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Nacional Política

El aparato estatal, entre obedecer al líder del MAS o al jefe de Gobierno

En el conversatorio de la ANF, Freddy Bobaryn, Pedro Portugal, Pablo Deheza, Gabriela Canedo analizaron las pugnas del MAS y sus efectos en la administración estatal.
11 de noviembre, 2023 - 10:45
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Bobaryn, Portugal, Canedo y Deheza. Foto: composición ANF
Bobaryn, Portugal, Canedo y Deheza. Foto: composición ANF

La Paz, 11 de noviembre de 2023 (ANF).- El aparato del Estado que tiene una frágil institucionalidad enfrenta las consecuencias de los problemas internos entre las dos facciones del Movimiento al Socialismo (MAS), las autoridades y funcionarios públicos están en el dilema de obedecer al jefe del partido Evo Morales o al presidente Luis Arce.

El historiador y director de la revista Pukara, Pedro Portugal; la socióloga y antropóloga Gabriela Canedo, el politólogo Pablo Deheza y el exviceministro de Gestión Gubernamental Freddy Bobaryn, analizan en el conversatorio de ANF las incidencias de las pugnas del MAS en las instituciones estatales, sus efectos y consecuencias para la institucionalidad.

“Evidentemente los problemas internos del MAS tienen una repercusión importante en el aparato estatal (…) de la manera cómo se resuelva creo que va a ser una solución favorable para el sistema político o puede causar una debacle estatal”, comenta Portugal.

El deterioro de las relaciones políticas al interior del MAS ha sido progresivo y en aumento desde el año pasado. La confrontación verbal y a momentos con amagos de agresiones ha marcado el estado de situación del oficialismo.

Ese estado político no se circunscribe solo al ámbito del MAS, sino trasciende a las instituciones del nivel central, departamental y municipal, porque existe una “institucionalidad del Estado frágil”, comenta Bobaryn, uno de los más críticos a la línea evista, en mayo de este año, fue reemplazado por Gustavo Torrico.   

Es un quiebre del partido de gobierno que ha tenido el “monopolio del poder” por lo menos durante 15 años, Portugal cree que el problema se genera cuando hay una contradicción entre el gobierno y la gente del mismo partido. El dilema se plantea entre “obedecer al jefe del partido (MAS), u obedecer al jefe de gobierno (Luis Arce)”.

Situación que puede provocar el colapso de varias instituciones como el Órgano Judicial, el Tribunal Supremo Electoral, el Ministerio Público o la Asamblea Legislativa que en varios momentos no ha tenido ni dos tercios ni mayoría para aprobar normas de interés del Ejecutivo, ni para salvar de la censura a su ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo. 

Bobaryn dice que en 14 años de gobierno se ha creado una institucionalidad a “imagen y semejanza de una persona”, en alusión al expresidente Evo Morales, lo que ha provocado que el país viva en un “hiperpresidencialismo”, es decir que el presidente está por encima de todos los órganos del Estado, concentra los poderes omnímodos, no hay los pesos y contrapesos.

Cree que la Asamblea Legislativa como primer órgano del Estado debería jugar ese rol para generar acuerdos, resolver las contradicciones, representar la pluralidad de ideas y sensibilidades políticas que se van expresando en el país.

Un segundo planteamiento que hace es el rol de la oposición que sea diluido en un debate, pero en torno a un partido que es el MAS, a su vez este partido es “oficialismo y es oposición”. Aunque para el ala evista, el MAS ya no está en el gobierno de Arce pasando a una línea de “oposición” crítica a la administración gubernamental. 

Antes del 2019, la realidad del MAS era otra, no tenía fisuras excepto algunos disidentes o pugnas durante los procesos preelectorales al momento de elegir a candidatos, Morales era no solo el jefe de Estado, sino el presidente del MAS y presidente de la Coordinadora de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba. En consecuencia, tenía un control pleno del poder, eso se rompe tras la crisis de 2019.

“El evismo parecía una sola cosa, se podía tomar como sinónimo ser masista, ser evista, ser indígena, todo era parte de un mismo tejido social y político”, comenta Pablo Deheza. Una estructura concebida por Morales que cambió después de 2020 porque su rol se tuvo que limitar a ser líder del MAS, 

Como antecedente precisa que instancias como la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam) desaparece, que los dirigentes que estuvieron en segunda línea durante la época de Morales ascienden a la primera línea tras la caída del gobierno en 2019, y no están dispuestos a ceder sus espacios ganados. 

Para Deheza el problema en el MAS tiene dos grandes dimensiones, por un lado, es la disputa entre dos dirigencias, dos grupos de personas que pugnan por el poder; los que entraron después de 2019, que tienen su legitimidad”, que se arrogan la defensa del partido mientras otros salieron del país.

Por otra parte, está el otro grupo que junto a Evo Morales reclaman haber acompañado 14 años el proceso político, “pero su actitud es bastante torpe en decir bueno ya volvimos y fuera”. Y que el intentar cohesionarse en torno al mito del líder histórico, único, pero “este hiper caudillismo cancela la posibilidad de fondo de la democracia porque construye una unidad por exclusión”.

Gabriela Canedo dijo que las críticas sobre “el hiper presidencialismo, el caudillismo, la hegemonía, los dos tercios que merman una mayor democracia y mayor presencia de voces se acabaría, o surgiría una pluralidad” del propio partido gobernante.

Añadió que las pugnas también son por la sigla, más aún cuando al año se realizarán las primarias en las organizaciones políticas, proceso en el que el Tribunal Supremo Electoral jugará un rol importante, además que la atención estará en estas instituciones.

Observó que los líos internos hayan adelantado de forma prematura el proceso electoral. El expresidente Evo Morales anunció su candidatura presidencial para el 2025; el Gobierno ha dado algunas señales de campaña, aunque han señalado en varias oportunidades que su prioridad es la gestión.

Para la analista, en el MAS "se quiere dar una mayor democratización y que este caudillismo centrado en Evo Morales ha sido quebrado, sus propios acólitos han dicho que ya no es el salvador de estos mismos acólitos (…) Otra de las cosas es la actitud, la posición polarizadora, antagónica que juega Morales, pero que le resta”.

Portugal precisó que el problema del MAS es interno, por lo tanto, se debe resolver internamente, pero explica que “ciertamente afecta a la sociedad. La sociedad tiene que organizarse. Estamos viendo también los límites de un partido que ha sido demasiado grande”.

En este nuevo ciclo, Deheza dice que lo que está en cuestión “es si el MAS va a optar por ser un partido absolutamente caudillista y rendido a la voluntad de una única persona, que es quien está gatillando esto; o, será un partido de masas que buscan hacer cumplir su propia autodeterminación, eso está en debate”.

Bobaryn asegura que están frente a un “fin de ciclo en el MAS”, y que en ese contexto político el reto del gobierno a la cabeza del presidente Arce es atender las necesidades reales de la gente, porque es evidente que la población no come congresos ni cabildos. “La agenda tiene que moverse y tenemos que hablar de los problemas de la gente. El Presidente tiene que tener una agenda más política de cara al 2025, al censo y abordar problemas del país”, dijo.

Más aún cuando -en su criterio- las organizaciones sociales enviaron un mensaje claro al expresidente Evo Morales respecto a su intención de postularse a la presidencia en 2025. “Y le dicen a Evo: ‘nosotros no creemos en tu re postulación y te estamos quitando el respaldo político y le estamos dando a Luis Arce.   

/ANF/  

 

 

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