La Paz, 20 de marzo 2023 (ANF).- “¿Qué más va a pasar?” le pregunta angustiado César Apaza a su esposa. El cocalero está preocupado por su situación en la cárcel de máxima seguridad de Chonchocoro, donde fue retornado la pasada semana y ahí se encuentra postrado en una cama por la parálisis de la mitad de su cuerpo debido a la embolia que sufrió y depende de sus compañeros de celda para todo e incluso para que le cambien los pañales.
La esposa del cocalero relata a la ANF que su pareja permanece todo el tiempo en la cama por la parálisis, a eso se suma que debe usar pañales y una sonda urinaria. Afirma que Apaza está sufriendo por su encierro y eso causa un deterioro en su salud.
“Él sigue en cama, está echado en todo momento, no mueve sus extremidades y esta con pañal, sigue igual como le sacaron en del Hospital de Clínicas, además su presión está subiendo. (Quiénes le ayudan) son sus compañeros de bloque y celda, le están colaborando en todo, con el cambio de pañales también”, relata a la ANF, la esposa del cocalero César Apaza.
Hace cinco días, el Régimen Penitenciario ordenó la alta médica del dirigente que estaba internado en el Hospital de Clínicas, para luego trasladarlo al penal de Chonchocoro, donde guarda detención preventiva.
Desde su arribo a la cárcel, dice que su esposo está intranquilo, sobre todo porque no puede valerse por sí mismo y ya no cuenta con la ayuda de personal médico para asistirlo, como cuando se encontraba internado en el nosocomio miraflorino.
Hace unos días sufrió un fuerte dolor de cabeza y según el relato de la esposa, no hay un médico en ese recinto penitenciario que pueda brindarle ayuda. Y fue, así como uno de sus compañeros de celda que tiene conocimiento en medicina es quién vela por su salud, otros internos lo bañan, le dan de comer e incluso le cambian los pañales.
“Él tiene dolor de cabeza y queríamos darle pastillas pero no nos dejan ingresar nada y nos decomisan, ahí no hay posta, no hay ningún médico que lo atienda, no hay quien lo asista (…) Hay un compañero, un privado de libertad que tiene conocimientos médicos y él le ayuda. Son sus compañeros quienes le ayudan en todo”, dice con tristeza.
El clima gélido de Chonchocoro también está minando la salud del exdirigente cocalero, según el relato de su esposa.
“El clima le está afectando también y solo nos dice ‘qué más pasará’, no puede hablar mucho. Nos encontramos preocupados porque su presión le está subiendo”, agrega.
Cuenta que la comida que recibe en el centro penitenciario no es acorde a su estado de salud porque aún Apaza tiene que comer comida blanca y sin sal.
“La comida que le dan no es para un enfermo, tiene que comer comidas blancas y sin sal y lo que come ahí le hace mal. Nosotros entramos hasta celda, pero no nos dejan ingresar nada para él”, cuenta.
El exdirector del Régimen Penitenciario, Ramiro Llanos explica que al no tener sentencia César Apaza depende de la jurisdicción de un juez para determinar su situación.
“César Apaza no está sentenciado y todo depende del juez que está llevando la causa y es quien debe determinar si su enfermedad puede ser peligroso o afecta hasta su vida o puede tener secuelas. Incluso puede determinar su detención domiciliaria o su traslado a otro centro penitenciario como San Pedro, Patacamaya donde puede estar más tranquilo”, señala.
Llanos aclara que por tener detención preventiva también merece un grado de humanidad por la enfermedad que tiene para ser trasladado a un centro médico o recibir visitas diarias, incluso puede pernoctar un familiar, pero para esto tendría que ser trasladado al penal de San Pedro.
“Necesita a una persona cercana, pero requieren un certificado médico para que el juez también tome una decisión, porque se mueve en base a documentos e informes”, indica.
Detalla que en caso de ser sentenciado, la administración penitenciaria recién puede tomar otra medida como sacarlo a atenciones médicas, pero siempre haciendo conocer a un juez sobre estas posibilidades para mejorar su situación.
Apaza sufrió un embolia el pasado 14 de febrero en la cárcel de Chonchocoro y desde entonces se encontraba recibiendo atención médica en el Hospital de Clínicas de La Paz, pero hace cinco días fue retornado a la cárcel. La defensa responsabilizó al Ministerio de Gobierno por el estado delicado de salud de Apaza, debido a que no fue atendido oportunamente en el penal.
El cocalero fue arrestado en septiembre de 2022. En ese entonces, su defensa denunció que fue “torturado por policías” y posteriormente le dieron detención preventiva en San Pedro y en noviembre fue trasladado a Chonchocoro.
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