La Paz, 22 de agosto de 2023 (ANF).- Especialistas en salud mental advierten la falta de diagnósticos específicos en las cárceles para implementar procesos de rehabilitación que permitan un cambio de conducta en el privado de libertad. Los programas no sostenibles en el tiempo y la carencia de profesionales expertos en el tema afectan el proceso de rehabilitación, principalmente en casos de delitos graves con perfiles de psicopatía, en los que se requiere mayor participación de la ciencia.
“Cuántas cosas hay detrás de la vida de un sujeto que ha delinquido, no es tan sencillo, pero yo siempre digo que hay que poner la ciencia por delante y los conocimientos que tiene la ciencia por delante, esa es la mayor opción que tenemos, porque lo han hecho otros países, lo han hecho otros sistemas jurídicos y lo han hecho bien, entonces, por que no un poquito parecernos a ellos en ese sentido”, dijo el médico psiquiatra Ernesto Málaga en entrevista con ANF.
El especialista indicó que por los estudios de la criminología y la psiquiatría forense se puede determinar si un sujeto delinquió como parte de un “error de concepto”, es decir, robar una computadora o una garrafa porque no tenía dinero para comer; o, porque es un psicópata que piensa todo el tiempo en una ventaja para sí mismo, sin importarle cometer el peor de los delitos.
La psicóloga especialista en rehabilitación carcelaria Tania Viscafé reconoció que en los recintos penitenciarios donde hay internos con mayores años de sentencia como Chonchocoro, lo que se hace es trabajar en el cuidado de la salud mental y no tanto en la rehabilitación.
“No se trabaja rehabilitación como para que estén listos (para salir a la sociedad), no, el trabajo con ellos es para cuidar la salud mental dentro del recinto, mientras estén ahí, porque estamos hablando de años” de reclusión, señaló a ANF.
Dijo que el propósito es evitar intentos de suicidio, cuadros de depresión y ansiedad, debido a que lo primero que se busca dentro del recinto es preservar la convivencia armónica y pacífica.
Sin embargo, Juan Carlos Limpias, director nacional de Régimen Penitenciario, destacó los avances en el programa de atención postpenitenciaria que, en La Paz, según dijo, tiene más de 50 egresados de las cárceles que se encaminan en un proceso de inserción.
"Se ha avanzado ya bastante en estos protocolos, pero sobre todo se ha tomado acciones respecto a las redes comunitarias postpenitenciarias, emprendimientos que hemos ido alentando a través de CVCS, una institución que trabaja con la administración penitenciaria, que está haciendo el seguimiento también de atención postpenitenciaria y emprendimientos de personas que han salido en libertad”, señaló.
Indicó que el programa postpenitenciario busca garantizar un trabajo integral dentro del centro penitenciario para que los reclusos no vuelvan a reincidir en el delito. Limpias no precisó el tipo de terapias que se aplican en las cárceles.
"Solo en La Paz tenemos más de 50 personas que han recibido atención postpenitenciaria, muchos de ellos están con emprendimientos individuales, otros grupales, pero lo importante es que se están sumando instituciones, la Constitución Política del Estado establece una corresponsabilidad de todo el Estado en la reinserción social y eso es lo que estamos haciendo, abriendo las puertas a todas estas instituciones para hacer un trabajo conjunto”, apuntó.
Málaga destacó la importancia de la clasificación de los sujetos en las cárceles antes de aplicar un proceso de rehabilitación que garantice un cambio en el privado de libertad. Esta clasificación, dijo, permitirá la rehabilitación en dos tipos de sujetos: los tipos sujetos psicópatas y de tipos sujetos no psicópatas.
“Tengo que dividir los grupos de rehabilitación en quienes se van a rehabilitar con ciertas cosas muy sencillas, a quien roba una oveja para comer se le puede rehabilitar construyéndole una posibilidad de vida futura, es decir, enseñarle a hacer pan para que tenga en el futuro cómo ganarse la vida y no robar, enseñarle a cultivar, enseñarle a manejar, entre otros, porque ese individuo no es un psicópata”, afirmó.
Sin embargo la falta de espacios y el hacinamiento reducen la posibilidad de alguna terapia ocupacional, donde principalmente es el interno el que debe conseguir los insumos y crear su propia área de producción.
Pero en el caso de los psicópatas, dijo, primero se requiere diagnosticarlos por tipo de personalidad, es decir, la clase de personalidad específica a partir de la psicopatía que tiene. Por ejemplo, agregó, un sujeto ansioso, pero además psicópata; un sujeto deprimido, pero además psicópata; un sujeto neurótico, pero además psicópata; entonces, “se hace mucho más difícil clasificarlo en grupos más pequeños donde se actúe a partir de la especialidad de la psiquiatría forense”.
A partir de ahí capacitarlos, teniendo en cuenta que al psicópata le gusta la ventaja y es utilitarista, “por lo que haciendo pan sabe que no hay utilidades específicas que él quisiera, entonces no va aprender ni va a gastar su tiempo en aprender a hacer pan, entonces, qué hacemos con ellos”, cuestionó Málaga.
Indicó que en muchos países donde la delincuencia ha bajado muchísimo, a los psicópatas los medican para bajar la impulsividad, para aumentar la serotonina, entonces, “es una forma de rehabilitación a partir de la ciencia, de la psiquiatría, donde modulamos su cerebro y luego le enseñamos a vivir dentro de la sociedad; es algo más complejo, más personalizado y es una rehabilitación que cuesta muchísimo más”.
Indicó que, si bien en este momento no hay condiciones en el país para rehabilitar a los psicópatas, se pueden crear las condiciones, invirtiendo bien los recursos económicos para realizar los diagnósticos y dándoles las condiciones psicosociales, económicas y laborales para que tengan la posibilidad de salir y reincorporarse en la sociedad.
“Yo creo que sí se puede, pero hay que poner por delante la ciencia, hay que estudiar al sujeto, hay que darle la oportunidad, por muy psicópata que sea, y esto es vital en la psiquiatría; le dices: ‘tengo fe en ti, tengo confianza en ti’, y algo le has cambiado y cuando haces terapia diciéndole que tienes fe, que tienes confianza que algo puede cambiar de él, aunque usted no lo crea, pues cambia”, apuntó.
Viscafé indicó que en temas de rehabilitación, fueron pocos los programas que se hacían antes y de los cuales muchos quedaban archivados. Dijo que lo que un factor que afecta e impide una buena rehabilitación es el continuo cambio de personal.
“Es como cuando vas al médico y después cambias de médico, otros análisis te piden, es un poco complicado, entonces no hay ese seguimiento y también los internos sobre todo en Chonchocoro y también en San Pedro necesitan establecer cierto vínculo de confianza con el profesional si se quiere hablar de rehabilitación”, apuntó.
Señaló que pese a los esfuerzos que se llevan adelante, de acuerdo a su experiencia como exfuncionaria penitenciaria, no es posible la terapia individual sino colectiva por la falta de profesionales. “No abastece para eso un personal, no puede estar trabajando para cada uno: tú para que dejes de ser violador, tú para que dejes de robar, tú para que dejes de traficar droga, no hay aquello”.
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