La Paz, 19 de abril de 2025 (ANF). - El excomandante del Ejército Juan José Zúñiga recluido en la cárcel de El Abra, acusó al presidente Luis Arce de orquestar un fraude electoral y eliminar a los lideres de oposición, con el fin de quedarse en el poder por más tiempo. Sus revelaciones las hizo en una carta dirigida a un medio de comunicación mexicano.
“Algo que no sabe la población es que, desde hace meses, un grupo secreto de hackers llegó a Bolivia con el objetivo de vigilar a opositores, controlar el padrón electoral y manipular las elecciones, todo para consolidar un fraude que perpetúe a este régimen corrupto en el poder por otros años más. Es por eso que Luis Arce, solo busca -por lo menos- con los funcionarios públicos mostrar que tiene un falso apoyo, para así cuando haga el fraude pueda disimularlo, o decir aquí está mi cantidad de gente, por eso aunque las encuestas lo den como perdedor él está muy seguro de ganar”, dice una parte de la carta que envió el exjefe militar al medio de comunicación de México Fuerza Informativa Azteca (FIA).
Esas aseveraciones surgen luego que el Gobierno presentó el documental ¿Qué pasó el 26J? material audiovisual que mostró los hechos que presuntamente pasaron antes y durante la toma militar de Plaza Murillo. El mensaje gubernamental está orientado a mantener la retórica de que un grupo de militares quisieron tomar el poder por la fuerza.
En la misiva, Zúñiga afirmó que el jefe de Estado le ordenó liderar un “autogolpe” que tenía el fin de ocasionar un escenario de enfrentamiento entre bolivianos y mostrar al Gobierno como víctima. Incluso aseveró que se le instruyó armar a un grupo de choque liderado por un extranjero para generar caos.
“Arce me encomendó liderar un autogolpe: un plan perverso ideado para provocar derramamiento de sangre y pintar al Gobierno como la víctima. Se me ordenó que entregara 1.000 rifles y el entrenamiento de grupos de choque y a la vez se ordenó la compra de 5 mil rifles AK47 —incluso contratando a un extranjero— para generar disparos, golpes, aprehensiones y terror entre el pueblo”, detalló.
También aseveró que debía atacar a los lideres de oposición, entre ellos Jorge Tuto Quiroga, Luis Fernando Camacho, Carlos Mesa, Samuel Doria Medina y Evo Morales. Dijo que salió a atacar a Morales en un medio de comunicación para mostrar lealtad y obediencia, pero esa situación fue parte del plan para frustrar el autogolpe porque no estaba de acuerdo con esas órdenes.
“Pero no se trató solo de evitar la violencia inmediata. Se me ordenó eliminar a quienes sabían demasiado: como el capitán de inteligencia (Sergio) Castro, varios ministros e incluso figuras públicas allegadas al gobierno que podían voltear la situación. Además, se me instruyó hacer seguimiento a numerosos personajes de la oposición al gobierno, incluyendo a Tuto, Manfred, Samuel, Evo Morales, para saber cada uno de sus pasos y, en el momento oportuno, iniciar con la guerra sucia o confrontación”, relató.
Asimismo, indicó que, mientras se armaba ese plan, el mandatario junto a Hugo Moldiz y Fernando Rodríguez sostenían reuniones donde se lucraba con los recursos naturales como el litio. Anteriormente se denunció que los hijos del presidente estaban presuntamente vinculados a los contratos para la explotación del salar de Uyuni.
“Y mientras tanto, en reuniones secretas, Luis Arce se juntaba con Hugo Moldiz y su operador Fernando Rodríguez, quienes manejan el país desde las sombras. En esos encuentros, se ordenaba dar vía libre a sus hijos y allegados para lucrar con nuestros recursos: el litio, la madera, la ganadería, etc. todo lo que hace de Bolivia una tierra bendita. Mientras las amas de casa apenas tienen para alimentar a sus hijos y miles de bolivianos pasan hambre, este gobierno empobrecedor solo se enriquece a costa del sufrimiento del pueblo”, precisó.
El excomandante dijo que, al no estar de acuerdo con ese plan, mostró lealtad y obediencia para frustrar el autogolpe que, a su criterio, habría hundido al país en un escenario de violencia injustificada.
“Hoy, con mi salud intacta y mi convicción firme, pido auxilio a la comunidad internacional, a organizaciones de derechos humanos y a todos aquellos que luchan por la justicia. No permitiré que sigan inventando historias de suicidio o accidentes para callarme. El pueblo boliviano merece vivir sin miedo, con justicia y dignidad. No voy a ser cómplice de un sistema que roba nuestros recursos sagrados y empobrece a la nación mientras unos pocos se enriquecen a costa de la miseria. Es hora de levantarse, de decir basta a la corrupción, la manipulación y la represión”, concluyó.
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