inició al detectar a una organización de narcotraficantes (DTO) que operaba en Bolivia y que distribuía cocaína para su importación final a los Estados Unidos, y especialmente al estado de Nueva York.
Las indagaciones revelaron que el ahora exdirector de la Felcn, “junto con otro exmiembro de alto rango de la misma agencia, Rojas Echeverría, usaron sus cargos oficiales y conexiones para asegurar el acceso a la Policía boliviana a aeródromos con el fin de facilitar los envíos de grandes cantidades de cocaína”
De Cahuana Barrientos, Montaño Fernández y su hermano, Ramírez Rodríguez se dice que eran proveedores a gran escala, además de haber operado laboratorios en el país. Las operaciones encubiertas de investigación se realizaron entre julio de 2019 y febrero de 2020, tiempo en el que una fuente confidencial participó de reuniones se hicieron grabaciones telefónicas legales, en las que los acusados contaron sus experiencias en narcotráfico.
Las conversaciones a fines del mes de julio versaron en el objetivo de planificar el envío de droga a Nueva York. Y “el papel de CC-1 (Dávila) en la operación era proporcionar seguridad armada y precios basados en las rutas de envío propuestas y el destino de EE. UU.”
La organización de Cahuana Barrientos, Montaño Fernández y su hermano en las negociaciones afirmaban que podían producir cocaína con una pureza de entre el 96 y el 97 por ciento. Incluso mostraban videos de los laboratorios sobre el método de producción de la cocaína.
Para consolidar el negocio respecto a la mercancía, en octubre ofrecieron proporcionar un kilogramo de cocaína de “muestra” para los clientes estadounidenses.
En el informe se describe que, a fines de octubre de 2019, Montaño Fernández entregó a Rojas Montaño el kilogramo de muestra solicitado, quien a su vez analizó la calidad de la muestra de cocaína en un apartamento.
A principios de noviembre de 2019 acordaron los precios del kilogramo de cocaína a 3.000 dólares y se estimaba un envío de 1.300 kilogramos. Tras conversaciones sobre los contactos con redes del narcotráfico, sobre precios y mercado, Dávila comprometió proporcionar la protección de los cargamentos de cocaína, además, cita a un oficial boliviano que estaría a cargo de proteger la carga tanto en el avión y en el aeropuerto.
Estas conversaciones dieron como resultado realizar un encuentro en Lima, Perú, para revisar las muestras para el envío del cargamento.
En 2020 continúan las charlas para el envío de la droga, nos obstante hacen notar que la pandemia ha demorado las actividades,pero que se realizaría el negocio.
“La DTO podría producir las cantidades de cocaína discutidas anteriormente. Durante esa conversación, grabada legalmente, CS-2 le dijo a Ramírez Rodríguez que la muestra de cocaína entregada en Lima, Perú, fue bien recibida en el competitivo mercado de Nueva York, y preguntó si se podía producir la misma cocaína para el envío planificado. Ramírez Rodríguez confirmó que su DTO produciría cocaína de la misma calidad”.
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