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Cultura y farándula

Reportaje ANF: Láminas escolares, un recurso subestimado por la educación

La falta de control del texto, proliferación de empresas editoriales piratas, la desatención de los padres y madres en el uso de láminas escolares y la escasa preparación de los editores, fueron las observaciones evidenciados con esta investigación.
26 de mayo, 2015 - 17:50
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La oferta en librerías. Foto: ANF
La oferta en librerías. Foto: ANF
Arnold Guachalla

La Paz, 26 de mayo (ANF)
.- Luego del incidente que involucró a una lámina escolar en la ciudad de Santa Criz, la misma que causó indignación y repudio de las autoridades cruceñas y la impresión este martes de una nueva edición favorable al gusto regional, ANF se dio a la tarea de consultar a editores y distribuidores de láminas educativas localizados en los centros de abasto de la ciudad de La Paz. Ellos nos dieron datos acerca del contenido y sus  modos de producción.

Gracias a las redes sociales, ese hecho tuvo características que sobrepasaron las fronteras nacionales. La situación se agravó a pesar de saberse que la lámina en cuestión data de aproximadamente ocho años atrás, según su editor, Basilio Roque, quien no solo asumió la responsabilidad del hecho, sino que emitió disculpas públicas. Éstas no fueron tomadas en cuenta por las autoridades cruceñas, quienes manifestaron su intención de iniciarle un proceso penal por el delito de discriminación a la mujer cruceña.  

Pero ¿Cuál es tema de fondo que se desveló con ese embrollo? ¿Cuáles son los criterios que se utilizan para realizar los textos al reverso de una lámina escolar? O simplemente ¿Cuál es el punto de vista respecto al problema suscitado en Santa Cruz? Muchos se dieron a la tarea de responder estas preguntas, unas subvaloradas y otras de gran difusión, pero faltaron algunas voces que viven el día  a día junto a este importante recurso educativo.

Las voces autorizadas

Carmelo Corzón: “El trabajo no lo puede hacer cualquiera”

Entre las empresas editoriales más reconocidas en este tema, y no sólo bajo referencia propia, sino desde la opinión de distintas librerías, Producciones Cima es, sin duda, una de las pioneras en el país. Así nos lo hizo conocer  su gerente general, Carmelo Corzón, quien muy amablemente accedió a una entrevista.

El entrevistado relató una anécdota similar a la vivida hace poco en Santa Cruz:

“Un 6 de agosto de hace cuatro años atrás, los padres de familia denunciaron que producciones Cima presentó una lámina con publicación distorsionada. Mostramos la primera bandera de Bolivia con franjas verticales, en contradicción de la idea que muchas enciclopedias y libros manejaron respecto a que estas franjas eran horizontales”, contó Corzón, y añadió que los padres estaban sumamente molestos, pues sus hijos fueron reprobados por el supuesto error de su editorial.

Dicho error nunca existió, ya que según el Decreto Supremo de 1825,  la primera bandera de Bolivia tuvo las franjas verticales, dato que desconocía el profesor, autor de los aplazos,  y que no aparecía en algunos libros de historia.

Tratar este tema fue el impulso que Corzón necesitaba para resaltar la importancia y la responsabilidad de los editores de las láminas. No pueden darse el lujo de cometer fallas en el contenido del texto que acompaña a las imágenes, pues es la referencia y orientación de muchos estudiantes, algo que muchas veces es olvidado por los autores de las láminas educativas y que debe ser regulado, según el gerente de Cima, por el ministerio de Educación.

“La información que contenga es fundamental, por lo tanto, el editor de las láminas tiene que ser consciente de que no puede escribir sin tener los criterios necesarios.Debe contratar los servicios de especialistas, porque la lámina va dirigida al niño o al joven que está en etapa de aprendizaje sobre la historia, anatomía, geografía, etc.”, dijo.

Según explicó el entrevistado, su empresa tiene un departamento exclusivo para la elaboración las láminas escolares, es decir, gente que cuenta con experiencia y que recurre a fuentes bibliográficas para su trabajo. Ello la diferencia de otras editoriales dedicadas a este rubro, muchas de ellas de origen pirata.

“La mayoría de los contenidos son copiados de Internet, y muchas veces con datos fallidos. La empresa que se dedique a su realización tiene que ser legalmente establecida, y también inscrita en la Cámara Boliviana de Editores”, señaló.

Finalmente, Corzón informó que gracias a una serie de plagios que sufrió su editora por una empresa cruceña, hace tres años atrás, suspendieron la producción de láminas para no ser objeto de reclamos u otros problemas, ya que la copia que sacaban a la venta era de pésima calidad y con información equivocada.

“Decidimos parar la edición hace tres años atrás para hacer un nuevo producto que reemplazara a las láminas y será lanzado para el mes de junio, porque  a lo largo de 50 años ya somos una institución cultural en el país”, finalizó.

Maritza Cuevas: “Este problema también involucra a padres y madres como a los maestros”

Con 44 años dedicada a la distribución de láminas educativas, es quizá la vendedora más antigua en el mercado paceño, y una voz autorizada para hablar sobre este tema. A pesar  de saber algunos datos del problema suscitado en la ciudad de Santa Cruz, doña Maritza Cuevas manifiesta su preocupación, ya que en todos sus años de trabajo tuvo que lidiar con este tipo de situaciones, las mismas que nunca tuvieron repercusión alguna.

“Hace cinco años atrás, una editorial muy conocida se equivocó en la fecha del aniversario de La Paz. Ellos pusieron 18 de noviembre, y ese es un dato errado. Pero ante el reclamo correspondiente, los personeros que aquella editorial sólo atinaron a sugerirme que igual venda aquellas láminas”, manifestó.

