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Economía

La Asfi actuó de forma tardía en la crisis de Fassil y con línea política, según expertos

Los ahorristas o las personas que busquen un banco solvente para depositar su dinero, deben tomar en cuenta la información que trimestralmente sacan las calificadoras de riesgo y se encuentran en páginas oficiales. “AAA” significa alta capacidad de pago.
2 de Mayo, 2023
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Edificio de la Asfi. Foto: ANF

La Paz, 2 de mayo de 2023 (ANF).- La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) actuó de forma tardía con la intervención al Banco Fassil. Desde el momento que se conoció que la entidad ya no podía hacer la devolución de los ahorros a sus clientes correspondía la actuación; sin embargo, se dejó pasar aún varias semanas y ello afectó principalmente a los ahorristas, señalaron economistas financieros.

“Es una actuación tardía al momento de la intervención. Creo que ha habido un mal manejo de la crisis, y lo peor es hacer una intervención justamente cuando se aprehenden a cuatro ejecutivos. Fueron dos meses en vilo y de un momento a otro llegó un interventor y se cerró el banco”, señaló Jorge Akamine, presidente del Colegio Nacional de Economistas de Bolivia.

“La Asfi ha hecho la supervisión que tenía que hacer, pero considero que debería haber intervenido con anterioridad. Una causal de intervención es cuando el banco no respondió a las solicitudes de retiro a sus clientes, y eso es de los últimos dos meses”, señaló Armando Álvarez, economista financiero.

La ANF ha solicitado a la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero una entrevista, pero no hubo respuesta a la demanda de información.

El 14 de marzo de este año, gran cantidad de clientes se apersonaron a las oficinas de Fassil -que ya cesó sus funciones- para retirar su dinero. Se conoció extraoficialmente que la Asfi había notificado a esta empresa por haber incurrido a una serie de observaciones en torno a su manejo económico.

La resolución ASFI/109/2023 notificó a la entidad el 3 de febrero de 2023 porque habría incurrido en la causal prevista en el Numeral 5, Inciso “G” del artículo 503 de la Ley de Servicios Financieros.

Según declararon los clientes a los medios de prensa, solo podían retirar hasta Bs 10.000. En los siguientes días, las filas continuaron, incluso en los cajeros automáticos y tampoco se podía retirar el dinero.

El 17 de marzo, la Asfi garantizó que los clientes no perderían sus ahorros y explicó que la entidad no fue intervenida, sino que estaba bajo un Plan de Regulación, que es una etapa para que una entidad, en un periodo de tres meses, pueda aplicar acciones para superar sus debilidades.

Mediante un comunicado, la firma indicó que era objeto de una escalada irregular de especulaciones y rumores. Desmintió estar intervenido o en quiebra y aseguró que: “El desmedido ataque de especulaciones y rumores ha generado una sobrerreacción de cuentahorristas que procuran retirar sus depósitos en nuestros puntos de atención, con el consecuente desabastecimiento de efectivo y saturación de nuestros sistemas físicos y digitales”.

“Considero que la Asfi fue demasiado lenta en su respuesta a los problemas que ya se percibía; además, algo que debía exigir es la calificación de riesgo, precisamente para saber si esta situación es de solvencia o no, y tuvieron el tiempo suficiente para hacerlo. Los problemas que tenía el Banco Fassil son de más un año”, dijo además el economista Alberto Bonadona.

En marzo, la autoridad de supervisión y fiscalización también detectó que Fassil dio créditos a personas que no demostraron capacidad de solvencia. Eran nueve operaciones de crédito cuyos montos estaban entre los Bs 21.000 y Bs 35.000.

Para el 17 de abril, la empresa anunció mediante otro comunicado la inhabilitación temporal de los servicios de tarjetas de débito, crédito y prepagadas para operaciones nacionales e internacionales. Esto porque atravesaba por momentos difíciles debido a una “desestabilización” registrada en los últimos meses. El anuncio generó nuevamente largas filas.

Un tercer comunicado de la exentidad bancaria y publicado el 25 de abril informó que se ponía a la venta, y en bolivianos, varios de sus bienes inmuebles. Empero, cerca de las 19.00 de esa noche, el Ministerio Público ordenó la aprehensión de las siguientes personas, presuntamente por delitos financieros: Ricardo M.O. (presidente ejecutivo); Jorge Ch. V. (gerente general); Hernán S. V. D (ejecutivo); y Hugo S. C. (ejecutivo).

