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Nacional Sociedad

Stefany, una adolescente que se abre campo en la ciencia con videojuegos y robots

A propósito del 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia les compartimos la historia de una adolescente de un municipio rural de Cochabamba, quien desde muy pequeña trabajó para ganarse un espacio en el área de la informática y la robótica que son campos “considerados” solo para hombres.
11 de Febrero, 2022
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El videojuego que creó Estefanny. Foto: Plan Internacional

La Paz, 11 de febrero (ANF). El gusto por la Robótica y la Informática que tiene Stefany comenzó en primaria, luego fue impulsada por sus maestros para investigar estas ramas de la Ingeniería mecánica y de datos. Así participó en tres versiones de la Olimpiada Científica Estudiantil. Fue discriminada por ser mujer en la ciencia, pero no se dejó intimidar, en estos tres años. Ahora, a sus 15 años, creó videojuegos y robots para beneficio de la sociedad.

Stefany es una joven estudiante de secundaria, de un municipio rural del sudeste de Cochabamba. Es hija única y de padres maestros.

Ella cuenta que su interés por la Informática comenzó en primaria, cuando ingresó a unos cursos donde aprendió qué había detrás de las computadoras. En secundaria los profesores tomaron atención en su afición y la impulsaron a participar en la Olimpiada Científica Estudiantil, contrataron a un maestro que le enseñó sobre Informática y Robótica, y así clasificó para la novena versión de la Olimpiada Científica.

“Al principio sentí nervios, porque, cuando entré al salón donde íbamos a dar el examen, veía que la mayoría era gente mayor y niños; yo era la única chica ahí. Fue extraño, muy extraño, porque no había chicas”, recuerda Stefany, quien para ese entonces tenía 13 años y andaba en sus primeras pruebas.


Stefany comenzó a incursionar en la Robótica desde primaria. Foto: Plan Internacional

Para Stefany el mundo de la informática no se resume en una computadora y programas, sino el poder crear y mostrarlo al mundo. “Me dedico a la creación de videojuegos, es algo que sorprende, el poder crear un juego y poder enseñar con ese juego”, dice.

En estos tres años desarrolló tres videojuegos para niños de primaria. Uno habla sobre la Madre Tierra, creada a raíz de los incendios de 2019; el otro sobre la prevención de Covid, los síntomas, las vacunas, las formas de protección; y el tercero, que mereció medalla de oro, da tips de cómo prevenir el Covid, a través del distanciamiento social y el uso del barbijo y alcohol en gel.

La Robótica es otra de las ramas de la tecnología que le apasiona, el hurgar motores y conexiones que hacen a un robot es algo que la emociona. Uno de sus proyectos que ayudó en plena pandemia fue un respirador artificial mecánico para pacientes con Covid, que surgió ante la falta de oxígeno en su municipio, lo presentó a la Alcaldía y fue aceptado por los médicos y usado por los pacientes.

Para Stefany el mayor acierto fue ser parte de la Olimpiada Científica que reconoció su esfuerzo con medallas a nivel departamental y nacional. Todo su esfuerzo también se ve reflejado al ser nombrada responsable de las redes sociales de una red de adolescente del proyecto Arriba de Plan International Bolivia.

Para obtener estos resultados, Stefany pasó por situaciones de discriminación por ser mujer en ramas académicas que supuestamente solo son para hombres. “A mí me juzgaron al comienzo, me decían: ‘por qué se dedica a esto, si ella es mujer’, ‘los chicos son para eso’, ‘para que va a estudiar mecánica’, ‘para qué robótica’, ‘no le sirve a ella’, así me decía las personas”.

Estas formas de discriminación, al contrario de retroceder en su interés por la ciencia, lograron motivarla, aunque al principio entró en depresión, pero luego empezó a incentivar a los maestros en las ferias científicas para mostrar su talento. Un “hola, ya hiciste tu robot”, “me enseñar cómo se hace” fueron los comentarios que dio lugar a un reconocimiento de que no solo la ciencia y la tecnología pertenecen a los hombres, sino también a las mujeres.

Ella cree que si bien la mayoría de los trabajos relacionados con la ciencia, la tecnología y las matemáticas son realizados por hombres, una traba para que las mujeres ocupen estos espacios es el temor de ser juzgadas más cuando se está en una sociedad “juzgadora”.

“Les falta apoyo a las niñas, porque sin apoyo no hubiera llegado donde estoy ahora, porque si necesitas hacer algo, necesitas a otra persona que te enseña y tener una autoestima alta para que las personas que juzgan no te bajen la autoestima”, afirma.


Con el fin de lograr el acceso y la participación plena y equitativa en la ciencia para las mujeres y las niñas, y además para lograr la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, en 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió proclamar el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia.

Stefany reclama mayores espacios para que las niñas y adolescentes puedan desenvolverse y no coartar su participación como sucede con las convocatorias de concursos sobre tecnología y ciencia exclusivas para hombres.

Pero, a pesar de esta situación, considera que la brecha de involucrarse en estos espacios se “acorta poco a poco” y que, “pasito a pasito” se logrará que se tome en cuenta a las mujeres. “Se están dando cuenta del poder que tenemos, de que podemos demostrar todo lo que queremos decir”.

Los próximos retos de Stefany es volver a retomar las clases de informática y robótica, porque en su comunidad se detuvieron todos los cursos por los casos de contagio y lo otro es volver a participar en la Olimpiada Científica Estudiantil.

Entre sus sueños está el de representar a Bolivia en el exterior, porque todo lo que pasa en su municipio se queda ahí. “Cuesta mostrar en las redes sociales todo lo que estoy creando. Hablé con mis profesores de poder salir del país, pero no se me ha dado la oportunidad todavía”.

Dentro de cinco años, Stefany se ve en la carrera de Informática o Robótica y su mensaje a las niñas y adolescentes es no tener límites ni miedo a un mundo que las juzgue. “Si las juzgan, tranquila, pasará, habrá un punto en que la sociedad les acepte y no tengan miedo en mostrar lo que saben hacer”.

/ANF/

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