Según su explicación, empezaron a crearse muchas editoriales que se dedicaron a la elaboración de láminas, muchas de las cuales tenían muchos errores y observaciones. Son empresas que, por no tener alguna referencia, dirección o teléfono en su producto, hacen pensar, según doña Maritza, que no pagan los impuestos correspondientes. Esa es una de las razones que la llevó a preferir laminas de origen peruano o mexicano, aunque ante los altos costos de importación, dejó de distribuirlas.
        
La entrevistada recordó que en muchas ocasiones hizo la devolución de láminas cuyo texto contenía muchos datos equivocados, que sin duda era una falla de la editorial que buscaba tan sólo reproducir la información extraída de Internet, pero que parte de la responsabilidad también la compartían los padres de familia y los mismos profesores. 

“Ahora a nadie le importa nada. Parece que todo el mundo está en busca solo de dinero y diversión. No importan los hijos, el futuro, ni nada. La situación es muy triste. A los padres no les interesa, solo le dan dinero al niño para que compren su lámina, y los profesores no orientan adecuadamente a los niños”, señaló.

Respecto al tema del contenido de las láminas escolares, doña Maritza manifestó su queja, pues reiteró que mucho del contenido es copiado del Internet, lo cual  carece de orientación bibliográfica o de profesores para su elaboración. Es un problema que no fue tomado en cuenta por las mismas autoridades de educación.  

“Yo presenté al ministerio de Educación las láminas que distribuía, ante las quejas de los profesores, pero nunca le han tomado importancia. Sería muy bueno que ellos regulen este tema, porque las editoriales grandes se están llenando los bolsillos de plata, ya que bajan información de Internet y no gastan absolutamente nada en el contenido”, dijo.

Finalmente, la entrevistada tocó una situación irónica. A pesar de que el negocio de las láminas educativas está a la baja por la poca demanda, según doña Maritza, se incrementan el número de nuevas editoriales que ofrecen sus productos al mercado. Es algo que no termina de entender.    

Fernando Altamirano: “Una editorial premió las observaciones de una profesora”

Dueño de otro de los principales distribuidores, Fernando Altamirano, cuenta que se dedica a este negocio hace 15 años atrás. Entre sus muchas historias relata que en el tiempo que comercializó las láminas educativas, pudo evidenciarse que la principal falla entre las editoriales era la equivocación de las fechas cívicas, productos que fueron inmediatamente devueltos.

“Cierta vez una profesora detectó un error en la teoría al reverso de la lámina, y nos lo notificó. Nosotros nos contactamos con el dueño de la editorial. Este se mostró muy comprensivo y además de prometer la rectificación correspondiente, pidió que contactemos a la profesora, a quién le obsequió mil láminas educativas”, indicó.
     
Según Altamirano, las láminas que tiene a la venta son de origen peruano, mexicano y nacional, la mayoria de las cuales, por el momento no han mostrado problemas, excepto en cuanto al tema de la impresión.  

“Las fuentes que deberían consultar son: los libros de historia, la consulta de profesores de historia y anatomía. Pero no hay que descartar al Internet, ya que muchos temas actuales sólo pueden ser encontrados en este medio, pero cuando nos ofrecen láminas a muy bajo costo, es una razón para desconfiar”, manifestó.

Respecto al suceso que tuvo lugar en Santa Cruz, el entrevistado señaló que se trata de un caso aislado por causa de un descuido de los editores. Este es un hecho que los lleva a tener mayor cuidado con la revisión de los contenidos teóricos que se ponen al reverso de las láminas escolares.

José Valencia: “El texto sólo debe ser utilizado como respaldo, uno aprende en la escuela”


La tienda "Full láminas" es otra de las requeridas a la hora de adquirir los productos escolares. Así lo manifiesta  su propietario, José Valencia, quien asegura que trabaja sólo con láminas de origen boliviano, ya que las de origen extranjero (México y Perú) tienen costos muy altos de importación. 

Para Valencia, al igual que todos los entrevistados, el rol de las láminas educativas es principal en la educación, pues al ser de menor costo que la impresión de una imagen, es aprovechado por los estudiantes, pero que el texto sólo debe ser un apoyo al avance de un profesor.    

“La aparición y existencia de las láminas es una alternativa a la educación  porque es más accesible a comparación al costo de una impresión a colores. El texto de la lámina es usado como respaldo para la investigación y ampliación de información, pero no puede ser asumido como un hito de información”, manifestó.

Según el entrevistado, en algunas ocasiones observaron el contenido del texto, el mismo que fue retirado y posteriormente devuelto a la empresa editorial, son errores que fueron principalmente observados por los maestros y maestras.

“Se tiene que tener mucho cuidado porque los niños y adolescentes no son tontos, compran lo que necesitan. Generalmente observamos por la imagen porque tiene que servirle al estudiante, ya que todos los recortan porque la parte de la teoría ya lo realizan en el colegio”, dijo.

Valencia informó que en sus años de venta pudo evidenciar que la mayoría de las editoriales se basan en fuentes bibliográficas al tratarse de temas de historia y geografía, pero que al tocar temas internacionales necesariamente debe recurrirse a Internet. Otro hecho que comentó fue que ante el ofrecimiento de láminas escolares a muy bajo costo, fácilmente uno puede evidenciar la calidad que tienen.

El entrevistado expresó su apoyo a la posibilidad de que el Ministerio de Educación regule el contenido de las láminas escolares, ya que estos son considerados como parte de la formación  educativa de todas las personas.  

“Yo estoy de acuerdo que se establezcan unos parámetros claros en el Ministerio de Educación, para evitar problemas. Los textos de las láminas deben trascender de los libros de historia”, finalizó.