Ir al contenido principal
 

Cultura y farándula

Artistas bolivianos: entre la desprotección y la precariedad

El crítico estado de salud del actor y humorista David Santalla ha abierto el debate de la necesidad de un seguro de salud para el gremio.El anteproyecto de ley del artista, donde se recoge ese reclamo, se encuentra congelado desde que se planteó en diciembre de 2012.
6 de Abril, 2015
Compartir en:
Los actores piden seguro médico. Foto: Archivo
Los actores piden seguro médico. Foto: Archivo
La Paz, 6 de abril (ANF).- El pasado 1 de abril, el conocido actor y humorista David Santalla era internado en el hospital Arco Iris de la ciudad de La Paz tras sufrir una hemorragia cerebral. A raíz del hecho, sus hijos revelaron en rueda de prensa la situación de desprotección en la que se encuentran los artistas en el país, que no cuentan con un seguro de salud, uno de los reclamos principales del gremio desde hace mucho tiempo. 

“Todavía sigue siendo un hobby ser actor. En muchos casos no se puede hacer frente a los seguros que ofrecen las empresas privadas”, reclamó el hijo del actor Yúngaro Santalla, que ha anunciado que en los próximos días la familia dará a conocer una cuenta de banco para que la población pueda ayudar al actor. 

El creador, actor y dramaturgo Kike Gorena declaró a ANF que es necesario que este grupo tenga un seguro médico y que el Estado sea el garante del mismo, “porque a diferencia de otros gremios tenemos muy escasas oportunidades de tener un trabajo mensual fijo, un contratiempo de salud te tendría que pillar bien parado para asumir estos gastos”. 

Según un estudio realizado por la directora artística Wara Cajías sobre la situación laboral de los artistas en Bolivia, el 70% no cuenta con un seguro médico. Otro dato que arroja su investigación es que a partir de la edad de 30 años el número de artistas bolivianos se reduce en más de un 50%. Por último, el sector artístico mayor de 60 años solo constituye el 3% del total.

Cajías considera que aunque se necesita apoyo estatal,  cada sector debe ser responsable de sus necesidades. Y pone el ejemplo de una asociación cultural a la que pertenece en Alemania. “Cuando estaba allí gozaba de una caja de salud, a la que contribuíamos los propios artistas de forma solidaria. El que más ganaba hacía un aporte mayor, pero todos estábamos cubiertos”. 

En Octáfono, la compañía de radio teatro que dirige, todos los componentes cobran un sueldo fijo y pueden acceder así a un seguro de salud privado. “Lo hacemos por nuestra dignidad”. Ese logro ha sido, en palabras de Cajías, fruto de su esfuerzo personal. La compañía se financia con lo que recaudan en sus representaciones, aportes voluntarios y auspiciadores privados. “Con un salario fijo podemos acceder a créditos, lo cual resulta fundamental teniendo en cuenta que no hay ayudas estatales”, afirmó. 

Un proyecto de ley congelado

El Consejo Departamental de Culturas y Artes de La Paz (CODECA), en colaboración con otras diez asociaciones artísticas de todo el país, redactó en 2012 el anteproyecto de la Ley del Artista.

El objetivo de la propuesta, tal y como figura en la misma, es garantizar la protección social integral del artista y trabajador cultural boliviano en sus diversas manifestaciones y disciplinas artísticas.

Los firmantes consideran que el artista boliviano no recibe un trato digno, ya que a la fecha no cuenta con una normativa que defienda sus derechos laborales, de seguro social y de una compensación justa cuando ya no pueda ejercer su arte. 

El anteproyecto fue presentado a la cámara legislativa en agosto de 2014 para proceder a su posterior socialización. En diciembre del pasado año, los nueve presidentes de los Consejos Departamentales de Culturas retiraron su apoyo a la norma hasta que no se constituya como un proyecto de ley formal y se incluyan algunas observaciones.

“Se consideró que el anteproyecto fue socializado de forma limitada y su contenido no ha sido consensuado por todos los grupos interesados”, afirmó Hernán Troche, presidente del Consejo de Culturas de La Paz. 

La intención de Troche, que fue constituido como presidente del Consejo el pasado mes de marzo, es volver a activar este debate y negociar con los Ministerios de Salud y Culturas la creación del seguro de salud, así como otras demandas que recoge el anteproyecto. Algunas son la creación de un fondo plurinacional para la difusión artística, la constitución de un registro de artistas y la construcción de más espacios culturales para la expresión artística. 

El problema principal para Cajías reside en la poca integración del sector cultural. “Deberíamos aprender de las trabajadoras del hogar, que han logrado la aprobación de su ley por la presión grupal, que en el caso de los artistas no existe”.

Más inversión para el arte

El único apoyo tangible que concede el Estado, denuncian los artistas, es la exención de impuestos a las actividades culturales que sean producidas por artistas bolivianos.  

La escasez de ayudas públicas al fomento de la cultura hace que la mayoría de agrupaciones culturales tengan que auto financiarse “volviendo muy precarios y de baja calidad los productos culturales que resultan”, agregó Hernán Troche que denunció que se da prioridad a traer grupos extranjeros como Romeo Santos “en lugar de fomentar lo nuestro”.  

Cajías considera que sobre todo hay tres falencias que afectan a la cultura en el país: Además de la ya nombrada disgregación del sector cultural, denuncia que “el Estado no nos apoya desde el momento en que no destina fondos al Ministerio de Culturas. Otro problema es que la cultura es vista desde el punto de vista antropológico y no humanístico”.

Para Toto Torres, director del grupo de teatro Fuego, el seguro de salud no es tan importante como pedir políticas de formación, fomento y desarrollo. “Si se crean condiciones laborales dignas para los artistas lo del seguro viene como una consecuencia. Los gremialistas no piden seguros especiales, los abogados no piden seguros especiales, por qué deberíamos los artistas pedir un seguro de artistas, se pregunta.

Alternativas locales

Ante la desprotección de los artistas han surgido iniciativas independientes que buscan cubrir el vacío que generan situaciones críticas de salud. Un ejemplo es el movimiento "ArteSANO", que surgió  en mayo de 2013 a iniciativa del presidente  de la Asociación Sindical de Actores, Actrices y Trabajadores del Teatro (ASATT), Ariel Muñoz; del director del Festival Internacional de teatro Marcelo Alcón; y de la presidenta de Psicólogos Sin Fronteras Santa Cruz (PSF-SC) Carla Ariscaín. 

El motivo inicial fue ofrecer un espectáculo con el objetivo de recaudar fondos para apoyar al actor y activista Antonio Reque Ascimani, quien necesitaba un tratamiento especializado para  el cáncer de tiroides. El objetivo del movimiento a largo plazo es lograr propuestas hacia un seguro médico para artistas y generar un fondo de emergencia para casos graves de salud.


/// IG ///

Etiquetas

@@PUBBLIX2
@@PUBBLIX3