La Paz, 30 de junio de 2024 (ANF).- La toma militar de Plaza Murillo del miércoles pasado aún sigue sin ser considerado un intento de golpe de Estado por gran parte de la población y por políticos de oposición. El analista Emilio Rodas puntualizó al menos siete características típicas de una toma de poder militar que no se cumplieron en la operación.
El primer elemento que no se habría realizado es el comunicado militar a las cero horas del día del golpe militar, eso sirve para transmitir a todas las unidades militares la justificación de la acción armada que ejecutarán contra el poder político.
La segunda característica es la evaluación de la aceptación a ese manifiesto por parte del resto de las fuerzas armadas, eso entre las 03.00 a 04.00; la tercera acción es el desplazamiento de tropas durante la madrugada para someter a los regimientos que decidieron no alinearse a la idea golpista; el cuarto paso es la evaluación de correlación de fuerzas y consolidación del apoyo mayoritario de toda la institución castrense.
Una vez cumplida las anteriores etapas, la quinta característica es el traslado militar para la toma simbólica de Plaza Murillo, eso sucede cuando el golpe de Estado ya está consolidado y no hay forma de que el Gobierno pueda reaccionar.
Las últimas dos singularidades son la captura y custodia militar del presidente y el apresamiento de las autoridades electas y designadas.
“Fue suigéneris, una guarnición militar que toma la Plaza Murillo, un intercambio verbal entre el presidente depuesto, supuestamente, y el golpista. Una total confusión en el resto de las unidades que no tenían información de lo que estaba ocurriendo y un aislamiento de lo que es el escenario político”, argumentó Rodas.
En criterio de otros analistas, tampoco se consideró cortar las comunicaciones en todo el perímetro de Palacio de Gobierno con tecnología que actualmente existe, incluso le dio tiempo al primer mandatario, Luis Arce, de llamar a Evo Morales para alertarle que tome sus recaudos. Otra de las observaciones es el despliegue de vehículos militares en pleno horario de congestión vehicular.
También se conoció de la llegada de francotiradores desde Cochabamba cuando el supuesto intento de golpe de Estado ya había terminado.
“Normalmente, un golpe de Estado es una acción política traducida por medios militares. Todos los golpes han tenido respaldo político que no solamente han sido una acción militar. Los militares actúan como instrumento, en este caso. El único elemento político con los que tenían contacto el grupo golpista era la gente del Gobierno”, resaltó Rodas.
El entonces comandante del Ejército, Juan José Zúñiga, al momento de ser aprehendido, dijo a los medios de comunicación que todo fue montado a pedido del presidente del Estado para levantar su popularidad.
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