La Paz, 7 de noviembre (ANF).- En la apertura de la CXV Asamblea de Obispos de Bolivia, monseñor, Fermín Emilio Sosa Rodríguez, Nuncio Apostólico, ofreció un mensaje inspirado por los desafíos del “Sínodo de la Sinodalidad” recientemente concluido en Roma. El Nuncio recordó que la Iglesia está llamada a "ser una Iglesia en camino", siguiendo la exhortación del Papa Francisco a caminar hacia un futuro más esperanzador.
De esta manera, Sosa hizo referencia al reciente mensaje del Sumo Pontífice durante la clausura de la decimosexta Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos donde se destaca la urgente necesidad de ser una Iglesia "en movimiento". E inspirado en la parábola del ciego Bartimeo, el Papa exhortó a la Iglesia a no quedarse "sentada" en su propio dolor, sino a caminar, soñar y proyectar un futuro que sea guiado por la paz, la esperanza y el compromiso con el bien común.
Sosa destacó que la Iglesia y la sociedad enfrentan situaciones difíciles en el mundo actual. La iglesia debe movilizarse y actuar desde el corazón, integrando a todos en una búsqueda común de paz. "Pacificar es también tarea del corazón", recordó, citando al Papa Francisco e indicó que si queremos un cambio real en nuestra sociedad debemos unir nuestro corazón al corazón de Cristo ya que Cristo es capaz de este milagro social.
En ese sentido, el Nuncio resaltó que la "civilización del amor" a la que aspira el mensaje cristiano requiere un corazón capaz de reconciliarse y para que exista una verdadera reparación del corazón y del tejido social "no basta la buena intención, es indispensable un dinamismo interior de deseo que provoque consecuencias externas" y que se busque siempre la verdad y el bien de la comunidad.
Este llamado recae en el contexto boliviano porque en 2025, celebrará dos importantes momentos, el primero es el Jubileo 2025 bajo el lema “Peregrinos de Esperanza” que coincidirá con el Bicentenario de Independencia de Bolivia. Estos eventos serán un espacio importante para profundizar en el llamado a la sinodalidad, concepto que busca fomentar una Iglesia más inclusiva, participativa y fraterna.
En esta línea, destacó que el papel de la Iglesia en el próximo año jubilar será guiar y apoyar al pueblo boliviano para encontrar en la fe y la esperanza cristianas las fuerzas necesarias para transformar su realidad.
El próximo año será, entonces, una oportunidad de renovación, un tiempo para que Bolivia y la Iglesia local unan esfuerzos a favor de un futuro en paz. A través de las celebraciones eucarísticas, la oración y el compromiso comunitario, el Nuncio invitó a los obispos ya todo el Pueblo de Dios a sumarse a esta misión de paz, caminando juntos como "Peregrinos de la esperanza".
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