La Paz, 20 de diciembre de 2024 (ANF).- La crisis económica estructural y la profunda polarización política golpearon con fuerza este año al país y plantean el desafío de buscar soluciones responsables a los problemas económicos y consensos para evitar desbordes sociales en 2025, un año electoral que complicará más el panorama.
En un panel organizado por la Agencia de Noticias Fides (ANF), participaron el economista René Martínez, de la Fundación Jubileo; la historiadora Sayuri Loza, y los analistas políticos Ana Lucía Velasco, Vladimir Torres y Guido Alejo, que debatieron sobre la complejidad del contexto actual.
La crisis, explicó Martínez, tiene raíces en un modelo económico insostenible que, tras el fin de la bonanza en 2014, llevó a un aumento de la deuda externa e interna para financiar el creciente gasto público. Bolivia acumula once años de déficit público, que actualmente representa casi un 8 % del Producto Interior Bruto (PIB).
La deuda externa se ha situado en 13.558 millones de dólares a fines de 2023 y la interna rondaba los 20.000 millones de dólares en octubre del mismo año, sin que se conozcan datos nuevos. Las reservas internacionales rondarían los 1.900 millones de dólares, según el Banco Central.
A ello se suma la caída en la renta de hidrocarburos hasta los 2.000 millones de dólares, la baja de las exportaciones, las importaciones y la inflación acumulada del 8,8 % a noviembre, el peor dato sobre los precios en 16 años.
La devaluación de facto del boliviano respecto al dólar paralelo, la escasez de las divisas y la subvención de los combustibles, ponen al país al borde de un default de deuda, según Martínez.
“Es una crisis profunda y de larga duración. Lamentablemente es el resultado de las políticas económicas del Gobierno, de haber gastado tanto, de haber congelado el tipo de cambio y del fracaso de la política de hidrocarburos”, sostuvo el economista.
Al contrario de lo que cabe esperar, agregó, no hay en el gobierno una reflexión responsable sobre la necesidad de dar un giro en la economía ya que el presupuesto del 2025 incrementará el gasto, la deuda y plantea usar las reservas de oro como garantía, lo que causará una “debacle económica”.
Subrayó la importancia de que los candidatos tengan propuestas realistas y necesarias como un plan de ajuste para resolver, si bien reconoció que las medidas de ese tipo tendrían un costo social muy alto y que quien llegara a implementarlo tendrá que recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI).
“En Bolivia solo se llega al consenso cuando se ha tocado fondo”
Para Loza, un nuevo camino en la economía, con un programa de ajuste, dependerá mucho del consenso entre la sociedad y los líderes políticos.
“En Bolivia, por desgracia, al consenso solo se llega y eso se sabe históricamente, cuando se ha tocado fondo y nosotros todavía no hemos tocado fondo porque gran parte de la población cree que esto es temporal, cree que esto se va a resolver con que se vaya Arce”, apuntó Loza.
A su juicio, se trata de una etapa de negación en la que se cree que las elecciones solucionan los problemas.
“En tanto no estemos con la mano estirada y lamiéndonos la palma porque no hay que más comer, me temo mucho que no se va a poder superar la situación”, dijo Loza, que cree posible un adelanto de elecciones por las complicaciones esperadas en la economía en el primer trimestre.
Según Velasco, la situación ha llegado a un punto en el que la gente puede entender la gravedad de la crisis y eso supone un incentivo para que los políticos propongan cambios, aunque resta ver “si los tiempos económicos y políticos se van a juntar” porque si el Gobierno logra contener la presión hasta agosto y “llegar a las elecciones, capaz ni hay cambio de ciclo”.
Agregó que, aunque el MAS es el responsable del mal manejo económico por casi dos décadas, sigue siendo una parte importante del país “y sin ellos no se va poder llegar a ningún lado”.
“En este momento, lo radical no ser como Milei, sino hablar del consenso. Ahí sí que no veo a nadie lo suficientemente maduro de tomar ese paso”, dijo Velasco
Dijo que la polarización podría ceder ante la gravedad de la crisis y utilizó la metáfora de la balsa que amenaza con hundirse para ilustrar cómo la necesidad de supervivencia puede forzar a la sociedad y a los actores políticos a remar juntos porque no quedará otra opción.
“Lo económico es durísimo, pero se puede resolver. No sé que tan fácil sea volver de una guerra civil”, advirtió.
Alejo señaló que algunas organizaciones sociales han comenzado a mostrar predisposición a aceptar ajustes económicos, como la eliminación selectivade la subvención a la gasolina y el diésel, aunque queda por ver qué alcance tendría ese consentimiento.
A su juicio, en el imaginario de mucha gente está como modelo de candidato el presidente de Argentina, Javier Milei, porque piensan que si le va bien en la recuperación de su país, podría pasar lo mismo en Bolivia.
Asimismo, sostuvo que los políticos no superarán la polarización en 2025, que el país vivirá un proceso de fragmentación y que la clase media, que había subido socialmente en la época de bonanza, retrocederá en la escala social, lo que podría detonar protestas sociales.
De su parte, Torres afirmó que la debilidad institucional es otro factor de riesgo nacional e internacional y apuntó en concreto al Tribunal Constitucional que es utilizado por el Gobierno “para compensar su desventaja en la Asamblea Legislativa”.
“Estamos en un lugar donde se funcionalizan el estado de derecho y el orden jurídico para intereses políticos”, apuntó, tras hacer anotar las polémicas decisiones que ha tomado ese órgano como la imposición de elecciones parciales judiciales o la anulación de las competencias de fiscalización e interpelación del poder Legislativo a los ministros.
Ese contexto de debilidad institucional también es peligroso porque si la gente no cree en los resultados electorales del 2025, buscará resolver sus problemas en las calles.
“Agudización de la crisis económica, descrédito del sistema político, crisis institucional es un escenario bastante adverso, considerando que esto va a seguir empeorando y falta todavía una larga agonía”, finalizó Torres.
El panel organizado por la Agencia de Noticias Fides. Foto: Lucía Aliaga
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