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Economía

El 3% del sector soyero pertenece a la gran empresa y controla el 54% de la producción

El director de Probioma, Miguel Crespo señaló que entre la grande y mediana empresa soyera se controla el 75% de la producción, y que los pequeños productores solo pueden vender el grano si acumulan grandes cantidades para la aceitera.
29 de Mayo, 2019
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Procesamiento de granos de soya. Foto: ANF
Procesamiento de granos de soya. Foto: ANF
La Paz, 29 de mayo (ANF).- La fundación Productividad Biósfera Medio Ambiente (Probioma) a través de su director ejecutivo, Miguel Crespo afirmó que el sector soyero del oriente ha sido de los más privilegiados por una serie de subvenciones, y que actualmente presenta diferencias en su interior, pues las grandes empresas que representan solo el 3% concentra el 54% de la producción.

“Este sector de alguna manera ha tenido mucha subvención desde hace más de 20 años cuando se estableció el Plan de Tierras Bajas del Este auspiciado por el Banco Mundial para darles todas las facilidades en cuanto a infraestructura caminera, mejores tierras, subvención de diésel, no pagan impuestos salvo exportación de las empresas que procesan la soya. Eso nos da una idea de que es un sector que ha sido muy privilegiado y que no ha sabido aprovechar”, sostuvo.

Internamente dijo que hay diferencias muy grandes en el sector soyero, pues el 3% que representa a las grandes empresas controla el 54% de la producción, a las que no les afecta como a los pequeños productores la fluctuación de precios.

“No les hacen impacto porque producen a economía de escala, al que le afecta es al pequeño productor que es el 80% y tiene el 20% de la producción; ellos son los obreros agrícolas, no tienen opción de entregar a los centros de acopio, las aceiteras privilegian a los grandes y medianos productores”, explicó.

Crespo afirmó que la concentración de la producción de la soya se da entre las grandes y medianas empresas que producen más del 75% del total, “ellos tienen cupos para meter en la aceitera, en cambio a los pequeños productores que tienen 50 hectáreas no les dejan entrar con 200 toneladas (de soya), esperan que junten 20 mil toneladas, y así los obligan a asociarse para meter a un silo”.

El investigador observó que el modelo del agronegocio del oriente ha demostrado que es un captador de precios internacionales y que no tiene musculatura propia para salir a flote, porque apenas representa el 1% de la producción mundial de la soya y el 1.5% del Mercosur.

“Antes, el sector soyero tenía programas de investigación, de innovación tecnológica. Nosotros hacemos investigación en alianza, producían variedades de semillas de soya no transgénica y tenían mejores rendimientos de los que actualmente tienen, hay varios documentos que datan de 1994 a 1998 que hablan de rendimientos que iban desde 2.5 a 3.2 toneladas por hectárea con variedades en diferentes campañas en el Norte Integrado y expansión del Este”, explicó. 

Sin embargo, dijo que, a partir de la introducción de la soya transgénica, a la que calificó como “una metida de pata”, el promedio de producción oscila en 2 toneladas e incluso menos, porque el tema del rendimiento no solo pasa por contar con una semilla para tener buen rendimiento, sino que hay que tener un buen manejo, una buena semilla, tierras buenas y un clima favorable.

También observó como un aspecto desfavorable para la soya boliviana el costo adicional que implica el transporte y la logística de la carga hasta los puertos chilenos o Rosario en Argentina, que va entre los 90 a 95 dólares por tonelada métrica. 

“Entonces, lo que hacen las aceiteras es ponerle precio pizarra, que se van a cerrar en campaña y no ponen el precio de Rosario; hace años les enseñamos que deberían ponerle mirada al precio en Rosario y restarle 90 dólares, si allá está en 300 dólares, las aceiteras pagan 90 dólares menos; es decir, 210 dólares”, dijo.

Lamentó en ese marco, que las soyeras pretendan que el Gobierno subvencione la diferencia por la pérdida de la caída del precio internacional o genere fondos a favor del sector. 

El sector soyero ha solicitado como medidas urgentes, ante la abrupta caída de los precios de la soya, la liberación total de la exportación de grano para que el productor tenga opción de negociar un ‘precio justo’, la aceleración de los procesos de aprobación de nuevos eventos biotecnológicos para los cultivos de soya, maíz y algodón.

También solicitó el sector soyero generar un fondo de reactivación económica para aliviar la carga de endeudamiento que tienen los productores con proveedores de insumos y de maquinarias agrícola. Estiman necesario, $us 200 millones para cubrir la mora, además de la reprogramación de hasta siete años para cumplir con sus pagos.

/JMC/ 

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