El problema del servicio de transporte es una constante en la Ciudad de El Alto, fruto de una configuración urbana complicada y una desinstitucionalización estatal lamentable. A esto se suma el monopolio de los sindicatos y la cultura corporativa internalizada en los gremios. Hay que puntualizar que el transporte sindicalizado no es público, es transporte privado, el transporte público comprende aquél administrado por el Estado.
En la gestión de Edgar Patana se implementaron tramos ante la demanda de subida de los pasajes por parte de los sindicatos. Una condicionante para este acuerdo implicaba que los sindicatos dejasen de hacer el trameaje clandestino con sus cobros de pasaje repetitivos, pero en lo posterior eso no se cumplió. El radio del tramo era de 4km a partir de la Ceja, pero la alcaldía incumplió el acuerdo al reconocer tramos a menor distancia. Por ejemplo, la plaza Ballivián está a menos de 2km pero fue reconocida como un tramo.
El trameaje en El Alto ya forma parte de la cultura del trabajo del gremio del transporte sindicalizado. No solo es un mecanismo de compensación sino de acumulación, por ello no es previsible que se pueda erradicar por simple instructivo, como pretende hacer creer la actual alcaldesa Eva Copa. Su principal anclaje es el monopolio del servicio y la apropiación de las rutas, éste último ocasiona enfrentamientos permanentes entre los sindicatos, muchas veces violentos.
A ello se suma la improvisación y ausencia de políticas públicas serias por parte del gobierno municipal, producto de una cultura política cortoplacista, autoritaria y ausente de institucionalidad, lo que le quita credibilidad y representatividad, aunque es necesario mencionar que esta forma de hacer política caracteriza a todo el espectro político boliviano. Pese a ello el caso de El Alto es más agudo porque implica un rezago en relación a sus pares bolivianos, obstruyendo el potencial de la ciudad y región.
Tomando en cuenta ese contexto, gran parte de la población se ha enfrascado en un debate sobre las soluciones a la problemática del transporte, tanto en la calle como en las RRSS. En base a ello se pueden hacer los siguientes planteamientos tanto coyunturales como estructurales.
SOLUCIONES COYUNTURALES A CORTO PLAZO
SOLUCIONES ESTRUCTURALES A MEDIANO Y LARGO PLAZO:
- INSTITUCIONALIDAD. Sin institucionalidad poco se puede hacer. El Estado debe ser administrado por gente preparada, visionaria y capaz, que brinde credibilidad y certidumbre a la población, además de realizar una administración optima y eficiente. Aquí definitivamente deben aplicarse criterios meritocráticos paulatinos. En el caso de El Alto, quienes gobiernan además de ser “rebeldes” y “valientes”, deben obligatoriamente ser gente con creatividad, conocimiento y visión.
- TRASLADO DEL AEROPUERTO. Esta acción implica beneficios a escala Metropolitana. Los nuevos trazados de vías en parte solucionarían los embotellamientos vehiculares, además comunicarían de forma fluida El Alto norte y sur. La construcción de un nuevo centro metropolitano y un nuevo aeropuerto (en Laja o Patacamaya) dinamizará toda la región.
- IMPLEMENTACION DE UN TREN METROPOLITANO, el cual se pueda ampliar a escala metropolitana y regional. Un tren eléctrico superaría las limitaciones técnicas de un teleférico (que a menudo vecinos piden como transporte masivo), además se podría conectar con el proyectado tren bioceánico en Patacamaya y extenderse en la región.
- “CIUDAD EN 15 MINUTOS”, es decir, una ciudad policéntrica que responda a criterios de planificación y fomento de potencialidades. El estado -en alianza con la población- debe fomentar nuevas centralidades en El Alto y la metrópoli. Los nuevos centros impulsan a que la población encuentre en su proximidad servicios e infraestructura de calidad, así como posibilidades laborales sin la necesidad de recorrer grandes distancias.
- RECONVERSION DEL SERVICIO DE TRANSPORTE A UNO DIVERSIFICADO Y MIXTO. Sistemas de transporte planificados en el que confluyan el servicio de transporte público, transporte sindicalizado, transporte comunitario vecinal, empresas privadas de transporte y asociaciones mixtas.
Una debilidad de El Alto es la disociación entre el estamento político y la dinámica de la población. La sociedad alteña ha demostrado ser emprendedora y bastante recursiva, logrando superar paulatinamente la extrema pobreza, reconfigurando sus expresiones culturales e incluso logrando generar dinámicas de acumulación de capital económico, la “clase política” -especialmente estatal- carece de estas virtudes.
El autor es arquitecto y analista