La Paz, 29 de junio (ANF).- En su libro "Crónica de una traición" una investigación del Fondo Indígena el senador Oscar Ortiz concluye que el Gobierno utilizó la causa de los pueblos indígenas a través de esa entidad, para financiar actividades políticas como movilizaciones y campañas electorales.
El legislador manifestó que el título de su libro obedece al “engaño” del que fueron objeto los pueblos indígena campesino y originarios que debían recibir recursos económicos para mejorar sus vidas a través de proyectos en el ámbito de salud, educación y particularmente en el ámbito productivo.
Sin embargo, los recursos habrían sido utilizados para financiar las movilizaciones del oficialismo y las campañas electorales, porque de manera coincidente los proyectos del Fondo Indígena se aprobaban precisamente en momentos de comicios electorales.
“Se aceleran los desembolsos en momentos cercanos a las elecciones, momentos clave cuando el MAS buscaba apoyo político”, sostiene Ortiz, quien presentó su libro este miércoles en un auditorio que contó con la participación de políticos opositores al MAS como Samuel Doria Medina, Juan del Granado, el exvicepresidente, Víctor Hugo Cárdenas, y varios asambleístas.
“Se llevó estos recursos económicos hacia el financiamiento de movilizaciones oficialistas, campañas electoralistas, cooptación de dirigentes y destruyendo en el camino la institucionalidad de los pueblos indígenas, la credibilidad y el prestigio de sus liderazgos y acabando la fortaleza que habían demostrado las dos décadas anteriores”, sostiene el autor.
El senador desde la presidencia de la Comisión de Naciones y Pueblos Indígena Originario Campesinos (2015-2016) realizó un trabajo de fiscalización a las irregularidades en el Fondo Indígena, donde la Contraloría General del Estado había detectado un posible daño económico de Bs 71 millones.
Mientras que la Interventora advirtió de otro posible daño económico de más de 100 millones de bolivianos, por proyectos inconclusos o proyectos “fantasma” que pese a los desembolsos no se ejecutaron.
Pero Ortiz cree que el daño económico es aún mayor, porque de 1.100 proyectos aprobados apenas se ejecutaron 180, es decir un “mínimo” de proyectos fueron concluidos y que según sus investigaciones 690 millones de bolivianos se desembolsaron.
Cuestionó que las autoridades manejaron el Fondo Indígena de una manera “discrecional” al “eliminar los controles” para usar arbitrariamente los recursos del Estado, por eso se desembolsaron recursos a las cuentas bancarias personales de los representantes de los proyectos, muchos dirigentes, pese a que debía hacerse a cuentas mancomunadas.
Por estas dice que su tesis principal es que los pueblos indígenas fueron “traicionados” por el Gobierno, el que se suponía los tenía que representar los dejó “más débiles” no solo en su institucionalidad sino en su credibilidad y en lo que el mismo presidente Evo Morales dijo en su “reserva moral”.
/NVG