La Paz, 1 Sep (ANF) – El analista político Cayetano Llobet Tavalora falleció este jueves en la ciudad de La Paz, a la edad de 71años, víctima de un cáncer, informaron fuentes familiares.
Llobet Tavalora fue operado dos veces y sometido a quimioterapia desde marzo pasado, pero su enfermedad, un cáncer a la vejiga, entró este mes a una fase Terminal provocándole la muerte en la tarde de este jueves.
”Confieso que nunca pretendí desafiar a la naturaleza, pero admito que, sin reto previo –lo que me parece injusto- me ha dado una lección de su invencibilidad”, escribió en su última columna, “Entre Paréntesis…”, difundida por su esposa Lastenia horas antes de su muerte.
En una reciente entrevista, publicada por la revista Poder y Placer, Llobet dijo que estaba luchando contra el cáncer y que no se sentía derrotado.
“No tengo miedo a la muerte; mientras tanto, viviré bien y animado. Estoy sobrellevando esta situación. La quimioterapia no tuvo resultado. Tengo más miedo a la decadencia que a la muerte. La eutanasia facilita la muerte. Creo que es algo lógico, facilita una muerte digna”, declaró.
Abogado de profesión y de larga militancia política, primero en las filas del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML), de tendencia maoísta, y después en el Partido Socialista 1 (PS-1) de Marcelo Quiroga Santa Cruz, “Tano” Llobet fue uno de los críticos más duros del gobierno de Evo Morales.
“Todos los gobiernos en Bolivia -la mayor parte muy malos- deberían contar con un margen de indulgencia por las condiciones en las que tienen que gobernar”, pero “me surge una legítima duda cuando pienso si esa indulgencia debería también ser concedida a este gobierno”, escribió en su penúltima columna periodística, publicada el 21 de agosto pasado.
Llobet nació el 16 de diciembre de 1939 en la capital del país, Sucre, y estudió Derecho en la Universidad de San Francisco Xavier, aunque nunca ejerció la abogacía.
Tras desempeñarse como secretario ejecutivo de la Federación Universitaria Local (FUL) de Sucre, viajó a Lovaina en 1965 para realizar un curso de postgrado en Ciencias Políticas en la Universidad Católica de esa ciudad.
Su estancia en Europa coincidió con una serie de acontecimientos históricos, como el movimiento estudiantil de mayo del 68 y la guerra de Vietnam , que determinaron su radicalización ideológica y lo convirtieron en un duro crítico del “revisionismo comunista” encabezado por la Unión Soviética.
Simpatizante de la corriente comunista encabezada por la China de Mao Tse Tung, viajó junto con otros jóvenes militantes de la izquierda boliviana a la República Popular de Albania, adscrita a la línea ideológica china, donde recibió entrenamiento militar. “¡Nos preparábamos para volver (a Bolivia) a hacer la ‘guerra popular prolongada’, bajo las normas del marxismo-leninismo-pensamiento Mao Tse Tung!”, recordaría años después.
Como representante del PCML, que dirigía Oscar Zamora Medinaceli, Llobet ocupó una banca en la Asamblea Popular, el “parlamento obrero” que deliberó en el Palacio Legislativo durante el gobierno de izquierda del general Juan José Torres (1970-71).
Tras el golpe del 21 de agosto de 1971 encabezado por el general Hugo Banzer Suárez, Llobet salió a Santiago de Chile, donde vivió su primer exilio e inició su carrera académica en la Universidad Católica de Chile y en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), cuyo Director Ejecutivo era Ricardo Lagos, experiencia que terminó con el golpe de Augusto Pinochet.
Posteriormente se trasladó a la capital mexicana, donde se desempeñó como profesor e investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos (CELA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Allí conoció al líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, con quien colaboró a su retorno a Bolivia, en 1978, en las filas del PS-1. Postulado por ese partido, en 1980 fue elegido diputado por Chuquisaca. El golpe del 17 de julio lo sorprendió con Quiroga Santa Cruz en la sede de la Central Obrera Boliviana (COB).
“Ante la información de un levantamiento militar, acudimos con Marcelo a la COB. Todo lo que sucedió allí fue kafkiano . Pero todavía tengo la imagen de los paramilitares obligándonos a poner las manos en la nuca y descender hacia las ambulancias que habían utilizado como camuflaje para su operación comando. Uno de ellos reconoció a Marcelo y lo acribilló en las escaleras”, recordó años después.
Llobet fue detenido y conducido primero a las caballerizas del Estado Mayor y después a las celdas de la DOP (Dirección de Orden Político), desde donde fue traslado al campo de concentración de Puerto Cavinas, sobre el río Beni. Meses después fue puesto en libertad y enviado al exilio, nuevamente a México, gracias a las gestiones de las Naciones Unidas y de la UNAM.
A su retorno a Bolivia, tras el restablecimiento de la democracia y a invitación de Gonzalo Sánchez de Lozada, fue candidato a alcalde y concejal de Sucre por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR), su última actividad política. En los últimos años se desempeñó como analista político de la televisión y diversos medios de la prensa boliviana e internacional.
En su última columna, difundida horas antes de su muerte, Llobet dejó constancia de su pesimismo ante el futuro de Bolivia. “Una revisión de nuestra historia resulta un paseo por la tristeza… ¡Porque nunca hemos sido capaces de hacer nada relevante! Y lo que es más grave, cada día que pasa, es más difícil que logremos hacerlo”, escribió.
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