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Ciencia y tecnología

Solo un 6% del carbono secuestrado se almacena ahora en bosques

Esta pérdida podría deberse a la degradación forestal en muchas partes del mundo, causada por incendios, sequías y deforestación.
21 de marzo, 2025 - 16:40
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La mayor parte del carbono secuestrado en la tierra se almacena en el suelo y el agua.  Foto: INRAE - SÉBASTIEN DE DANIELI
La mayor parte del carbono secuestrado en la tierra se almacena en el suelo y el agua. Foto: INRAE - SÉBASTIEN DE DANIELI
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MADRID, 21 de Marzo de 2025 (EUROPA PRESS) .- La mayor parte del carbono terrestre secuestrado en los últimos 30 años se almacena en formas no vivas, como el fondo de lagos y ríos, humedales y suelos, revela un nuevo estudio internacional.

Hasta ahora, los bosques se consideraban los principales sumideros de carbono en la superficie terrestre. Sin embargo, un análisis de los flujos de carbono en las últimas décadas revela que, si consideramos las ganancias y pérdidas a escala global, solo alrededor del 6% del carbono total secuestrado se almacena en biomasa viva.

Esta pérdida podría deberse a la degradación forestal en muchas partes del mundo, causada por incendios, sequías y deforestación. Se sabe muy poco sobre los procesos clave de secuestro en estos depósitos no vivos, y actualmente, muchos no están incluidos en los modelos globales de cambios en las reservas de carbono.

Publicados en Science, estos resultados podrían ayudar a predecir mejor la trayectoria futura de estos reservorios y cómo se ven afectados por las actividades humanas y el cambio climático. Estudios recientes han demostrado que las reservas de carbono en los ecosistemas terrestres están aumentando, mitigando alrededor del 30 % de las emisiones de CO2 asociadas a las actividades humanas.

El valor total de los sumideros de carbono en la superficie terrestre es bastante conocido, ya que puede deducirse del balance total de carbono del planeta: las emisiones antropogénicas, la acumulación de carbono en la atmósfera y los sumideros oceánicos. Sin embargo, los investigadores saben muy poco sobre la distribución del carbono entre los diversos depósitos terrestres: vegetación viva (principalmente bosques) y depósitos de carbono no vivo (materia orgánica del suelo, sedimentos en el fondo de lagos y ríos, humedales, etc.).

MATERIA ORGÁNICA EN DESCOMPOSICIÓN

Este carbono no vivo proviene, en particular, de los excrementos y la descomposición de plantas y animales muertos, y finalmente se convierte en alimento para los organismos del suelo. Si bien los mecanismos por los que el carbono se acumula en la biomasa viva son bien conocidos (en particular, la fotosíntesis), las variaciones en los depósitos de carbono no vivo son en gran medida desconocidas y muy difíciles de medir, según un comunicado del instituto francés INRAE, que participó en el estudio.

Los investigadores midieron las fluctuaciones en las reservas totales de carbono terrestre armonizando un conjunto de estimaciones globales basadas en diferentes tecnologías de teledetección y datos de campo entre 1992 y 2019. Combinaron su estimación global con la reciente recopilación de intercambios de carbono entre la tierra, la atmósfera y los océanos para distribuir la acumulación de carbono terrestre entre los depósitos de carbono vivos y no vivos.

El equipo de investigación, coordinado por Yinon Bar-On (Instituto Tecnológico de California), descubrió que alrededor de 35 gigatoneladas de carbono fueron secuestradas en la superficie terrestre entre 1992 y 2019. Esta acumulación de carbono terrestre ha aumentado un 30 % en la última década, pasando de 0,5 gigatoneladas anuales a 1,7 gigatoneladas anuales.

DEFORESTACIÓN

Sin embargo, la vegetación, principalmente los bosques, representa solo el 6 % de estas ganancias de carbono. Hasta ahora, los bosques se consideraban los principales sumideros de carbono. Sin embargo, las perturbaciones asociadas al cambio climático o a las actividades humanas (incendios, deforestación, etc.) los han vuelto cada vez más vulnerables y, en ciertas situaciones, podrían emitir casi tanto carbono como el que acumulan. No obstante, siguen siendo importantes reservas de carbono que deben protegerse.

Los resultados muestran que una fracción sustancial de los mecanismos de acumulación de carbono terrestre está vinculada al secuestro de carbono orgánico en entornos anaeróbicos, como los fondos de cuerpos de agua naturales y artificiales.

Más sorprendente aún, los resultados indican que una proporción significativa de los sumideros de carbono terrestres podría estar vinculada a actividades humanas como la construcción de presas o estanques artificiales, o incluso el uso de madera. Un resultado positivo de este estudio es el descubrimiento de que la mayor parte del carbono terrestre se secuestra de forma más duradera que en la vegetación viva.

 


 

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