La Paz, 16 de marzo de 2025 (ANF). - El exmandatario Evo Morales refutó las declaraciones del presidente Luis Arce sobre la situación económica y dijo que el país está en quiebra. Afirmó que la Asamblea Legislativa debe aprobar los créditos externos para inversión pública, no para comprar combustible.
“Si el Estado no estuviera en quiebra no haría falta plata para comprar combustible, más bien sobraría. Esa es la mejor prueba para mí que el Estado está en quiebra, depender de la deuda externa para comprar gasolina es un estado mendigo y limosnero. La Asamblea tiene que aprobar créditos para inversión pública, no para gasto público, no para comprar gasolina”, señaló en su programa dominical.
La semana pasada, tras lanzar 10 medidas transitorias para enfrentar el desabastecimiento de combustible, el jefe de Estado negó que el país esté en quiebra porque y que solo está pasando un momento de iliquidez de divisas, debido al estancamiento de los créditos en la Asamblea Legislativa.
Basado en su experiencia, el también líder cocalero consideró que no se debe engañar al pueblo, se pueden equivocar, pero no mentir. “Mi experiencia, a las nuevas generaciones, como hermano mayor quiero decir: no se miente al pueblo. Podemos equivocarnos, nunca se miente, con la mentira no se hace política (…). Es mejor ser sincero”, indicó.
Morales dijo que el gobierno no asume su responsabilidad sobre la complicada situación económica del país y prefiere responsabilizar a los sectores productivos, al evismo, a los actores políticos y a los del sector productivo de Santa Cruz.
“Las autoridades son expertas para lavarse las manos, el poder Ejecutivo no es responsable de nada todo es culpa de los programas externos, los cambitas, comerciantes, la asamblea y el evismo, todos somos culpables menos el gobierno”, manifestó.
Morales gobernó el Estado boliviano durante casi 14 años consecutivos. En 2014, los expertos en economía, analistas y opositores advirtieron del despilfarro de recursos económicos y que la falta de una política hidrocarburífera iba a complicar la economía del país en el futuro, ese tiempo de crisis que advirtieron ha llegado. Aunque el Gobierno prefiere no llamarle crisis económica, sino iliquidez de dólares.
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