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Economía

Migración de bolivianos se incrementa por falta de “trabajo” y por la crisis económica

La falta de inversión en la cadena productiva del país, puntal para la generación de empleos, no fue impulsada y fomentada, incluso en épocas de bonanza que tuvo la economía boliviana (2006-2014).
27 de octubre, 2024 - 09:02
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Frontis Dirección General de Migración (DIGEMIG). Foto: ANF
Frontis Dirección General de Migración (DIGEMIG). Foto: ANF

La Paz, 27 de octubre de 2024 (ANF).- La migración de bolivianos a diferentes países va en aumento cada año, debido a la falta de oportunidades laborales en el país, producto de la severa crisis económica que atraviesa Bolivia y ante la falta de políticas gubernamentales para la generación de empleos. Se suma la “devaluación” de la moneda boliviana, por la falta de dólares y combustibles, lo que provoca que  ahora el salario mínimo nacional se vuelve de “sobrevivencia”.

De acuerdo a los datos del periodo 2008-2023 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el 2008 salieron del país -por vía aérea y terrestre- 772.532 ciudadanas y ciudadanos bolivianos a diferentes países, registrándose un aumento año tras año. En el 2014 llegó a 1.327.869, el 2018 a 1.579.001, el 2019 a 1.759.186, la cifra más alta se registra en la gestión 2023 con 1.848.306.    

En el 2019, de los 1.759.186 bolivianos que salieron al exterior, 756.089 fueron mujeres y 1.003.097 varones, según datos del INE. 

Bolivia ha sido y sigue siendo un país expulsor de emigrantes, principalmente hacia países como Argentina, Brasil, España, Estados Unidos y ahora con más frecuencia a Chile. 

Según los datos publicados por la ONU (2020), Bolivia tiene 927.244 emigrantes. La emigración femenina, 491.909 mujeres un 53,05% del total de emigrantes, es superior a la masculina, 435.335 emigrantes varones, que son el 46,94%. La emigración boliviana se ha dirigido especialmente a Argentina, donde van el 45,63%, seguido de España el 17,25% y Chile con el 13,89% (Datos-Expansión). Los datos porcentuales actuales se solicitó a la Dirección de Migración, pero no los facilitaron.   

Aquellos que emigran en los últimos años, lo hacen por “sobrevivencia”, la mayoría porque no tienen trabajo y buscan una mejor calidad de vida en otros países, y en menor cantidad por razones de estudios.

Según organismos internacionales, el inmigrante boliviano (a) trabaja en sectores de la construcción, de servicios domésticos, el cuidado de niños y de personas de la tercera edad (Europa). Y en la agricultura, la manufactura, gastronomía en la Argentina, Brasil y Chile (minería). En Estados Unidos algunos inmigrantes logran hacer pequeños emprendimientos.     

“Tuve que emigrar porque no conseguía trabajo, aun siendo profesional”

“Tuve que emigrar  de Bolivia debido a que no conseguía trabajo en el área en que me había profesionalizado, tenía conocimientos técnicos, secretariado y otros, y tampoco en esas áreas todo estaba copado. Estuve varios meses sin trabajo, y me empecé a preocupar, porque el gasto que uno tiene en alimentación, higiene, pasajes, es diario y si no tienes ingresos no lo puedes cubrir”, nos comenta Coni una de nuestras connacionales que se fue a España. 

“A eso se sumó que varias universidades privadas como la estatal anualmente titulan a centenares de profesionales, en un mercado laboral tan reducido con el que contamos. Entonces había que buscar salidas, la emigración es una, pero el costo es alto, primero que no vas a ejercer tu carrera en ese país, sino harás actividades que los otros no quieren hacer. Por otra parte, el costo familiar, la disgregación familiar que de ahí empieza lo males de la sociedad, divorcios, hijos abandonados, madrastras, padrastros, que provocan historias de terror. Sin embargo, es verdad que en esos países logras sobrevivir, lo que ni siquiera puedes hacer en tu país en un determinado momento. Sabes que es lo más triste, poco les importa a los gobernantes la realidad por las que atraviesan la mayoría de los bolivianos, en su criterio somos los mejores trabajadores afuera”, añadió.  

“Salí del país porque a los jóvenes nos pagan poco, no nos alcanza para nada, se aprovechan, nos hacen trabajar sobre horas, no tenemos donde quejarnos, porque no hay trabajo”

 “Yo pensé hace rato en salir del país, tenía algunos familiares afuera, porque a nosotros los jóvenes no se nos respeta el salario mínimo, nos pagan poco, no nos alcanza para nada, se aprovechan nos hacen trabajar sobre horas, y cuando llegaba el día del cobro del pago nos dicen la próxima semana y no teníamos donde irnos a quejar, porque no hay trabajo”, expresa Felipe, un joven de 24 años que emigró este año a Chile. 

