La Paz, 2 de junio de 2024 (CEB).- El obispo del Vicario Apostólico de la Catedral Santísima Trinidad de la ciudad del Beni, monseñor Aurelio Pesoa, exhortó hoy a los feligreses a mantener firme la fe en Dios y que no sea eliminado del corazón y la vida de los bolivianos, señalando al mismo tiempo que todos somos responsables de nuestro país y en el que queremos vivir.
El también presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) recordó que Dios es el creador de todo, menos del mal, y es el bien la semilla que plantó Dios en el corazón del ser humano para que produjera frutos buenos para todos.
“Entendamos, Dios no creo el mal, el mal es el resultado de la ausencia de Dios en el corazón de los seres humanos. El ser humano pareciera que hasta ahora no ha querido entender el encargo que Dios le encomendó cuidar”, dijo.
Aseguró que en el mundo el bien es repartido no generosamente, sino de acuerdo a los propios beneficios, “olvidando que el bien no es propiedad del ser humano”.
“A la luz de la Palabra de Dios y aplicada a la vida, vemos en nuestro país que, como única forma, la incultura de protesta, las amenazas de bloqueos y demás conflictos están a la orden del día, aquí, allá y más allá. Como el prójimo no cuenta, es el modo de crear inseguridad en nuestro país”, reflexionó el obispo del Beni.
El religioso dijo que quien ama, se preocupa de todo y por todos, ya sea en la vida social, en la política, en la economía, en la justicia, y que debe comportarse a la altura del amor.
“Quien fomenta la violencia, la división, el fanatismo, la irresponsabilidad y tantas otras formas de destrucción, no está actuando a la altura de su ser, criatura de Dios, no actúa como hermano”, exhortó.
Monseñor Pesoa señaló que duele ver a muchos habitantes de nuestro país que sufren y que pareciera que los ciudadanos están adormecidos y otros estén normalizando vivir de esta forma; agregó que pareciera ser que no se avanza como uno quisiera y que no es tiempo para buscar quien tuvo la razón o la culpa.
“Todos somos responsables de nuestro país en el que queremos vivir. De nosotros depende lo que queremos dejar a las futuras generaciones”, puntualizó.
El presidente de la CEB recordó a la comunidad que todos somos aves de paso y que sólo Dios sabe cuándo nos llamará a su presencia y que en este mundo el dinero todo lo compra.
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