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“Puedes evitar la realidad, pero no puedes evitar
las consecuencias de evitar la realidad”
Ayn Rand – Escritora Rusa
El gobierno de Luis Arce, en compañía de ministros como Marcelo Montenegro, Edgar Montaño, Néstor Huanca, etc, juran que el país se encuentra, a pesar de los ataques externos (porque nunca es su responsabilidad, siempre es de otro) en condiciones óptimas, parafraseando a los servidores públicos que se hacen pasar por columnistas cuando en realidad hacen propaganda, el modelo es “resiliente”, “dinámico” y “flexible”.
En los últimos días, los diferentes actores en lo que respecta a la política económica se rasgan las vestiduras, indicando un boicot desde el legislativo contra la economía nacional, debido a que esta instancia no está aprobando los créditos solicitados por el ejecutivo.
Tendría alguna lógica en que los afines a Arce despotricarán por esta situación, bajo el supuesto de que haya un plan macro para la estabilización de la economía, especialmente a lo que se refiere al tema cambiario, y donde los prestamos solicitados tengan como fin la solución de los problemas estructurales causados por el famoso Modelo Económico Comunitario y Productivo, pero no, estás son para obras públicas en un contexto cada vez más deplorable.
Hay quienes dicen que esta inyección de gasto público ayudaría a dinamizar la economía y además brindar infraestructuras clave para el desarrollo del país, si esta consigna fuera verdad, la montonera de prestamos que se realizaron en los últimos años ya hubieran surtido algún efecto y Bolivia estaría en camino al desarrollo, pero todos sabemos que no es así.
Muy buena parte de los recursos solicitados, con seguridad irán a parar a los bolsillos tanto de las autoridades estatales como de los empresarios que se prestan al juego de la corrupción, centavo a centavo se irá perdiendo el dinero en cada mano por la que debe pasar hasta llegar a su objetivo real, una vez ahí en la mayoría de los casos nos encontraremos con supuestos proyectos de “inversión” que derivarán en empresas públicas deficitarias y elefantes blancos que no tienen otra razón que ser que el de gastar el dinero de la población boliviana, para al final dejar la deuda cada vez más alta, que recuerden algún día tendremos que pagar.
No sé que tipo de política económica es la que enarbolan estos supuestos especialistas económicos, puesto la lógica más básica te dice que cuando no tienes dinero y gastas más de lo que ingresas, lo correcto es disminuir el gasto, ajustar las cuentas y buscar maneras de aumentar el ingreso, no sé en que cátedra de economía se les ocurrió que la solución al déficit es prestarse más dinero y gastar el que no tienes.
Acrecentar el hoyo no es la solución para salir de él, e ignorar los problemas no hacen que estos desaparezcan, enmendar todos los problemas económicos que son consecuencia de los 20 años de gestión del MAS no será un reto fácil y tampoco un paseo por el campo, necesitará paciencia y se quiera o no, sacrificios, mientras antes se acepte esta realidad el camino será menos tortuoso.
El autor es Director Ejecutivo Generación Bicentenario