La Paz, 12 de abril de 2024 (ANF).- “Solo juega en casa con el celular”, “hay muy pocos parques y si hay, existe mucha inseguridad”, “antes salíamos a las calles y jugábamos con nuestros vecinos que son amigos hasta ahora, pero hoy no se ve eso”, son algunas de las opiniones de padres y madres que consideran que el uso de dispositivos móviles y la falta de espacios seguros son obstáculos para que la niñez ejerza a plenitud su derecho al entretenimiento en lugares al aire libre.
De acuerdo con el Código Niña, Niño y Adolescente, el artículo 121 establece que esta población tiene derecho “al descanso, esparcimiento, juego, deportes, actividades creativas y recreativas adecuadas a su edad”. Cuya responsabilidad para garantizar este principio recae en los gobiernos municipales que deben realizar la planificación urbana incluyendo espacios comunitarios suficientes y adecuados para los infantes.
“El derecho más importante que tienen los niños, desde pequeños, es el derecho al juego. En el juego ellos van a encontrar el desarrollo de capacidades para el resto de su vida. (...) Considero que las autoridades municipales piensan en obras de cemento y no piensan que parte del desarrollo de la ciudad significa también el desarrollo integral de la niñez. Lamentablemente cada vez hay menos parques y va en desmedro de los niños”, afirmó la consultora en temas de niñez, Clara Berríos, en contacto con la ANF.
La socióloga urbana Escarley Torrico explicó que en el país existe una tendencia a reducir áreas verdes que, al mismo tiempo, va en deterioro de la salud mental y física no solo de la población infantil sino de toda la ciudadanía.
“Algo que olvidamos es que los seres humanos necesitamos tener una conexión con la naturaleza para mejorar nuestro estado de ánimo. Cuando vivimos en ciudades donde no hay áreas verdes también se ve afectada la salud mental que afecta a los niños, niñas y también a los adultos”, aseguró la especialista.
Cruzando el continente, en España, la geógrafa Marta Román defiende la recuperación de los espacios públicos como hábitat donde los niños y las niñas puedan crecer, jugar, desarrollarse y aprender a convivir. Cree que la sociedad pasó de tener una infancia en las calles a tener una infancia “privatizada” porque se desarrolla, en su mayoría, en los hogares y bajo vigilancia de los adultos.
“Antes salíamos a la calle con toda libertad y entablábamos amistad con vecinos de la zona, ahora somos grandes amigos. Los de esta generación tal vez en ese aspecto no tienen esa ventaja y de aquí a algún tiempo ellos solos van a relacionarse con algunos amigos que lograron hacer”, opinó un padre de familia.
Sin embargo, una de las cuidadoras consultadas dijo que si bien hace algunas décadas los niñas y las niñas podían jugar en las calles, en la actualidad hay mayor inseguridad y falta de control en los parques. “No había esta intranquilidad que hay ahora que pueden ocurrir raptos y violaciones. Una vive con ese temor de que pueda ocurrir algo por todas las noticias que se escuchan y una ya tiene miedo”, enfatizó.
A la falta de espacios verdes y seguros, también se suma el avance de la tecnología y la mayor disponibilidad de entretenimiento en los celulares que, a decir de algunos expertos, mantiene a la niñez y adolescencia “confinados” en sus hogares, pero expuestos a los peligros digitales y a las adicciones.
“A veces como padres es más fácil ponerlos frente a la tele y el celular y dejamos de participar en el juego con ellos. Pero no creo que la prohibición del uso de dispositivos móviles o juegos en línea sea el camino para evitar peligros. Sino la comunicación sincera va a permitir estar pendiente y evitar situaciones con las redes sociales y todo tipo de peligro que ocurre en esos espacios”, acotó Berríos.
En el sondeo de la ANF, las y los cuidadores coincidieron que sus niños y niñas se quedan mayormente en casa usando la computadora, el teléfono móvil, tabletas y otros juegos electrónicos para su esparcimiento. Sin embargo, advirtieron que ejercen un control en el tiempo de uso y tipo de contenido para evitar que se expongan a “riesgos de contenido, contacto y conducta” como clasifica el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“Mi nieta todo el tiempo está en la casa, como no hay seguridad no podemos descuidar. A veces juega con el celular, pero por un tiempo limitado porque creo que el celular está llevando a un mal camino a los niños porque eso no más usan y hasta el más pequeño sabe usar”, dijo otro de los encuestados.
Desde Unicef, afirman que es preciso contemplar los riesgos digitales a los que hace frente la infancia. Por lo que, en su informe Niños en un Mundo Digital, señalan que “ningún niño está a salvo del riesgo en línea, y nunca ha sido más fácil para los acosadores, los delincuentes sexuales, los tratantes de seres humanos y aquellos que hacen daño a los niños, atacar a los más vulnerables”.
Por otro lado, la organización internacional remarca que si bien todos los niños hacen frente a la posibilidad de sufrir daños como resultado de las tecnologías de internet, para la mayoría que carece de acceso al mundo digital estos riesgos continúan siendo solo una posibilidad. “Comprender por qué el riesgo se traduce en daño real para ciertos niños, y no para otros, es crucial”, concluye el documento.
/KMG/NVG/
Articulo sin comentarios