La Paz, 6 de enero de 2025 (ANF).- El analista en temas mineros y expresidente de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), Héctor Córdova, señaló que, pese al contexto favorable de altos precios de los minerales en los últimos años, el sector minero boliviano sigue mostrando limitaciones estructurales que restringen su contribución al Estado.
“El Producto Interno Bruto (PIB) minero oscila entre el 5 y 6% del PIB nacional, una cifra que podría parecer baja considerando el potencial del sector”, indicó Córdova a ANF.
Una de las principales razones de este limitado impacto, según Córdova, es la escasa generación de empleo de la minería. “A pesar de que tenemos cerca de 140.000 cooperativistas, que es una exageración, las empresas estatales y privadas solo emplean a unas 15.000 personas en conjunto. La minería, por su naturaleza, no es una actividad intensiva en empleo”, explicó.
Además, el efecto multiplicador de la minería en la economía local es muy reducido. Córdova reveló que más del 70% de los insumos que utiliza el sector son importados, mientras que el aporte local se limita a un 28%, o incluso menos. “Prácticamente, todos los reactivos, maquinarias y equipos son traídos del extranjero, lo que transfiere los beneficios económicos fuera del país”, puntualizó.
A pesar del incremento en los precios internacionales de los minerales y del mantenimiento o incluso aumento en los niveles de producción, la contribución de la minería al Estado sigue siendo baja. “La renta minera nacional representa menos del 9% del valor del mineral producido desde 2022. Esto refleja tanto la naturaleza de la minería como las normativas vigentes”, afirmó Córdova.
El analista también subrayó la contradicción entre la significativa participación del sector minero en las exportaciones y su bajo impacto económico nacional. En 2021 y 2022, más del 50% de las exportaciones nacionales estuvieron ligadas al sector minero, pero esta cifra ha comenzado a disminuir. “El 2023 y 2024 muestran una caída significativa en el registro de la producción de oro, a pesar de los récords históricos en su cotización”, explicó.
Esta caída en los registros, más que en la producción real, evidencia problemas en la formalización del sector. “Se ha producido más de lo registrado, pero eso no se traduce en mayores ingresos para el país”, afirmó Córdova, quien considera que el impacto del oro en la economía nacional sigue siendo menor de lo esperado.
La minería boliviana, según el experto, se encuentra limitada a un modelo extractivo puro, lo que le impide un efecto multiplicador significativo en la generación de capital. Esto podría cambiar si hubiera procesos de adición de valor, “pero en la actualidad estamos estancados en la etapa extractiva”, destacó.
Córdova argumentó que un modelo de minería con valor agregado podría transformar la contribución del sector al país. “Procesar los minerales en lugar de exportarlos como materias primas permitiría retener mayor riqueza y generar empleo. Sin embargo, esta transición requiere inversiones importantes y un cambio en las políticas públicas”, comentó.
El analista también señaló que las fluctuaciones del mercado internacional no siempre benefician al país. “Si bien los precios han estado altos, la falta de infraestructura y tecnología moderna limita nuestra capacidad para capitalizarlos. Esto se agrava con la importación masiva de insumos”, mencionó.
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