“Aquí  (Chile) pareciera que estuviéramos allá, llega harto boliviano cada día, es como viajar de La Paz a Cochabamba, son del occidente, del oriente. Es que nosotros mismos vemos que aquí está mejor que allá, y desde aquí puedes ayudar económicamente a tu familia. Mi padre y mi madre no tienen trabajo, apenas están sobreviviendo con un emprendimiento chiquito. No tienen renta, ni jubilación. Un compañero de trabajo que le tocó su vacación y se fue allá a Bolivia estuvo una semana allá y se volvió porque dijo que la cosa estaba fea en Bolivia, porque hay bloqueos y todo está subiendo la canasta familiar…”, indicó. 

Jóvenes en punto fronterizo. Foto: Defensoría del Pueblo 

 

La generación de empleos no se dio ni en la bonanza económica del país 2006-2014 

La falta de inversión en la cadena productiva del país, puntal para la generación de empleos, no fue impulsada y fomentada, incluso en épocas de bonanza que tuvo la economía boliviana.

Ese período fue marcado con más fuerza entre el 2006 y 2014, se caracterizó por una bonanza económica “excepcional” debido, principalmente, al incremento de la demanda y los precios internacionales de las materias primas.  En este tiempo el desempeño económico fue muy favorable con un crecimiento promedio del PIB (Producto Interno Bruto) de 4,27 % hasta el 2014. De 2009 al 2013 la economía creció en un 5% anual y en el 2013 la tasa de crecimiento fue del 6,78%, según un estudio del IISEC (Instituto de Investigaciones Socio Económicas). 

“Este excepcional choque positivo, posibilito un salto significativo en el flujo de recursos disponibles para la economía boliviana, la inversión pública paso de 629 millones de dólares en el 2005 a 5.065 millones en el 2016”, señala.  

A pesar de este panorama favorable, de acuerdo a este estudio, en cuanto al empleo, la disminución de la desigualdad de ingresos y de pobreza no respondió a cambios significativos en la calidad del trabajo la cual siguió altamente concentrada en ocupaciones no asalariadas, en unidades familiares, y con menos de cuatro trabajadores.

Las ocupaciones que requieren menos nivel de instrucción fueron las que tuvieron mayor incremento de remuneración tanto entre asalariados como no asalariados.

“Muy preocupante fue el desacoplamiento de incremento de los ingresos y la productividad laboral, y los desincentivos a la educación”, indica. 

De igual manera y pese a la expansión de la cobertura de la seguridad social de corto y largo plazo en el periodo analizado, la mayoría de la población ocupada siguió sin seguro de salud y de jubilación, agrega. 

Bolivia continúa liderando la tasa del trabajo informal en América Latina 

Bolivia continúa liderando la tasa de trabajo informal en América Latina y el Caribe, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) titulado «Panorama Laboral 2023». Al tercer trimestre de 2023, el 80,8% de los trabajadores bolivianos se encuentran en la informalidad, una cifra alarmante comparada con el promedio regional del 48%. La situación es aún más grave entre las mujeres, con un 83% de ellas empleadas en la economía informal, frente al 78% de los hombres, las tasas más altas de la región.

Según esta organización, las economías informales suelen caracterizarse por una alta incidencia de pobreza y graves déficits de trabajo “decente”. “Sin formalización, el trabajo decente para todos y la equidad en la sociedad seguirán siendo una ilusión”. En 2015, la OIT adoptó la Recomendación sobre la transición de la economía informal a la formal.

Señala que la formalización de la economía es un proceso complejo y de largo plazo que a menudo requiere combinar intervenciones en leyes y regulaciones con aquellas destinadas a fomentar la productividad y la capacidad de generar riqueza. En Bolivia sigue creciente la informalidad. 

Trabajo informal en Bolivia. Foto: El Diario

“Desarrollo económico…implica la diversificación productiva en el marco de la sostenibilidad ambiental con mejoras significativas de la calidad de trabajo”

Por otra parte, la investigación del IISEC agrega que los debates académicos y públicos, en la región, enfatizan la necesidad de un nuevo paradigma del desarrollo económico y social en el marco de la sostenibilidad ambiental y fiscal. 

“Desarrollo económico es mucho más que crecimiento del Producto Interno Bruto en el corto plazo e implica la diversificación productiva en el marco de la sostenibilidad ambiental con mejoras significativas de la calidad de trabajo”, señala. 

La importancia de un nuevo paradigma de desarrollo que articule seriamente las políticas económicas, laborales, sociales y medioambientales “es innegable”, enfatiza.

Al respecto del medioambiente, Fundación Tierra, estima que se quemaron más del 10 millones de hectáreas en Bolivia, por los incendios en el 2024 y en el 2023 se produjeron incendios forestales que arrasaron con un total de 6,4 millones de hectáreas durante todo el año, con megaincendios entre septiembre y noviembre, según el Ministerio de Medio Ambiente y Agua, según datos de La Brava. 

Un escenario que complica mucho más las condiciones de vida de las poblaciones más afectadas, en especial de las aquellas comunidades donde han perdido sus medios de vida, han perdido sus viviendas y muchas familias -como decía la dirigenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia- no volverán a sus territorios y se quedarán en las ciudades a buscar trabajo.  

/ERA/nvg/

 

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