La Paz, 21 febrero (ANF).- Al tercer trimestre de 2018, el sector agropecuario siguió contribuyendo en gran medida al crecimiento de la economía boliviana, afirma un boletín del Ministerio de Economía y Finanzas. La actividad registró una expansión acumulada de 7,0% y una incidencia de 0,9 puntos porcentuales.
Por subsector, destacó el elevado crecimiento del rubro agrícola industrial, el no industrial y el pecuario. El valor bruto de producción de los productos agrícolas industriales se expandió en 11,1% hasta el tercer trimestre, impulsados principalmente por la mayor la producción de caña de azúcar.
Esta expansión agrícola se debe al convenio que firmó el Gobierno con el sector privado y los cañeros para producir biocombustibles a través de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
Producto de ese convenio, la producción de caña de azúcar se elevó en 22,8% hasta septiembre del año, este fuerte incremento respondió por alrededor del 30% del crecimiento del rubro agropecuario en este período.
Igualmente, a pesar de las condiciones climáticas desfavorables con lluvias a inicios de gestión y sequías en determinados meses del año en regiones productoras específicas de soya, el valor bruto de producción de la oleaginosa registró un crecimiento de 5,6%. La producción de girasol también se elevó en 6,6%.
En relación al segundo grupo de productos no industriales, éstos crecieron en 7,3%, destacando el incremento de la totalidad de subgrupos como cereales, tubérculos, hortalizas, entre otros. Por productos, resaltó el ascenso de la producción de maíz en 17,9%, arroz en 12,2%, papa en 8,0% y legumbres y hortalizas en 7,5%.
La mayor producción de estos artículos significó la mayor disponibilidad, por un lado, de insumos para la industria de alimentos, y por el otro, de alimentos básicos para el consumo de la población. Este hecho también contribuyó en el registro de precios bajos y estables de los productos alimenticios en los mercados de abasto nacionales en 2018.
Respecto a los productos pecuarios, los cuales mostraron una expansión de 7,0%, destacaron el incremento en 6,6% de la producción de ganado bovino y 9,9% en la producción avícola. Este mayor dinamismo, en el caso del ganado vacuno, respondió a una demanda interna dinámica y la expectativa de abrir mercados a China y Vietnam para exportar carne de res a esos países.
Por lo tanto, la continuidad de políticas de fomento al sector como los programas de riego y otros, así como los acuerdos y el trabajo coordinado con el sector privado, favorecieron el positivo desempeño agropecuario nacional, el mismo que no sólo contribuye al crecimiento de la economía, sino que se refleja en la mayor disponibilidad de alimentos en el país.
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