Mujer minera de Bolivia. Foto. Reiva
La Paz, 21 de mayo (ANF).- La crisis sanitaria por la pandemia y las medidas de confinamiento y restricciones laborales han generado emergencias económicas en diferentes sectores de Bolivia, uno de ellos es el de la minería. Las mujeres mineras del sector tradicional, comentan que la mayor preocupación para ellas es la falta de recursos económicos para enfrentar la crisis, pues en su gran mayoría son viudas, divorciadas o madres solteras.
Ante esta situación esperan que en los siguientes días se reanuden sus operaciones. Por lo que piden apoyo para arrancar con los insumos necesarios. De acuerdo a informes de la Red Nacional de Mujeres y Minería (RNMM), las socias de cooperativas auríferas que se han quedado en sus comunidades, en su mayoría alejadas de sus centros poblados, tienen problemas con el abastecimiento de alimentos.
“Dentro de las trabajadoras individuales, se encuentran las barranquilleras, que desarrollan sus trabajos de rescate de oro en los ríos del norte del departamento de La Paz, y las bateadoras, que realizan la misma labor, en el departamento de Santa Cruz”, detalla esta Red en su informe que da cuenta de la emergencia en la que se encuentra este sector.
María es una de estas barranquilleras que trabaja en Tipuani. Vive en una pequeña casa de madera al borde del río. Ella es el sustento de su familia y como miles de mujeres de este rubro, ha quedado afectada por no contar con sus ingresos económicos regulares.
Actualmente, la mayoría de estas 11 mil mujeres en Bolivia se encuentran acatando la cuarentena, a excepción de algunas que, por la alta necesidad de contar con ingresos económicos para proveer de alimento a sus hijos, son impulsadas a ir a los ríos.
“Muchas están atravesando por situaciones críticas y en algunos casos extremas, al preguntarle a una de ellas sobre cómo le está afectando esta pandemia nos respondió: ‘muy dura nuestra situación, necesitamos más atención por parte del gobierno,’", enfatiza esta Red.
Las amas de casas mineras, entendidas como esposas de trabajadores mineros, no son ajenas a la problemática del sector. Su temor es el agotamiento del aprovisionamiento de alimentos por parte de pulperías o medios de aprovisionamiento de las empresas que hasta hoy han utilizado.
Por todo esto, se establece desde este grupo que es recomendable establecer programas especiales de asistencia a los sectores más vulnerables, “que el Estado ponga su mirada en ellas y se genere el plan de salud que por años ellas lo vienen solicitando, que los organismos cooperantes miren esa realidad en frente y apoyen con programas sociales sobre todo a los grupos más vulnerables como las barranquilleras y bateadoras”.
Esta Red Nacional de Mujeres y Minería está conformada por trabajadoras de la minería a pequeña escala, amas de casa, profesionales y voluntarias de 7 provincias consideradas de alta concentración de mujeres mineras: Larecaja (La Paz), Ñuflo Chávez (Santa Cruz), Vaca Diez (Beni), Cercado (Oruro), Tomás Frías (Potosí), Sur Chichas (Potosí) y Nor Lípez (Potosí); y tiene por objetivo reunirlas y empoderarlas, a través del conocimiento de sus derechos, para convertirlas en agentes de cambio y líderes de comunidades.
En la actualidad las mujeres mineras continúan luchando por hacer valer su voz en su sector. Enfrentan condiciones laborales precarias y están expuestas a peligros de la actividad. Sumado a esto, en la mayoría de veces, recae en ellas el rol de mantenimiento del hogar y los quehaceres domésticos, están expuestas permanentemente a situaciones de violencia doméstica y son el único sustento de sus hogares.
“Ahora, con su principal ingreso bloqueado, y la mayoría de ellas viviendo bajo la línea de pobreza, están enfrentando las penurias, pues no forman parte de entornos protectores a nivel comunitario para contribuir a eliminar riesgos a los que podrían estar expuestos en emergencias actuales y similares”, detalla esta Red que además genera una serie de recomendaciones de política pública en base a participaciones de las mujeres mineras en talleres que buscan mejorar la calidad de vida de ellas.
Hoy la pandemia del Covid-19 ha paralizado la explotación minera en toda la región, y con ello, la principal fuente de ingresos de las mujeres mineras y sus familias.
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