Al día siguiente, la Asfi intervino la entidad y posesionó a Carlos Alberto Colodro como interventor de Fassil. La firma había incurrido en las causales de intervención que establece el inciso “A” del artículo 511 de la Ley de Servicios Financieros por incumplir en el pago de una y más obligaciones líquidas y exigibles contraídas con los clientes de la entidad bancaria.

Akamine lamentó que la ASFI haya esperado a que el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, se pronuncie y recién actúen y que esta falta de actuación a tiempo se debió a “líneas políticas”.

“Hay un poco de inexperiencia, no se ha dado este caso con la vigencia de la Ley de Servicios Financieros, estas reacciones tardías son como la salud, si usted no se baja la fiebre a tiempo, puede tener una complicación más adelante. Y esto se puede aducir al tema de esperar líneas políticas, sabemos que todos los funcionarios o por lo menos los altos mandos están bajo una línea política, cuando la Asfi debería ser independiente y 100% técnica”.

El economista también observó que la entidad estatal no explique claramente hasta el momento cuál es el papel del interventor, “están hablando de ahorristas y empleados que están con la incertidumbre”.

El 26 de abril, el director de la Asfi, Reynaldo Yujra, aseguró que los clientes que tienen sus ahorros en Fassil, podrán recuperar su dinero a partir del 22 de mayo, pero en otra entidad financiera.

Esta no es la primera vez que sucede una crisis como esta. Hace aproximadamente 30 años ya se hablaba de casos similares; así el 28 de noviembre de 1994, el Banco de Cochabamba y el Banco Sur fueron intervenidos y cerrados en Bolivia. La exSuperintendencia de Bancos y Entidades Financieras -actualmente Asfi- dispuso la liquidación forzosa de ambas firmas.

Bonadona consideró que, pese a que la autoridad de supervisión pidió un plan de regulación, “dejó pasar más allá de lo que es permitido” ya que Fassil no cumplió en la medida que se exigió. ¿Y por qué Asfi no actuó en su debido momento? preguntó este medio. “Solo Yujra y Dios lo saben”, respondió el analista.

Pese a todo, aseguró que el sistema bancario en general goza de buena salud y no debería existir desconfianza. “Los clientes deben tener paciencia y esperar. Pueden tener muchas necesidades, una vez que se dé el remate de activos y pasivos, los bancos activos van a responder porque van a asumir (el traspaso de depósitos y créditos de lo que fue el Banco Fassil)”.

Recomendaciones para los ahorristas

No existe manera en que un ahorrista o un futuro ahorrista pueda acercarse a una entidad financiera, se entreviste con el personal de trabajo y les exija su solidez financiera, pero puede actuar de otras maneras para garantizar que sus ahorros estén bien cuidados y gane el interés respectivo.

En primer lugar, y según los analistas, es consultar la Calificación de Riesgo, que es una opinión emitida por una Entidad Calificadora de Riesgo, a través de especialistas, sobre la probabilidad de que un valor sea o no pagado por la empresa que lo emitió; brinda una opinión fundamentada acerca del riesgo de incumplimiento de una emisión (riesgo de no pago).

Según la página web de la Bolsa Boliviana de Valores (BBV) se trata de opiniones “que guardan un carácter subjetivo; pero que en todo caso se respalda en un análisis profesional de la información sobre el emisor y la emisión”.

Tanto en los portales web de la Asfi como del BBV se puede encontrar esta información, además de su calificación. También se publica en los periódicos una o dos veces al año.

Sobre la calificación, por ejemplo, en valores de corto plazo, el nivel “N-1” refiere a que esta entidad financiera tiene alta capacidad de pago y un “N-4” a que no existen garantías suficientes de pago. Por otro lado, en valores de largo plazo, “AAA” significa muy alta capacidad de pago y “C” y “D”, todo lo contrario. También existen otro tipo de calificaciones. La información se actualiza trimestralmente.

“Las calificadoras de riesgo permanentemente han ido reduciendo la calificación de riesgo de Banco Fassil. El público debe tomar conciencia de la importancia que tiene la calificación a la hora de depositar sus recursos”, señaló Álvarez.

En segundo lugar, altas tasas de interés pueden ser señales que la gente debe considerar, prosiguió.

Akamine añadió que se debe prestar atención a los años que ya lleva siendo solvente un banco y a las referencias de otras personas.

/MVL/NVG/

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