La Paz, 26 de septiembre de 2023 (AND).- Este 26 de septiembre es el Día Mundial de Prevención del Embarazo no Planificado en Adolescentes, en ese contexto el Plan International informó que producto de su intervención en 12 municipios de Bolivia, durante seis años, se logró reducir la tasa de embarazos en esta población. Casi 17.000 adolescentes fueron capacitados y sensibilizados.
En esta jornada se hace un llamado a que las y los jóvenes tengan acceso a la información y orientación necesaria para construir proyectos de vida saludables y productivos, sostiene el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Establece que una adolescente que queda embarazada o tiene un hijo, su salud, educación, potencial de obtener ingresos y todo su futuro pueden estar en peligro, y puede quedar atrapada en una vida sumida en la pobreza, la exclusión y la impotencia.
En ese marco, el Plan International en Bolivia dentro de estas estrategias globales y siguiendo los Objetivos de Desarrollo del Milenio, el Plan nacional de prevención del embarazo en adolescentes, y otras políticas del Estado, ha trabajado para lograr una reducción de este “flagelo” que afecta en particular a las adolescentes.
El proyecto se denomina ARRIBA (Alcanzando los Derechos Sexuales y Reproductivos de los Adolescentes Jóvenes de Bolivia) y se ejecutó en 12 municipios del país, después de seis años, el proyecto ha cerrado su trabajo.
Uno de los logros desde que el proyecto empezó en 2018 es la reducción de la tasa de embarazos no deseados en los 12 municipios en los que intervino el proyecto del Plan International y la cooperación canadiense.
“Empezamos el 2018 con una tasa de embarazo adolescente que estaba cerca al 27%, en estos municipios, cerca al promedio nacional; con las acciones que hemos realizado hemos llegado al 16%”, sostuvo el gerente del proyecto ARRIBA, Luis Iturry.
Explicó que muchas jóvenes accedieron a información, pero también a métodos anticonceptivos -algunas por primera vez habían visto un método- “implante subdérmico” que tiene menos riesgo y tuvo mayor acogida que otros métodos, que se lo hizo en coordinación con Marie Stopes.
Comentó que este resultado ha sido posible gracias al trabajo de intervención, que, de manera conjunta, se hizo con los jóvenes a través de fortalecer sus capacidades de liderazgo, además con los padres y madres de familia, las autoridades comunales y los servidores de salud.
Considera que estos datos son muy positivos porque a través de las capacitaciones y la sensibilización a 16.954 adolescentes se ha logrado que hombres y mujeres sean capaces de tomar decisiones en torno a su vida sexual y reproductiva.
Más aún cuando un embarazo no planificado se convierte en un factor que reproduce el “círculo de la pobreza”, son embarazos de alto riesgo que pueden poner en peligro la vida de las adolescentes, “el riesgo de mortalidad materna y neonatal también es bastante alto”, precisa.
El proyecto ha contado con el apoyo de Global Affairs Canada (GAC), en consonancia con la Política de Asistencia Internacional Feminista (FIAP) de Canadá. Cuya visión es promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres y las niñas como la forma más efectiva de reducir la pobreza y construir un mundo más inclusivo, pacífico y próspero.
Tuvo un apoyo financiero del gobierno canadiense mediante GAC que alcanza los Bs. 41.044.389; mientras que Plan International Canadá aporto con Bs. 5.333.131 y la contraparte de Plan International Inc. Bolivia de Bs. 2.158.199, según el informe que presentarán este martes.
El otro tema, es que las adolescentes pueden no tener la madurez psicológica para enfrentar un embarazo, además de truncarse sus planes en el ámbito educativo, porque, aunque tienen derecho a seguir estudiando la presión social provoca que muchas abandonen el colegio.
El trabajo institucional se realizó en 170 comunidades y en 12 municipios del país. 764 adolescentes fueron capacitados como replicadores y agentes de cambio y se formaron 25 redes de adolescentes.
El proyecto también estuvo orientado a la construcción de masculinidades y transformadoras de género, en esta línea de trabajo se formaron 11 clubes de padres, explica Iturry, para quien esta iniciativa fue importante para que los hombres asuman transformar sus comportamientos.
Los papás fueron capacitados en la construcción de las masculinidades positivas, paternidades activas, la promoción del ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos, la deconstrucción de las relaciones de poder entre mujeres y hombres y cómo afrontar las desigualdades de género.
Un cambio social
Iturry comenta que ha sido parte de un proceso el cambio social, el que se ha logrado durante estos seis años de implementación del proyecto. Reconoce que no ha sido fácil porque al principio mucha gente es controversial o alimenta el tabú para dialogar estos temas.
“Ha habido esto, primero resistencia de algunos docentes, algunas autoridades escolares, pero después un cambio, un cambio de de actitud porque este 27% de embarazo adolescente se ve en las escuelas”, sostuvo.
Agregó que la situación ya era crítica y se podía palpar el problema porque se veía a dos o tres niñas embarazadas, entonces nació la preocupación para empezar a trabajar para reducir esta problemática.
Al cierre del proyecto, 1.743 embarazadas fueron formadas en derechos sexuales y reproductivos y protección, 7.151 miembros de las familias y de las comunidades formados para la protección en derechos sexuales y reproductivos.
El evento final para cerrar completamente el proyecto es la rendición de cuentas, este martes se reunirá el comité directivo, los directores, los técnicos, instancia en la que se presentará los resultados de todo el trabajo.
Iturry insistió que no hubiera sido posible alcanzar estos resultados solo con el trabajo de las instituciones aliadas, sino que fue producto del trabajo comprometido de diferentes actores desde los comunales, las redes de salud, el Ministerio de Salud, los 52 centros AIDA, entre otras entidades.
/Agencia de Noticias del Desarrollo/
