Óscar Barriga, presidente de YPFB. Foto: ANF
La Paz, 5 mayo (ANF).- YPFB a través de su presidente, Óscar Barriga anunció el inicio de la venta del nuevo combustible para el parque automotor con octanaje RON 85, resultado de la mezcla de la gasolina base 81 con hasta 8% de etanol anhidro a partir de este lunes en la ciudad de Cochabamba. Sin embargo, evitó mencionar las observaciones técnicas de fondo formuladas por el experto Hugo del Granado a la implementación de la nueva gasolina.
“La comercialización de la gasolina especial que consumimos que va a tener una mejor calidad y al mismo precio (3.74 bolivianos el litro), se le va a incluir un aditivo (alcohol anhidro) dejando de lado el otro aditivo en base a manganeso. Esta incorporación le dará una mejor calidad con mayor octanaje, y vamos a iniciar la comercialización en Cochabamba y luego paulatinamente llegará al mercado total”, explicó en BTv.
Barriga señaló que la introducción de la nueva gasolina deriva de un trabajo de hace más de dos años de trabajo técnico, que ha pasado por laboratorio, pruebas pilotos en el parque automotor, hasta llegar a mejorar la calidad del combustible sin tocar el precio al consumidor final.
De acuerdo a la resolución ministerial 042/19 del 25 de marzo, Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) están a cargo de coordinar la sustitución gradual de la gasolina especial en todo el país.
Para ello, ambas instituciones del Estado deberán establecer e implementar las condiciones técnicas, logísticas, operativas y de seguridad necesarias para la comercialización y distribución del nuevo combustible con octanaje RON 85, resultado de la mezcla de la gasolina base 81 con hasta 8% de etanol anhidro.
Problemas identificados
El experto en Hidrocarburos, Hugo del Granado señaló que la decisión de sustituir la gasolina especial e imponer al consumidor comprar la nueva gasolina conllevará varios problemas técnicos, económicos y operativos.
“La razón para introducir esta gasolina se debe a la baja producción del petróleo, bajo nivel operativo de las refinerías, escasez de gasolina, mayor volumen de importación, y por tanto, para compensar y paliar esa demanda se ha decidido sustituirla con alcohol (…). El excesivo alcohol disponible hace que se haya pensado en cambiar la gasolina con el añadido de alcohol y así utilizar esos excedentes y cumplir con los compromisos con los cañeros”, afirmó.
Dijo que un problema que se va a venir encima está referido a la calidad del parque automotor, porque no todos los autos funcionan o están habilitados para funcionar con blending de gasolina de alcohol y no habrá otra gasolina disponible”.
Advirtió que, en un tiempo determinado, no habrá como hoy en día diferentes combustibles para la elección del parque automotor.
“Ahora uno puede escoger gasolina pura o gasolina con alcohol, puede comprar la gasolina con octanaje 91, etanol 92 o la gasolina especial. Cuando esta nueva gasolina entre al mercado se irá eliminada la gasolina especial y por lo tanto, todo el parque automotor estará obligado a consumir gasolina con alcohol y hay muchas movilidades, sobre todo las más modernas que no están habilitadas para funcionar con alcohol porque funcionan con carburador”, señaló.
Dijo que los vehículos más modernos funcionan a inyección y presentan problemas con el uso de combustible mezclado con alcohol.
También echó por el suelo la versión del Gobierno que afirma que mezclando la gasolina con alcohol bajará la subvención por la baja en la importación de aditivos.
“El problema es que el alcohol que se compra de los cañeros es más caro que la gasolina, y puede haber un problema económico de subvención porque en lugar de producir una gasolina que se venda a 3.74 se estaría produciendo una gasolina de mayor valor por el precio del alcohol que se está comprando a los cañeros y se va a vender al mismo precio al consumidor; es decir, que subirá el monto de la subvención”, observó.
El especialista también advirtió problemas operativos como el hecho que YPFB no cuenta con tanques para el blending del combustible. “La mezcla que se está haciendo tanto de la gasolina para el etanol 92, como para la gasolina que entrará en el mercado no tiene la infraestructura para hacer un correcto blending, o sea la mezcla homogénea de gasolina con alcohol”, dijo.
Enfatizó en que este proceso debe ser correctamente realizado pues de lo contrario no se contará con la gasolina que ofrece YPFB.
“El blending debe hacerse en tanques especiales, hemos visto que incluso se mezclan en las propias cisternas que no tienen agitadores y por lo tanto la mezcla estaría confiada al blending del sistema de transporte desde la planta de almacenaje hasta la estación del servicio”, dijo a modo de crítica.
Debido a que la mezcla solo se confía al movimiento de la cisterna, el experto dijo que no se asegura una mezcla homogénea que debe darse en fases entre el alcohol y la gasolina, lo cual generará problemas al vehículo. “Incluso si hay agua, en la estación del Automóvil Club se encontró agua en algunos vehículos y eso podrían dañar a los vehículos, hay problema de esa naturaleza”, sostuvo.
“El RON 85 no va a bajar su fuerza porque de acuerdo a las especificaciones el producto final tendría un octanaje de 85 siempre y cuando se añada en volúmenes precisos, pero no hay forma de medir esos volúmenes, lo están haciendo a ojo de buen cubero”, apuntó.
También identificó como un posible problema las protestas sociales derivadas del descontento por una política de imponer a los ciudadanos a adquirir un tipo de combustible que afectará sus vehículos, y cuando no tenga la oferta que requiera vendrán las protestas.
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