La Paz, 30 de octubre de 2024 (ANF).- Álvaro Ríos, especialista en hidrocarburos, aseguró que Bolivia enfrenta un problema tremendamente estructural en esta materia, porque la “politizada” Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) “nos está desabasteciendo” de carburantes y el país en 2025 empezará a importar gas licuado de petróleo (GLP).
“El próximo año vamos a importar más (gasolina), el próximo año vamos a empezar a importar GLP, y en 2027 o 2028 vamos a empezar a importar gas natural, esto es un problema tremendamente estructural”, declaró Ríos, director de Gas Energy Latin America.
Prevé que en el año 2029 el país “va a necesitar 5.500 a 6.000 millones de dólares para importar combustibles y ¿tenemos? ¿de dónde los vamos a sacar” los recursos cuestionó al plantear que el problema de la subvención debe ser resuelto.
Participó en el foro Tiempos inciertos: crisis económica, energética y ambiental, evento en el que expuso la crítica situación energética y económica que atraviesa Bolivia, señalando errores estructurales en la gestión de recursos energéticos del país. Para contrarrestar esta situación, sugirió eliminar los subsidios, abrir las importaciones y fomentar la exploración para reducir la dependencia energética de Bolivia.
Ríos identifica que uno de los problemas es el “modelo estatista” en el sector energético que “no está funcionando”, por otra parte, la estatal YPFB que es una “empresa politizada” que no ha encontrado nuevos recursos hidrocarburíferos, en cambio “nos está desabasteciendo”.
Señaló que la crisis actual es el resultado de años de decisiones que han llevado al país de ser un exportador de gas a depender cada vez más de costosas importaciones. Enfatizó que Bolivia, pese a contar con vastas reservas de gas natural en el pasado, ha visto una caída en la producción debido a una falta de exploración y a políticas restrictivas.
“En 1999, estimo que teníamos 18 a 20 trillones, porque en este país las reservas no se publican, de reservas probadas de gas. En 1999 comenzamos a exportar gas natural a Brasil, con un contrato que iba hacia arriba, y en 2005 nos entró la borrachera a los bolivianos, nos emborrachamos con los trillones de pies cúbicos. Lo primero que hicimos en 2005 fue aprobar una ley de hidrocarburos que comenzaba a matar la exploración (…). Y ese fue el primer tema, porque las empresas multinacionales, porque nos gusten o no nos gusten, mal con ellas, peor sin ellas”, afirmó.
El experto dijo que “políticamente es imposible” plantear cambios a la Ley de Hidrocarburos, pero que sin lugar a dudas es importante hacerlo, por lo tanto, si el país no quiere quedarse sin energía, sin gasolina para el aparato productivo y para el transporte, y para tener divisas, “hay que hacer ajustes al modelo exploratorio, hacer al menos de 10 a 12 exploraciones para que se encuentren hidrocarburos en dos.
Lamentó que “la nacionalización, la subida intempestiva de impuestos, el cambio de contratos, lo único que ha traído es falta de inversión en el sector para seguir extrayendo hidrocarburos y no tener que importar tanto”, apuntó Ríos.
Eliminar subsidios
Advirtió que los subsidios prolongados a los combustibles en Bolivia han tenido un efecto negativo en la economía y han agravado la crisis energética. Según él, los subsidios no sólo generan una carga fiscal insostenible, sino que también benefician en mayor medida a los sectores con mayores ingresos. Mientras tanto, los costos de los combustibles se mantienen artificialmente bajos, lo que limita los recursos estatales necesarios para invertir en infraestructura energética y nuevas exploraciones.
“Los subsidios. A todos nos encanta la energía barata, pero la energía barata y los subsidios prolongados a la energía son perversos. Perversos para los que menos tienen. Porque ¿quién se beneficia? El que tiene su piscina atemperada en la zona sur de La Paz. El que maneja una Land Cruiser y viaja todo el tiempo. Tiene combustibles subvencionados. El pueblo en general anda en transporte público. Y entonces los subsidios han sido otro elemento fundamental para la profunda crisis energética que tenemos”, refirió.
Abrir las importaciones
Bolivia, a pesar de ser un país rico en recursos naturales, se encuentra cada vez más dependiente de la importación de combustibles para satisfacer su demanda interna. Ríos sostiene que abrir las importaciones para que el sector privado participe libremente en el abastecimiento de combustibles es una estrategia que aliviaría la carga de YPFB (la empresa estatal de hidrocarburos) y mejoraría la oferta de productos energéticos en el mercado. Con ello, el Estado podría concentrarse en la regulación y supervisión de la calidad y precio, sin asumir los elevados costos de importación.
“Abrir las importaciones para que el sector privado, el que pueda pagar más, se pague. Sacar los subsidios, no mediante referéndum, hay que sacarlos, porque hay que sacarlos, porque toca eso para no desabastecernos”, sentenció.
Fomentar la exploración
Para reducir la dependencia energética del país a largo plazo, insistió en que Bolivia debe priorizar la exploración de nuevos yacimientos de hidrocarburos. La falta de exploración en la última década ha sido, en su opinión, uno de los factores clave que han llevado a la disminución de las reservas de gas natural y a una menor capacidad de producción.
“Tenemos que ir a explorar un poco y ojalá en cinco años más, tengamos nueva producción de gas natural, podamos todavía continuar exportando al Brasil y abasteciendo nuestro mercado interno a unos precios mejores. Y también metiendo crudo y condensado a nuestras refinerías”, aseguró.
“Hemos dejado a nuestro país en manos de YPFB para que haga toda la cadena y eso no funciona, es el estado empresario que no funciona”, reiteró.
/NVG/
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