La Paz, 16 de diciembre de 2024 (ANF).- En la gestión 2023, Bolivia importó 27,2 millones de dólares en pólvora y explosivos y solo exportó 8,3 millones de estos insumos, principalmente a siete países, de acuerdo a información del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) con base en datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Perú es el principal proveedor de Bolivia de pólvora y explosivos, con una participación de casi el 50 por ciento del total importado, mientras que el principal comprador es Ecuador, con cerca de la mitad del total exportado.
“Hay una gran especulación en la venta de explosivos que encabeza Fanexa, que es una empresa de las Fuerzas Armadas, y otras empresas menores que vienen del Perú”, dijo el especialista en seguridad, Samuel Montaño, a ANF.
Pese a producir explosivos para la minería y la construcción, Bolivia importa principalmente de ocho países, entre los que están -aparte de Perú- Brasil, China, España y Estados Unidos. Mientras que exporta también hacia Perú, Chile, México, Estados Unidos, España y Paraguay.
Montaño evidenció una falta de control en la comercialización y portación de explosivos en el país, situación que favorece, según dijo, al contrabando y uso ilegal del insumo.
“Quién no tiene dinamita en Bolivia, los mineros, los cocaleros hasta incluso los estudiantes normalistas, los campesinos, la FUL (de la universidad) cuántas veces ha peleado y ha usado cachorros de dinamita, porque el mercado en Bolivia no está controlado, hay normas que rigen, pero no un control que se debería ejercer a las Fuerzas Armadas”, apuntó.
De acuerdo al reportaje “Las rutas del mercado negro de explosivos mineros en Perú”, dinamita importada desde el Perú hacia Bolivia, regresa al mismo como contrabando por el débil control que existe en territorio boliviano.
“¿Por qué reingresa (el explosivo) a esos países (de origen)? Quiere decir que aquí no hay control, por lo que este material explosivo vuelve a los países de origen”, apuntó.
“Si usted va a cualquier negocio, esos negocios con tal de vender no van a cumplir las reglas, no cumplen su mayoría, por eso todo el mundo tiene dinamita”, remarcó Montaño.
En la calle Santa Cruz, en los puestos de las conocidas “chifleras” (vendedoras de plantas medicinales), dijo Montaño, hay venta de rollos de mecha lenta, “y esto ocurre desde que el gobierno de Evo Morales en una primera instancia prohibió el uso de dinamita en las marchas, pero luego restituyó como un derecho de los mineros”.
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